Hijos De La Dualidad

Sujetos de diferentes razas, estatus y edades, desde diversas áreas de Imperion y la ciudad subterránea de Shadowmere, cada uno con una profesión y deber diferente, se encuentran en sus respectivos entornos, frente a teléfonos, portátiles o cualquier dispositivo con una pantalla. Todos participan en una subasta en Next Dark.

En la lujosa mansión de Sofía Beaumont, una dama de la alta sociedad de unos 50 años, se respira una atmósfera de frialdad y opulencia.

^^^Rodeada de antigüedades y obras de arte, Sofía se sienta en su elegante escritorio de caoba, con un portátil de última generación frente a ella. Su mirada fría escudriña la pantalla, mientras una copa de vino añejo reposa a su lado.^^^

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En un rascacielos de cristal en el corazón de Imperion, Jackson Mamoa, un magnate de la industria de unos 44 años, observa la subasta desde su espaciosa oficina.

Las paredes de vidrio ofrecen una vista panorámica de la ciudad, pero su atención está fija en el monitor de su ordenador de sobremesa. Sus dedos tamborilean impacientemente sobre el escritorio de mármol, calculando cada oferta con precisión.

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^^^Elena Sinclair, una anciana elegante de alrededor de 70 años, está sentada en su salón adornado con muebles victorianos y cortinas de terciopelo.^^^

Una chimenea crepita suavemente, iluminando su sonrisa maliciosa mientras sigue la subasta en una tablet fina y sofisticada. Su postura refleja comodidad y experiencia en estas actividades.

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Khalid Al-Farouq, un joven millonario de origen árabe con una actitud despreocupada, participa desde su lujoso ático en una de las torres más altas de Imperion. Su sala de estar, minimalista pero extravagante, está llena de tecnología de punta. Khalid se reclina en un sofá de cuero blanco, con una pantalla holográfica proyectada delante de él. Su expresión es relajada, pero sus ojos delatan un interés agudo.

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...En un despacho moderno y funcional, Yasmin Harrington, una mujer de negocios afroamericana de unos 45 años, sigue la subasta con un aire de superioridad. Sentada en su silla ergonómica, con múltiples pantallas desplegadas alrededor, Yasmin gestiona simultáneamente varias operaciones. La eficiencia es su sello distintivo, y lo refleja en cada movimiento calculado mientras observa las pujas....

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Mientras tanto, en la oscura y decadente ciudad subterránea de Shadowmere, otros participan desde lugares menos glamurosos. En un pequeño apartamento, con paredes agrietadas y mobiliario escaso, un hombre de mediana edad sigue la subasta en un teléfono desgastado, con una expresión de codicia en el rostro. En un club clandestino, iluminado por luces neón y lleno de humo, un grupo de hombres y mujeres observa la subasta proyectada en una gran pantalla, bebiendo y discutiendo animadamente sus próximas pujas.

### Conversación

^^^**Sofía Beaumont** (una dama de la alta sociedad, de unos 50 años, con un aire de frialdad):^^^

...— ¿Habéis visto las nuevas caras en la subasta? Hay una niña de 15 años con una belleza exótica. Dicen que es increíblemente sumisa. Perfecta para esos eventos tan... exclusivos....

**Jackson Mamoa** (un magnate de la industria, de unos 44 años, con una mirada calculadora):

— Sí, la vi. Una auténtica joya. Podría ser muy lucrativa para ciertos... negocios. Nada como un buen entretenimiento para cerrar tratos.

**Elena Sinclair** (una anciana elegante, alrededor de 70 años, con una sonrisa maliciosa):

^^^— Oh, Jackson, no seas egoísta. Deja algo para los demás. Aunque debo admitir que también estoy interesada. Necesito alguien nuevo para entretener a mis invitados. Ya sabes, algo... fresco.^^^

**Khalid Al-Farouq** (un joven millonario de origen árabe, con una actitud despreocupada):

— Me temo que tendré que competir con vosotros. Hace tiempo que no consigo algo tan... Auténtico. Mis fiestas necesitan siempre lo mejor. No puedo defraudar a mi selecto público.

