Novela finalizada. Escribo con amor, por lo que espero lo mismo de ustedes.
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Cap 9
Capítulo 9
Rencuentro.
Llego a casa con el entusiasmo por las nubes. Me meto a la cocina después de enviar a Henry por mis amigos y, mientras Carmen se encarga de preparar la cena, yo me ocupo del postre. Hay algo especial en preparar una comida para quienes amas, especialmente en un día como hoy. Subo a darme una ducha rápida y vuelvo a ponerme ropa cómoda, sin dejar de sonreír mientras me imagino el abrazo cálido que me dará Emilie y el consuelo que me brindará.
Camino de un lado al otro como una niña emocionada, y me doy cuenta de lo mucho que necesitaba este momento de conexión. Miro el reloj una y otra vez, esperando que mis amigos lleguen pronto. Para distraerme, envío un mensaje a Klaus con la dirección de mi casa y me aseguro de que lo reciba. No puedo evitar pensar en él, en cómo me hizo olvidar por un momento todo el peso que llevo en el corazón.
—¿Ya me stalkeaste? — Es un mensaje de Klaus, casi como si leyera mis pensamientos. — Porque yo sí, y me frustra no encontrar nada de ti en redes sociales. Eres todo un misterio, señorita Moore.
Sonrío al leerlo, sintiendo una calidez que no había experimentado en mucho tiempo. Me sorprende cómo una simple conversación puede hacerme sentir tan bien, y el nerviosismo que siento ahora es diferente, es positivo. Es como si, por un momento, estuviera permitiéndome disfrutar de algo nuevo y emocionante, a pesar de todo lo que ha pasado.
—Lo espero mañana, señor Bulgari.
Dos tildes celestes indican que está pendiente de mis mensajes, y pronto responde:
—¿Aceptarás cenar conmigo o tendré que usar mi encanto griego para persuadirte?
Entonces me doy cuenta que va muy en serio.
—Depende.
Respondo con los nervios al 2000%
—¿De qué depende? — Su respuesta es rápida, casi como si estuviera coqueteando por mensajes de texto.
—Lo veré mañana. Buenas noches.
Me esconecto cuando veo que Henry acaba de estacionarse frente a la entrada. Estoy a punto de salir a recibir a mis amigos cuando recibo un nuevo mensaje de Klaus.
—Bien, prepárate para enamorarte, porque con esas intenciones iré a verte mañana. Que tengas una buena noche y sueña conmigo.
Suelto una carcajada mientras guardo mi móvil justo cuando un cuerpo choca contra el mío. La abrazo con fuerza cuando escucho sus zollosos.
—Maldita, te extrañé tanto. — Mis ojos se humedecen, me hizo tanta falta estos meses que no quiero soltarla.
—Yo también, cariño.
Nos separamos para que Eliot también pueda abrazarme.
—¿A mí también me extrañaste?
—Claro que sí, a ambos los extrañé muchísimo.
Nos quedamos así por un momento hasta que las manos de mis amigos viajan a mi vientre y lo frotan con tanto cariño que vuelvo a llorar.
—No llores más, que te hace mal. Ya estamos juntos los tres, tengo a mis chicas como antes. — Eliot saca un chocolate con almendras del bolsillo y me sonríe, se acordó de mi golosina favorita. — Dicen que el chocolate les encanta a los bebés.
Nos movemos a la sala para tomar asiento, y nos traen una botella de vino para mis amigos y una soda para mí. La atmósfera se llena de una calidez reconfortante, y el silencio se instala por un momento. Decido romperlo para mantener la conversación fluida.
—¿Cómo han estado? — Pregunto, deseando saber cómo les ha ido en mi ausencia. — Quiero saber cómo les ha estado yendo.
Emilie me cuenta que su tienda no va muy bien y Eliot se queja de estar harto de trabajar con la familia Johnson. Mientras escucho, me muero por hacerles propuestas de trabajo. Quiero empujar a Emilie a crecer como diseñadora, ya que no tiene los recursos para lanzar su propia marca, y darle a Eliot un puesto importante en alguna de mis empresas para que no tenga que seguir lidiando con esos desgraciados. Mi lengua pica con la necesidad de proponerles algo, pero sé que no aceptarán fácilmente. Tienen una vida en Estados Unidos, y no quiero parecer impositiva, pero… Al diablo, por una vez en la vida quiero ser egoista y pero dando generosos beneficios para consegir que se queden con nosotros.
—Los necesito, a los dos. — Digo señalando mi vientre con una sonrisa. — Corrección, los necesitamos y tengo propuestas para ambos. Quiero que piensen bien en mi oferta antes de responderme.
Me giro hacia Eliot primero.
—Para ti, Eliot, tengo un puesto en cualquiera de mis empresas. Estoy segura de que podrías hacer una gran diferencia en nuestro equipo y dejar de vender ganado a esos desgraciados, pero justamente estoy necesitando aluien que tome mi puesto y tu puesto de trabajo queda a una hora de aqui.
