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Otra Manera De Ser Un Ángel

Otra Manera De Ser Un Ángel

Status: En proceso
Genre:Romance
Popularitas:1.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Anaeli Rios

Ángel de la Luna, es la mujer más hermosa que he visto en mi vida; es una niña de alta sociedad y yo solo soy su escolta personal.

NovelToon tiene autorización de Anaeli Rios para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

EL MÁS DOLOROSO DE LOS RECUERDOS

¿Cómo era posible este suceso?, ¿su amada se marcharía con otro?, por supuesto que no, el valor de un hombre radica en su palabra y él estaba dispuesto a cumplirla a como diera lugar.

Escondido detrás de uno de los árboles del jardín, observo con detenimiento la llegada del prometido, un hombre varios años mayor que ellos, educado, galante, no muy alto, de cabellos lisos color oro, que peinaba dividiendo la melena a la mitad, los mechones caían a cada lado de su rostro, sus ojos del color del cielo o tal vez del mar, imponían respeto y seguridad, se llamaba Cristian Beaumont.

Desesperado y como un loco, busco a la señorita por todos los rincones de la casona, necesitaba desahogar sus miedos, el temor de perderla lo invadía, requería saber con seguridad que ella lo elegiría. Angélica sostuvo su rostro, con las pequeñas manos en tonos marfil, lo miró fijamente y lo beso- "No elegiré a nadie que no seas tú"; Antonio la abrazo -"Voy a cuidarte siempre, eternamente te amaré, perpetuamente a tu lado, lo juro"

En uno de sus tantos encuentros de tertulias vespertinas, Antonio le hizo prometer a su hermano que protegería a la señorita cuando él no pudiese hacerlo; para suavizar el ambiente teñido de nostalgia por las palabras pronunciadas, interpretaba en su guitarra los dulces versos que le había escrito.

"Ruego con fervor al imponente destino

 que tu preciosa vida, siempre se cruce conmigo

 Y si en esta vida no puedo tenerte

 te juro que volveré después de la muerte"

"Amarte eternamente será mi gran tarea

 Por ti, enfrentare los peligros, vientos, lluvias y marea

 y aunque tenga que conocer todo tipo de dolor

 Si te quedas a mi lado, nada más importa amor"

Finalmente, la valentía de un hombre enamorado se hizo presente, en compañía de su hermano discutieron el asunto con Joaquín y Analia, quienes al conocer la profundidad de sus sentimientos, optaron por avalar la decisión de su hijo, no retrocedería a su palabra, no sin antes advertirle lo difícil y peligroso del camino que se avecinaba.

Por su lado, Angélica intentó persuadir a su madre, para recibir apoyo y poder enfrentarse a su padre, sin embargo, la irritable mujer, abnegada y sumisa a las decisiones de su esposo, no era más que un objeto de adorno, sin voz, incapaz de pensar por sí misma; a pesar de su edad, joven aún, pareciese como si su vida se hubiese apagado desde hacía muchos años;-No te opongas al dictamen de tu padre, debes cumplir su voluntad en todo momento, no importa sino estás de acuerdo con su criterio, ya te han escogido un prometido digno de esta familia,te arrepentirás más tarde, pronuncio Aurora, con una dicción que mezclaba enojo y desespero.

Juntos, sujetados de la mano y aún rezandole al cielo, llegaron al despacho del sulfúrico señor Sinclair, después de narrar con detalle las intenciones de la imprevista visita, iracundo y desquiciado, arrojo con fuerza todos los objetos que se encontraban en su escritorio, vociferando insultos y maldiciones, se juró asíi mismo, que su unión jamás sucedería.

Pero no se rendirían, "para siempre linda muchachita", en los días posteriores reanudarán la ardua tarea de persuadir al jefe de la familia, incluso Joaquín y Analia, intervinieron por la joven pareja. Cansado pues, de esta tediosa situación, que con ningún tipo de castigo o advertimiento lograba cesar, opto por permitir su unión, falacias palabras, escondidas en amabilidad, urdía un siniestro proyecto para apartar a los enamorados.

Un martes 13 de febrero, después de meridiano, caminando por el sendero, los novios disfrutaban de una conversación en la que soñaban con el futuro, sus nupcias estaban más cerca, finalmente la tendría para siempre. En que momento el azul del cielo se tornó oscuro, el sonido estrafalario de un disparo, penetró en los oídos de Angélica, pasaron unos segundos anonadada, hasta que comprendió la situación, un grito desesperado se escuchó en el lugar, corrió con impaciencia y lo abrazó, la sangre manchaba su vestido, las lágrimas no dejaban de caer- ¡por favor no te vayas! ¡No me dejes, me lo prometiste!, grito hasta casi perder la voz, un llamado de auxilio que nadie escuchó ¿Dónde estaba todas las personas ese día? ¿Dónde estaba Joaquín? ¿Dónde estaba Arturo?