...**Yasmin Harrington** (una mujer de negocios afroamericana, de unos 45 años, con un aire de superioridad):...

^^^— ¿Realmente vais a gastar tanto en una sola chica? Yo prefiero comprar en paquetes; es más eficiente y puedes rotarlas. Variedad es la clave del éxito, ¿no?^^^

**Sofía Beaumont**:

— Oh, Yasmin, siempre tan práctica. Pero hay ocasiones especiales que merecen algo único. Estoy dispuesta a pagar lo que sea necesario. Después de todo, lo exclusivo se paga.

**Jackson Mamoa** (con una sonrisa sardónica):

^^^— Parece que todos tenemos nuestras prioridades bien claras. Yo, por mi parte, busco algo más... dócil. Alguien que sepa seguir instrucciones sin rechistar. La obediencia es un arte.^^^

**Elena Sinclair** (riendo con ironía):

...— Oh, querido Jackson, siempre tan pragmático. Yo solo busco a alguien que pueda sorprender a mis invitados. Ya sabes, un toque de novedad nunca viene mal en mis reuniones. Sorprender es la clave....

**Khalid Al-Farouq** (mirando su pantalla con interés):

— He oído que hay otra niña, aún más joven y, según dicen, extremadamente talentosa en el arte de la discreción. Justo lo que necesito para mis eventos exclusivos. Nada como un secreto bien guardado.

^^^**Yasmin Harrington** (con un aire de desprecio):^^^

...— Talento y discreción, ¿eh? No sé cómo puedes fiarte de esas descripciones. Prefiero probar antes de comprar, por eso elijo lotes. Más variedad, menos riesgo. La cantidad también tiene su encanto....

**Sofía Beaumont** (alzando una ceja):

...— Cada quien con sus métodos, Yasmin. Algunos de nosotros podemos permitirnos ser selectivos. Y en cuanto a discreción, es algo que se puede enseñar... con el enfoque adecuado. Un toque de elegancia nunca viene mal....

La conversación se interrumpe brevemente cuando la subasta comienza. Los precios suben rápidamente mientras los participantes compiten entre sí, cada uno buscando satisfacer sus oscuros deseos. La emoción es palpable, y la tensión aumenta con cada nueva oferta. Las pantallas muestran cifras astronómicas mientras las apuestas se incrementan.

^^^En ese momento, cada cual luchaba por obtener su pieza deseada, envueltos en un sinfín de palabras cuidadosamente escogidas y expresiones cínicas. Lo que para unos era una joya sumisa, para otros era un simple entretenimiento para sus invitados, una novedad para sus fiestas o una pieza más en su colección. Ironías de una sociedad en decadencia, donde la dignidad humana era subastada al mejor postor^^^

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Tras seleccionar cuidadosamente a su equipo, El detective Friedrich, un alemán rubio con  ojos claritos junto con su compañero español, se sumergieron en la investigación con la seriedad que merecía, iniciando una serie de visitas a diferentes sitios clave en busca de pistas sobre las desapariciones que habían estado ocurriendo un mes atrás.

^^^Fue durante una incursión en la universidad Imperial donde fue que tuvieron suerte, encontrándo una pista prometedora. Una estudiante nerviosa y visiblemente perturbada se les acercó en los pasillos de la universidad mostrando signos evidentes de haber consumido alguna sustancia ilícita.^^^

^^^Sus ojos inquietos escudriñaban el entorno con paranoia, como si temiera ser descubierta en cualquier momento.^^^

Detectando la urgencia del momento y la necesidad de discreción, Friedrich y su compañero decidieron llevar a la estudiante a un lugar más apartado dentro de la universidad.

Guiaron con cuidado a la joven hacia una sala menos transitada, donde podrían hablar sin ser interrumpidos, ni escuchados por otros.

^^^Una vez en privado, el detective Friedrich adoptó un enfoque calmado y comprensivo. Con tacto, alentó a la estudiante a compartir cualquier información relevante que pudiera tener sobre las desapariciones de sus compañeros.^^^

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