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Nueva Zelanda

Nueva Zelanda

Status: Terminada
Genre:Completas / Época / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:5.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Francia Laura

Como en toda historia de colonización hay esclavitud y prostitución. Pero veremos cómo Gerrit, gigante holandés, se enamora de una nativa que trabaja haciendo la limpieza y como Ismaël , el militar francés, pierde el juicio por una prostituta. Dos historias de dos hombres enamorados de mujeres con culturas muy diferentes alas suyas.

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El color del corazón de Ismaël

Ismaël llega a casa, desmonta el caballo y con una mano desensilla el caballo tirando de esta al suelo, el animal está libre de toda atadura y va feliz a su establo a comer. El francés está débil ha sangrado bastante, se siente cansado y quiere descansar, entra a su sala y se deja caer sobre el sillón, pero sostiene su brazo, ahora se encomienda a los brazos de Morfeo.

Tras dos horas de buen sueño, Ismaël necesita agua fresca para lavar su herida, para eso necesita una cubeta y la encuentra en la cocina, ahora tiene que salir hacia la bomba de agua que está ubicada en el patio. Durante el bombeo de agua, una mujer se le acerca.

- ¡Ismaël! – una voz dulce y familiar lo detiene - ¿Estás bien?

La mujer tenía la falda rota, los pies sucios, está cansada de correr por el camino para alcanzar el caballo, Ismaël levanta la mirada y la mujer lucía despeinada, era Hoku. Su presencia le sorprende, ella lo ha escogido.

- ¡Hoku! – expresa su sorpresa, pero ocultando su felicidad.

- ¿Puedo quedarme? – ella está esperanzada en una oportunidad de dejar la prostitución.

Ismaël solo se le acerca y le acaricia la mejilla y balbucea su nombre hasta quedar muy cerca de ella.

-Puedes quedarte todo el tiempo que quieras.

- Voy a limpiar tu herida. - es lo primero que quiere hacer.

- ¿Hace mucho que llegaste?

- No mucho. Cómo estabas a lomo de animal supuse que aquí te vería. Y para obtener agua tendrías que venir aquí también.

- Eres inteligente. Eso me gusta de ti. El animal que dices es un caballo y su nombre es Libertad.

- Ve por trapo limpio, yo saco agua.

Ismaël la contempla unos segundos antes de darle la respuesta afirmativa. Le gusta a Hoku y parece que le gusta más cuando está despeinada, ingresa al interior de la casa con una leve sonrisa, tiene en casa a la mujer sin pagar dote, ese ahorro le permite hacer una mejor inversión.

Hoku bombeó el agua y cargó el balde hasta la cocina, Ismaël la esperaba con trapos limpios sobre la mesa. Hoku saca hojas que encontró en el camino, las traía dentro de su blusa, con la ayuda de un mortero molía esas hojas. Esas hojas son hierbas medicinales que se usan para curar ese tipo de heridas. Ella ha pensado en Ismaël y en su brazo lastimado. Para Ismaël es algo nuevo, no entiende lo que hace, pero la deja hacer.

- Ahí está el agua ¿Qué estás haciendo? – le gana la curiosidad.

- Estoy preparando un ungüento para tu herida. Ayudará a sanar más rápido.

- ¿Dónde las recogiste? Por aquí no hay estas plantas.

- ¿Recuerdas dónde me dejaste?

- Por supuesto que lo recuerdo, te dejé en la entrada de tu aldea.

- Camino a casa encontré las plantas, arranqué algunas hojas de cada tipo. – no mira a Ismaël en ningún momento, ella se enfoca en la preparación del ungüento. - ¿Puedes quitarte la camisa? El ungüento está casi listo, voy a lavar tu herida.

Ismaël se muestra un poco escéptico con el ungüento hecho en casa por una prostituta, ella no es médico, pero al ser nativa pensó que tal sepa de curaciones básicas y se quita la camisa. Hoku con cuidado lava la herida dejando correr un poco de agua al inicio, luego toma un trapo limpio lo sumerge en el agua e inicia con el proceso de lavado minucioso.