Luego me dirijo a Emilie.
—Y para ti, Emilie, tengo algo mucho mejor. Esta es una de las ciudades de la moda, y odio ver que desperdicias tu talento. Te ofrezco la oportunidad de ser una de las mejores diseñadoras y, si lo deseas, dueña de tu propia marca.
Nuestros ojos se encuentran y el aire en la habitación se llena de una mezcla de sorpresa y emoción. Emilie y Eliot me miran con autentica incredulidad en los ojos, abrumados por el gesto y las oportunidades que les estoy ofreciendo.
Emilie toma la mano de Eliot y luego la mía, mientras me dice con voz entrecortada.
—No sé qué decir, Sam. Esto es… increíble. Gracias, de verdad.— que lo esten considerando me llena de alegria.
Eliot, con una sonrisa llena de gratitud, agrega.
—Yo acepto sin pensarlo, los Johnson me tienen harto y no queremos dejarte aquí sola, menos sabiendo que nuestra ahijada está en camino. — Emilie y yo lo estábamos pensando cuando terminamos nuestra pequeña conversación de anoche. Sabes que nada nos ata, tenemos familia pero queremos un mejor futuro para nosotros, especialmente ahora que decidimos buscar a nuestro primer hijo y…
Me pongo de pie, caminando los dos pasos que nos separan para abrazarlos con fuerza. No hay nada que me haga más feliz en el mundo que verlos de nuevo, y mi corazón rebosa de alegría al tenerlos cerca en este momento tan importante, si ellos logran concebir nuestros hijos creceran juntos y eso seria hermoso.
—Gracias, cariño. No hay nada que me haga más feliz en este momento. No quería pasar sola este embarazo.
Nos separamos, y la expresión en la cara de Eliot me dice que tendremos “esa” otra conversación.
—Ya sé que no tengo que meterme en tus decisiones.
Y entonces empezamos con lo que no quería escuchar.
—Cariño, no. — Lo interrumpe Emilie con firmeza. — Lo hablamos y…
—No, tienes que escucharme. Derek es un idiota, pero tiene derecho a saberlo. Si se lo dices y no lo acepta, bien, será el triple de idiota, pero tiene que saber que espera un hijo tuyo. Creo que si lo haces, todavía pueden arreglar todo este desastre y evitar que se case con esa otra…
—¡Eliot! — Le grita Emilie, claramente furiosa.
El dolor que siento al escuchar que Derek se va a casar tan pronto después de nuestra separación es desgarrador.
—No, tiene que saberlo. Su madre ya tenía todo planeado desde antes del divorcio. Derek aceptó porque es un idiota que no sabe qué hacer de su vida después de Samantha. — Eliot reprocha a su esposa. — Sé que todavía lo quieres. Lo intentaste por tres años y no me vas a mentir diciendo que lo olvidaste en dos meses. Estoy seguro de que si se lo dices, el vendra corriendo hacia ti y dejara todo atras.
¿Lo quiero? ¡Claro que sí! Pero no quiero saber más nada de él. Tuvo su oportunidad y la desperdició. Ahora quiero algo mucho mejor de lo que tuve con Derek. Si algún día vuelvo a enamorarme, quiero que me quieran de la misma forma en que yo doy mi amor, no a medias ni siendo la única que lo da todo.
—No quiero volver con él. Que se case y sea feliz con quien quiera, a mí me da igual. Lo único que necesito está en esta habitación y a mi bebé. — Soy sincera, porque lo que sentía por Derek está enterrado y trabajo a diario para no pensar en él ni recordar nada. — Y créeme cuando te digo que ese libro ya lo cerré y empecé uno nuevo. Ya me lastimaron mucho y no quiero más de eso. — Le sonrío con ternura. — Ahora explícame eso de ahijada, que no entendí.
—No me esquives. ¿Se lo dirás?
No quiero una discusión con Eliot que no entenderá.
—Tal vez, después de que se case. No quiero arruinarle sus planes de boda y aquí tenemos que ocuparnos de otras cosas, ademas cococi a alguien y me hizo dar cuenta de que si pude verlo, si logro gustarme es porque ya no siento nada por Derek, o al menos con la misma intensidad. — Suena el timbre, y veo pasar a una de las empleadas. — ¿Tienen hambre? La cena ya está lista.
Asienten sonriendo, y Eliot parece conformarse con la idea de hablar con su amigo después de la boda. Justo en ese momento, Eva entra con tres hombres detrás, cargando montones de rosas rojas, ramos, arreglos y jarrones. Estoy confundida mientras la empleada me entrega una caja. Tomo la tarjeta y sonrío al ver de quién se trata antes de abrir la caja.
“Que mi maligno plan de enamorarte comience ahora, bella Sam. Te envío mi perfume para que al sentir mi aroma pienses en mí y las rosas como un detalle extra pero no menos importante, como parte del plan.”
Klaus Bulgari.
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