Maximiliano Smith, el último soltero de los Insoportables descendientes, nos contará su historia de amor. Después de una relación fallida y una hija, encontrará a la mujer que haga latir su corazón.
Solo que ella, será un alma indomable y él deberá luchar para penetrar esa dura coraza, si quiere el premio mayor. "el corazón de su amada".
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CAPÍTULO 9
Malena sobresaltó y se asustó al ver a Fabián actuar así.
Ella se acercó a él y lo abrazó. Fabián no resistió más y comenzó a llorar en sus brazos.
—¿Qué te pasa amor? ¿Por qué estás así? —le preguntó Malena, mientras se aferraba a él.
Fabián no quería decirle la verdad. Él estaba dispuesto a arder en el infierno, si era necesario. Solo quería estar con ella, amarla, hacerla su esposa en un año, tal y como lo tenían planeado.
Malena tomó el rostro de Fabián entre sus manos y secó sus lágrimas con sus pulgares. Ella miró tristeza en sus ojos. Malena bajó su mirada a sus labios y no se resistió más y lo besó.
Fabián se perdió en el deseo y le correspondió. No conforme con eso, él comenzó a desnudarla y ella a él.
Fabián había decidido amarla y no decirle nunca la verdad. Ella no tenía por qué enterarse
En ese momento, tocan la puerta con fuerza y ellos se separan.
Fabián reacciona al oír la voz de su madre y se aleja de ella.
Mientras tanto, Malena se arregla la camisa y corre hacia la puerta, la abre y sale totalmente avergonzada.
Fabián por su parte, se deja caer en la silla y vuelve a servirse un trago.
Denisse entra con un álbum de fotos en las manos y se acerca a él.
Fabián trata de disimular la tormenta que tiene en su interior y le recibe el álbum de sus manos.
—Aqui te traje el álbum. Estamos todos. Estos son tus abuelos. —le dijo su madre. Señalando una foto. Mostrándole una imagen de una mujer y un hombre de 60 años aproximadamente.
Era impresionante esa imagen, porque si Malena y él se tomaran una foto en esa misma pose, se pudiesen pensar, que eran las mismas personas, unos veinte años más jóvenes.
—Debes dejarla ir. Porque no solo lastimaras su corazón y el tuyo, sino que puedes condenar a la próxima generación. El incesto es un pecado hijo. Perdón por no haberme dado cuenta antes. Pero tú me mentiste, dijiste que se llamaba Milena y eso me despistó, pero después de ver tu cara durante nuestra conversación, busqué este álbum y ahí la vi. Ella es idéntica a tu abuela Magdalena.
Fabián abrazó a su madre y comenzó a llorar de nuevo. Nunca se había enamorado y justo lo hacía de su media hermana.
—No puedo dejarla ir, mami. No puedo y no quiero.
—Entonces debes decirle la verdad. Debe ser una decisión de los dos. Porque ella también se estará condenando a ir al infierno.
Fabián asintió, besó la frente de su madre y subió a su habitación.
No lo podía creer, pero aún no estaba seguro de decirle. Por hoy solo se dormirá deseando que acabe rápido este maldito día.
Mientras tanto en Chicago...
Maximiliano estaba tratando de entender lo que decía el doctor sin volarle la cabeza.
—A ver doctor. Déjeme ver si entendí. ¿Usted me está diciendo que mi hija de cinco años. No volverá a caminar?
El doctor comenzó a sudar y su voz salía entrecortada.
—Señor Smith. No es definitivo, es temporal, solo mientras se le desinflama esa área. Debe asistir a terapia y fortalecer sus piernas.
—¿Cuánto tiempo?
El hombre sintió un frío recorrer su espina dorsal. El hombre frente a él, tenía una mirada intimidante Y un aura oscura.
El doctor tragó grueso y le respondió:
—Señor Smith. El tiempo es relativo. Pero la niña es fuerte, ella se recuperará pronto. Arriesgándome, diría que no más que un par de meses. Porque debe tener un mes de reposo absoluto y después comenzar con las terapias. Puedo recomendarle al mejor terapeuta.
El doctor sintió como el cuerpo del hombre se tensó y se alejó de él, para acercarse a su pequeña.
Maximiliano sentía su corazón sangrar. ¿Cómo le diría a su pequeña que no podía correr, ni jugar?
Maximiliano sintió a su niña gemir y le besó la frente.
La pequeña Estrella abrió los ojos y le dio una pequeña sonrisa, pero emitió un gemido de dolor
—¿Te duele mi amor?
La pequeña asintió y una lágrima rodó por sus ojos.
Maximiliano fijó su mirada en el médico y le reclamó
—¿Qué espera para hacer algo? No quiero ver a mi princesa sufrir
El médico asintió y sacó de su bata una jeringa y le inyectó un poco en el envase del suero que estaba conectado a la pequeña.
—Ya regreso, señor Smith. Voy por la enfermera.
El hombre salió casi huyendo del lugar. Esperaba que a la princesa Smith se le pasará el dolor.
Mientras tanto en Miami...
Malena se despertó temprano, se cambió y salió a correr.
Ella se sorprendió al ver que Fabián no se había levantado aún. Pero aún se sentía avergonzada por lo sucedido ayer. Entonces decidió retrasar su encuentro un poco más.
Por otra parte, Fabián estaba aún acostado. No tenía ni fuerzas, ni ganas de levantarse. Había tomado una decisión y tenía que llevarla a cabo hoy mismo.
Anoche estuvo a punto de hacerle el amor y sabe que no se resistiría si vuelve a darse la oportunidad.
Con esos pensamientos, Fabián se levantó de su cama y entró al baño. Él se sorprendió al ver su rostro demacrado en el espejo.
Y más se frustró en entender que esa tristeza que se refleja en sus ojos, lo acompañará por lo menos, por un año más.
Fabián salió de su habitación, vestido y perfumado. Al bajar al comedor, se encontró con su madre. Él frunció el ceño al ver el puesto de Malena vacío.
Su madre sintió un vacío en su corazón, al ver el rostro de su amado hijo con esa expresión triste y demacrada.
—Ella salió a correr. Depp está con ella.
—Otra vez la mosca en la sopa. —dijo Fabián, celoso de la cercanía entre ese hombre y su amada.
—Deja los celos. Sabes bien, que ella no tiene ojos sino para ti. Aunque me duele admitirlo. Ella te ama hijo ¿Y tú? ¿Qué decidiste?
—Decidi que no voy a decirle la verdad a Malena. No aún. Pero quiero que muevas tus influencias. Quiero que este último año, se interne en una escuela para señoritas. Quiero alejarla de mí ese tiempo. Que ella tenga la oportunidad de aclarar sus sentimientos.
—No creo, que acepte marcharse. Sabes que ella estudia online, para cuidar de mi. Mientras tú no estás. Además, ¿Que harás, cuándo ella regrese?
Fabián tomó una gran bocanada de aire y la soltó bruscamente, antes de responder:
— Si en ese tiempo que estaremos separados, ella me confirma que aún me ama. Le diré la verdad y la haré mi esposa, mi mujer. Y nos iremos juntos al infierno.