¿Por Qué Una Emperatriz?

DANNA

Cuando dijo que era un sorpresa lo dijo enserio, durante todo el camino, que la verdad fue muy largo, este palacio es enorme, intente que me dijera algo, y aunque insistí e insistí él no dijo nada, vaya que tiene paciencia porque hasta yo sé que me puse de lo más insoportable.

Al final llegamos a un hermoso invernadero lleno de flores y mariposas la verdad era muy femenino para mi gusto, y no me malentiendan no tengo en nada en contra de las flores pero no es algo con lo que a lo largo de mi vida haiga estado presente, así que no les agarre gusto, pero lo que más me hizo sentir incomoda fue la atmosfera.

Al llegar tomamos asiento en una pequeña mesa que había en el lugar, después de que tomamos asiento llegaron un par de sirvientas con algo de té y postres, no sé cómo hizo este hombre para preparar todo esto tan rápido pero me alegro, si bien no soy fan del té, si lo soy de los postres, siempre ame los dulces, hasta allí todo iba bien, pero entonces paso, el peor momento de mi vida.

- Veo que te gustan mucho las cosas dulces – oigo que dice Amaro cuando ya voy por mi quinto pastelito

- Si, siempre me han gustado – le dije con una sonrisa – y usted que prefiere ¿lo dulce o lo salado? – le pregunto

- Nunca lo he pensado, pero ahora que me lo preguntas, creo que lo dulce, ya que me gustas tú y eres muy dulce – me dijo y yo me atragante y empecé a toser como poseída, estaba segura que la comida se me había ido por el tubo equivocado

El emperador rápidamente se colocó a mi lado y me ayudo a evitar mi muerte prematura, pero sus maniobras de salvación lo pusieron muy cerca de mí y cuando me quise dar cuenta nuestras caras estaban muy cera, y peor aún nuestros labios, y algo me decía que este me quería besar, por lo que tome uno de los pasteles y se lo metí en la boca

- Pues en ese caso pruebe este, es muy delicioso – le fine mientras empecé a reír como una desquiciada, mi corazón latía rápidamente, pero no me detuve a analizar la razón, había cosas a las que prestarle más atención que aun posible ataque cardiaco.

Esto era de lo más surrealista, no decían que a los hombres de esta época les gustaban las mujeres delicadas y de buenos modales, porque yo era todo lo contrario, bueno en mi otra vida a mí me gustaban las mujeres con carácter, pero que fueran dulces y femeninas, esa es la razón por la que nunca me sentí atraído por algunas de mis compañeras de escuadrón, ya que yo las veía como un compañero más, un hermano, es por eso que lo último que me esperaba era que Amaro sintiera algo por mí, en primera siento que no hemos pasado el suficiente tiempo juntos, en segundo soy un hombre y actuó como tal, por más que luzca como una chica, así que según mi lógica él debe de verme como un compañero, no como una mujer.

Creo que Amaro noto mi incomodidad ya que no volvió a mencionar el tema, peor si pude ver como su ánimo decayó en poco y la verdad me sentí mal, nunca es fácil ver a un colega sufrir por amor pero no puedo hacer nada.

El resto de la tarde transcurrió un poco tensa pero aun así puse lo mejor de mí para aligerar en ambiente ya que era triste que pasáramos nuestra tarde libre tan incomodos uno con el otro, cuando llego la hora de la comida ya ambos estábamos más relajados, pero aun así no pude quitarme sus palabras de la cabeza, tenía que lograr que se le pasara ese enamoramiento o lo que sea sienta por mí.

Llegamos al comedor y la verdad yo me moría de hambre, cuando llegamos pude ver allí esperándonos a la princesa Camila y cuando me vio supe que me reconoció y me di cuenta de que sería mi fin, le pedí a mis guardias y a Anna que no dijeran nada, pero no se lo pedí a la propia Camila y fue algo que no pensé, fui una estúpida.

- ¿tu?, ¿Qué haces aquí? – me pregunto muy confundida con mi presencia

- Camila recuerdo haberte dicho que le tengas respeto a mi esposa – oigo que le dice Amaro

- ¿ella es tu esposa? – oigo que le pregunta a su hermano a lo que este asiente – pues olvida todo lo que dije, ella es perfecta para ti, bienvenida a la familia – me dice mientras me abraza ante la mirada de un confundido Amaro y una muy confundida yo, porque no tengo idea de lo que pasa

CAMILA

Empiezo mi investigación con Jenaro, él es el mejor amigo de mi hermano y como yo estuvo en total desacuerdo con este matrimonio, así que espero que pueda decirme como es la esposa de mi hermano y quizá incluso quiera ayudarme a separarlos, lo encuentro en su estudio donde rápidamente me dejan entrar

- Camila, que sorpresa verte – me dice mientras se levanta y me da un abrazo

Amaro, Jenaro y yo nos criamos juntos y somos como hermanos, sé que sin importar lo que pase siempre puedo contar con él.

- Llegue antes para sorprenderlos, me alegra haberlo hecho – le digo con una sonrisa

- ¿ya pasaste a ver a tu hermano? – me pregunta

- Si ya lo vi, y la verdad es que nos peleamos – le confieso

- ¿Por qué? – me pregunta

- Su esposa – me contesto

- Tenía que ser esa mujer – oigo que dice, pero a pesar se lucir molesto, su voz no lo refleja, al contrario parece divertido

- ¿es muy mala? – le pregunto

- No, solo es una rencorosa de lo peor – me dice, mientras una sonrisa asoma su rostro

- ¿Por qué? – le pregunto

- Digamos que me deje llevar por los rumores que decían de ella y ahora cada vez que me ve me insulta o me hace muecas – dice algo molesto pero a la vez divertido, creo que la Emperatriz le agrada más de lo que dice

- Entonces ¿no es como los rumores dicen? – le pregunto

- No sabría decirte, al principio fue justo como los rumores decían, mimada, caprichosa y muy molesta, pero cuando llego la boda y ella se intento quitar la vida frente a tu hermano, pues nos dimos cuenta que ella solo quería huir de aquí, creo que esperaba que la regresáramos con su padre por su actitud, así que toda su actitud era un teatro, me apena decir que solo tu hermano y la señora Ginebra se dieron cuanta, pero su actitud desde que despertó hizo que los demás lo notáramos – me confianza y yo no doy crédito a lo que me dice