Segunda parte de la Saga PROMESA Y DESTINO que narra la historia de Fafner y Lugus
La existencia de Taranis Lugus ha sido marcada por el dolor, creyéndose un ser maldito, que sólo puede llevar desgracia a los que lo rodean y que no merece la esperanza del amor. Decidido a ayudar a su pequeña Libelle a traer a sus crías al mundo, Lugus elige sacrificarse, creyendo que es lo mejor para sus seres queridos, a pesar de que esto pueda significar tener que dormir un par de siglos y no volverlos a ver...
Por su parte, Fafner intenta escapar nuevamente de lo que comienza a sentir por Lugus; embarcandose en una serie de misiones que en lugar de ayudarlo a olvidar lo harán conocer más sobre la raza demoníaca y quién es realmente Lugus.
¿Podrá Fafner regresar a tiempo para volver a ver a su demonio?
¿Lugus logrará superar su terrible pasado y aceptar que él también merece amor?
Acompaña en esta nueva historia al Clan Lanira y los Dragones del Clan Nithe Ragnar.
NovelToon tiene autorización de misstyc yippsi para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
El pacto con el demonio...
Al escuchar las palabras de aquel demonio, la mano de Fafner alcanzó de forma instintiva el frasco que llevaba colgado al cuello, él nunca lo había visto como un amuleto, más bien, las consideraba su tesoro, pero sus razones eran más personales que el simple hecho de venir de un príncipe —Yo no sabía...— fue lo único que alcanzó a murmurar ante la sorpresa.
—¡Eso es obvio!— el demonio ya había manoteado, cambiado de color y ahora le enseñaba los colmillos mientras hablaba —Creo que sólo te has dedicado a ejercitar tus músculos, mientras dejabas pudrir tu cerebro.
—¡¿Cómo te atreves?!— reaccionó consternado Fafner, que no se esperaba el insulto.
—¿Yo..? Ja, ja, ja... ¿Entonces me puedes explicar cómo es que no sabes nada de él, que en éste momento, debería de ser tu señor?— de nuevo Fafner se sentía perdido en la conversación, pero ese demonio no parecía querer darle un respiro —Déjame informarte que entre los nuestros, cuando le llegamos a perdonar la vida a alguna de nuestras presas, es porque esperamos una de dos cosas; o que el agraciado se conviertan en nuestro vasallo, por lo menos cien años; o... bueno la otra opción en tu caso sería ridícula, ya que mi príncipe te ha dejado estar lejos de él...
Después de las últimas palabras del intruso, Fafner llegó a su límite, ya se había cansado de que aquel demonio lo estuviera ridiculizando y menospreciando, la mitad de la conversación él había sentido que se estaba perdiendo de algo importante y no le gustaba, ni quería seguir dilapidando el tiempo en ello —Para tu información, incluso para los sobrenaturales, el conocimiento sobre tu raza es casi un tabú, y después de la Santa Inquisición tener tratos con los de tu raza era equivalente a la muerte...
—Curioso— en un instante toda la furia de aquel demonio pareció desaparecer —Yo creía lo contrario, después de todo, muchos de los clanes más poderosos de dragones apoyaron esa atrocidad, incluso se beneficiaron de ella, ganando poder y fortuna a costa de las demás razas perseguidas...
Había cierta melancolía en la voz de ese demonio, y era comprensible, ya que las razas más longevas aún resentían aquella persecución y las pérdidas que tuvieron por ella —Aún arrastramos muchas deudas debido a la infamia de la Santa Inquisición, pero no todos los Clanes de dragones participamos de ella, algunos nos opusimos...— la mirada del demonio, al escucharlo, por fin se suavizó —De cualquier forma, el conocimiento sobre ustedes fue erradicado y prohibido casi en su totalidad...
—Es verdad— admitió el demonio, en parte era por el miedo a la persecución, pero en otra gran medida era porque ellos así lo habían decidido, después de todo lo que su raza sacrificó por los humanos, ellos habían terminado dándoles la espalda, por eso toda su raza se había vuelto tan hermética —Ya entiendo, por eso el príncipe hizo un par de tratos para obtener algunos libros, afortunadamente quedaban las copias de lo que el buscaba en la tierra, ya que ir al infierno y volver hubiera demorado por lo menos un par de años y...— dijo casi en un susurro, dirigido más para él que para su interlocutor.
—¿De qué libros estás hablando?— preguntó Fafner de inmediato, interrumpiendo la reflexión del intruso, él necesitaba saber qué estaba pasando en casa y quizás saber de qué trataban esos libros, le pudiera dar una pista.
—¡Eso a ti no te importa!— contestó desdeñoso el demonio —Si el príncipe no te lo ha dicho, es porque no eres digno de su confianza, o... quizás pensó que siendo tan tonto no lo entenderías, ¿cómo podría saberse?— concluyó con burla.
Fafner apretó la mandíbula, pero de inmediato cambió su actitud, se le había ocurrido una excelente idea —Sí te indigna tanto que tu príncipe le perdonó la vida a un ignorante como yo, tú deberías remediarlo— ofreció con una sonrisa de lado.
—Mmm... No creo que se pueda— meditó el demonio y con un tono de desilusión concluyó —Si te mato podría meterme en problemas...
—No me refería a solucionarlo de esa forma— de inmediato Fafner trató de corregir el rumbo que estaba tomando su conversación, preguntándose cómo había llegado esa criatura a aquella conclusión —Yo me refiero a que tú podrías enseñarme sobre tu raza...
—¿Porque lo haría?.. No quiero, es mucho trabajo...— despreció receloso la oferta el demonio.
—Pero sólo así podrías entender el porqué tu príncipe decidió salvarme...— Fafner trató de tentar al intruso, usando su curiosidad como medio.
—Tal vez— dudó por un momento —Pero no me parece un trato equitativo... quiero algo más...— ese era el momento que había estado esperando el demonio, como los humanos decían: a cada minuto nace un tonto; y aquel dragón ingenuo, al parecer acababa de morder el asuelo —Mi señor me ordenó terminar con todos los involucrados en el atentado contra su hija...— al notar que el dragón seguía callado, el demonio se apresuró a lanzar su propuesta —Quizás tú puedas ayudarme a terminar el trabajo, entonces tendríamos un trato.
—¿Esa era tu intención desde el principio?— preguntó de inmediato Fafner, haciéndole ver al demonio tramposo que los dos podían jugar el mismo juego —No me respondas, no importa, también me interesa terminar con ellos, así que acepto el trato— en ese momento Fafner extendió la mano hacia el demonio, al tiempo que comenzaba a recitar el principio de la promesa —Jeg, Fafner Nithe Ragnar, vil hjelpe til i jakten på alle de involverte i angrepet på Lord Draculs datter, i bytte mot deg...— (Yo, Fafner Nithe Ragnar, ayudaré en la cacería de todos los involucrados en el atentado de la hija del señor Dracul, a cambio de que tú...)
—Andras...— aclaró el demonio que se apresuró a tomar la mano de Fafner.
—I bytte for at du, Andras, er min guide og lærer for å lære alt om demonrasen og helvete— (A cambio de que tú, Andras, seas mi guía y maestro para aprender todo a cerca de la raza de los demonios y el infierno) una extraña luz brillo dentro de sus manos.
—Jeg, Andras, tar din behandling for å respektere den— (Yo, Andras, tomo tu trato para honrarlo) y con esa respuesta la promesa fue sellada y una marca rojiza, parecida a un anillo, se dibujó en el dedo índice de la mano derecha de Fafner y de Andras; como prueba del pacto que se acababa de realizar.