¡No me abandones! ¡No quiero una vida sin ti!, le decía tratando de presionar la herida en su vientre, las lágrimas de ella, caían en el rostro de Antonio, quien aún agonizante, casi perdía por completo la luz de esos preciosísimos ojos verdes, la miró por última vez, tratando de sonreírle y con el poco ímpetu que le quedaba, le dijo "te amo". El ocaso llegaba a la vida de Antonio, que a sus 21 años partía para siempre.

El cielo lloró incansablemente, al igual que Angélica, aferrada al cuerpo sin vida de su amado, el dolor era insoportable, el corazón estaba roto, no había nada más, una amalgama de rabia y tristeza era todo lo que tenía. Una hora más tarde, aparecieron en el lugar, para visualizar la desgarradora escena, familiares y conocidos, que recogían el cuerpo inerte del joven Antonio. Ernesto y Aurora, arrastraron a su hija que parecía un ser sin alma, ya no era capaz de llorar, estaba en un trance infinito. Encerrada en su habitación, evitarían que asistiera al funeral. En secreto se habían organizado los arreglos necesarios, para el matrimonio con Cristian Beaumont a los 2 días siguientes.

Con un dolor que no experimento jamás, recogió los pedazos de su alma, de su corazón, para despedir a su amado, aquel que no volvería a ver, él se había ido, era inconcebible asimilar que ya no tendrían un futuro juntos; Arturo la ayudo a salir de la habitación, la caravana avanzaba entre flores, cánticos, incienso y sollozos. Abrazaba el ataúd de madera, rogándole a Dios que le concediera un milagro, asegurando que haría lo que fuese, si le devolvía a su amor. "Me prometiste que seria para siempre, estás incumpliendo tu palabra, me dejas atrás, no seas injusto", le decía dándole golpes a la caja que confinaba a su amado.

Cinco días después del asesinato de Antonio, lucía un deslumbrante vestido blanco, en una alucinante ceremonia donde ella era la protagonista, dos señoritas de la casa le asistían, para hacer el recorrido por la ornamentada iglesia, no había alma, no tenía expresión en su rostro, indiferente a todo, solo pudo determinar que en el altar, la espera el novio, Cristian Beaumont.

Se despidió de mamá, Joaquín y Analia, abandonaban la casa, Arturo se iría con ella, cumpliría su promesa. Miro a papá, el odio era evidente, aunque nunca se comprobó nada, ese día había dado la orden de que todos los empleados estuvieran fuera, tan poderoso e intocable, no conocería la justicia.

Cristian besaba su cuerpo extasiado, inmerso en su belleza e inocencia, no imagino que su primera vez seria de esa manera, mientras él daba rienda suelta a sus deseos, ella cerro los ojos e imagino que la persona que la acariciaba era él, Antonio Beltrán.

Un estruendo se escuchó en la oficina adyacente, Arturo se dirigió con paso acelerado, la encontró llorando en un rincón del lugar, se acercó y la abrazó, ella repetía una y otra vez- ¡Quiero que él me perdone, ha sido todo mi culpa!

Luna y Alejandro no comprendían por qué ella se veía tan triste, menos aún se atrevieron a preguntar.

- Alejandro te encargó a la señorita, yo me iré con la señora Angélica, hablamos más tarde.

Se sentó en la cama, empezó a beber algún tipo de bebida alcohólica que encontró en la bodega, sorbía un trago, el aroma y el sabor le daban cierta calma. -Sabes, dijo ella en voz alta, por ti decidí estudiar medicina, la impotencia de no poder hacer nada, mientras te veía morir, es una sensación que no pude olvidar.

-Te ves hermosísima en ese vestido blanco, un hada de cabellos cobrizos, que me robo el sueño desde que la conocí.

- Todos están aquí, mamá, papá, Arturo, Joaquín, Analia, incluso el cielo se ha vestido con el mejor color para unirse a nosotros

- Claro, no podían dejarnos solos en este mágico momento, el amor siempre debe celebrarse; quiero estar contigo por toda la eternidad, ¿me conoces el honor?

Su mirada no se apartó del picaresco chico de los ojos verdes,- ¡para siempre quiero estar a tu lado!

Con ternura la sujeto de la cintura, sus manos entrelazadas danzaban al unísono del precioso vals, que tantas veces habían ensayado, su vestido de novia se elevó por todo el lugar, cuál mágico manto que envuelve la más delicada belleza, el aroma de los tulipanes perfumaba todo a su alrededor y los aplausos de las personas, inundaban su pecho con una genuina felicidad.

- Te amo Antonio, le dijo con la sonrisa más grande que haya podido existir.

- Señora Angélica, señora Angélica, la llamaba una de las mucamas, es hora de levantarse, el señor Cristián ha llegado.

-Gracias por la información, le decía mientras se acomodaba en la cama y secaba sus lágrimas, había sido un sueño hermoso.

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ˢⁱᵐᵖ 2ᴅ
😍 Cada capítulo me deja con ganas de más, eres increíble.
Anaeli Rios: Gracias por tus palabras, las apreció mucho
total 1 replies
Thảo nguyên đỏ
Interesante historia
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