La herida está infectada un poco, pero con cuidado logra déjala limpia. El trapo usado lo tira al suelo y con un segundo trapo seca toda el área a tratar y luego con los dedos obtiene un poco de ungüento verde y va tapando el profundo corte, procurando no dejar gotear una sola gota del preparado.

- ¿Te ha dolido? – a ella le preocupaba el dolor por la infección que se estaba formando.

- Al principio, pero no mucho, la herida estada infectada y algo inflamada. Una vez limpia, no sentí nada.

- ¡Que bueno saberlo! Ahora quiero que vayas a descansar para que el remedio haga efecto.

- ¿Sin tapar? La curación se va a caer.

- Cuida de que tú brazo no roce con nada y descansa bien, el ungüento tiene que secar; si lo tapo, el trapo absorberá el remedio y herida no sanará.

- Entiendo, iré a la habitación y dormiré un poco.

- Iré al mercado para comprar carne de heihei, para cuando despiertes, tendrás que tomar caldo de heihei.

- ¿Que es heihei? – Ismaël no entiende ese vocablo.

- Animal de coral con plumas y pone huevos. – ella describe el animal con calma.

- ¡Ah, la gallina! – Ismaël entendió de inmediato.

- A mi tierra dan caldo de gallina a las mujeres que acaba de parir y no es mi caso.

- El caldo de heihei es para reponer las fuerzas por el sangrado. Una mujer al parir sangra y tiene que reponerse para poder alimentar al niño. Eso hicieron con mi hermana.

- Está bien. Aceptaré el caldo de gallina por qué me has convencido. Pero si demoras iré a buscarte y si tengo que matar a alguien lo haré.

- No hace falta.

Ismaël se acerca a Hoku, la mira detenidamente a los ojos, le acaricia la mejilla y le planta un beso en la frente, la vuelve a mirar, la vuelve a acariciar y se retira para que ella puede ir por la gallina y él a guardar reposo.

Hoku siguió en la cocina, de pie delante del asiento donde estaba Ismaël, ese hombre le ha besado la frente, esa actitud la dejó pensativa, por unos segundos estuvo como bloqueada, luego se apresuró para limpiar la cocina tomó una bolsa y unas monedas de cambio que Ismaël siempre le deja y sale para el mercado.

Ella llega a casa con la gallina, está envuelta en hojas para mantenerla fresca, también compró unas verduras frescas. Ismaël se quedó dormido, ella se apresura para hacer hervir la gallina, ese tipo de carne demora en cocinar. El caldo de gallina va tomando un delicioso olor, un aroma que invade todos los ambientes de la casa, hasta invade las fosas nasales de Ismaël, que lo despierta y las tripas empiezan a retorcerse obligándolo a levantarse e ir por la comida.

El caldo no está listo todavía, pero las tripas de Ismaël suenan terrible, él está justo detrás de ella, ese molestoso ruido pone en alerta a Hoku.

- Tengo hambre. – Es todo lo que Ismaël pronuncia.

- El caldo no está listo.

- ¿Falta mucho?

- No. Pero mientras termina de cocinar puedes ir a vestirte. El ungüento está seco. – le revisa el brazo.

- ¿Me vistes? - Ismaël se engríe – no puedo hacerlo solo.

- Vamos.

Ismaël y Hoku pasan juntos un momento antes de ir a comer el caldo, después de disfrutar su comida pasan el resto del día juntos.

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Ale
Excelente
Ale: Gracias a vos x tu linda historia, me encanto. Soy de mucho leer, ahora estoy con tu otra historia. Felicitaciones
Francia Ortega: Gracias por valorar la historia ☺️
total 2 replies
Sandra Robles
bien por los esposos, leales a su espositas.
Sandra Robles
hermoso capitulo.
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