Sahara es una chica dulce y amable, que para salvar la vida de su hermana tuvo que entregarse a un mafioso; pero ella se equivocó, da todo por una familia egoísta y esa decisión cambia su vida, ahora ella tiene que empezar a vivir sola, a valerse por si sola, sus problemas empiezan con esa desicion.
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CAPITULO 09. MAS PROBLEMAS
Nil sonríe, al verlo tan desesperado, tan inquiero por ayudar esa joven, mueve su cabeza en negación; pero la historia que le contó hasta a él se le hizo triste y con su voz tranquila le dice.
Carlos no hace falta que me des ningún dato, voy a confiar en ti y espero no tener problemas, porque si me causa problemas, no habrá más favores para ti; ahora sal de aquí y tú mismo marca al hospital, habla con el director y dile lo que quieres para ella. Carlos déjale en claro al director que es una orden mía y que nadie puede molestarla, que te pase un reporte cada mes, par que tú mismo sigas su comportamiento, desde hoy ese es tu problema, lo entiendes verdad.
Gracias jefe, le prometo que no habrá ningún problema, yo me are responsable de esa mujer.
Carlos salió del despacho dejando solo a Nil, al quedarse solo se relajó un poco, se recostó en el sofá que estaba en su despacho y empezó a recordarla; curiosamente el recuerdo que más le llegaba a su cabeza, era el momento en que la escucho llorando en el baño, ese recuerdo lo estaba matando, lo ponía de malas. Él no podía con su sentimiento de culpa y eso lo hacía sentir tan mal, estar de malas, todo le molestaba, terminaba siempre gritándole a quien menos lo merecía, desquitando su molestia con quien no tenía culpa.
Nil quería que ese sentimiento de culpa terminara, se repetía así mismo siempre "no es mi culpa, entiéndalo bien, ella lo decidió, yo no la obligue, maldita conciencia ya entiéndelo" después de decirse estas palabras mentalmente pasaba a pensar "¿cómo estará?, hace una semana y un mes que todo paso, mismo tiempo que no se nada de ti y curiosamente, solo te conocí unas horas; solo esas horas fueron suficiente para que te metieras en mi conciencia, mujer tonta, si hubiera sabido, que tú serias mi karma, juro que en el momento que te mire, me hubiera dado media vuelta y me hubiera alejado de ti" siempre cerraba sus ojos, se metía en sus recuerdos, que iban desde escuchar su llanto, hasta lo bueno que fue estar con ella.
Nil pasaba de estar enojado, a estar excitado y siempre terminaba con remordimiento, con culpa y eso era todos los días, desde el momento que despertaba, hasta que se iba a dormir; pero esto era otro problema, sus sueños siempre terminaban en ella, en su recuerdo, eso hacía que no pudiera dormir bien, que no pudiera descansar, tuvo que dejarse checar por un médico y a hora dependía de pastillas, para poder dormir. Para él sus días se convirtieron en amargura, desde el día que la dejo atrás, no encontró paz, se convirtió en un hombre amargado, triste, frívolo, más de lo que ya era; pero esta vez era mucho peor, no toleraba los errores, era más sanguinario con sus enemigos y esta vez no había enemigo pequeño, al cual no se le presentara y lo hiciera sufrir hasta quitarle la vida.
Carlos marcó directamente al director general del hospital, literalmente le ordeno, que le diera un contrato indefinido a Sahara, le ordeno que nadie podía molestarla y que debía tener el trato justo de un trabajador normal, su salario permanecería igual hasta la entrega del título, donde su contrato laboral cambiara al de un médico; el director general se puso muy nervioso al escuchar lo que le ordenaban y dominado por el miedo le dice.
* señor, dígale al jefe, que yo no sabía que era una de sus protegidas, de haber sabido, nunca hubiera permito que la molestaran, sé que el doctor ha sido un poco duro con ella, pero entiéndalo, él se enamoró, solo quería que se fuera del hospital, no soporta verla; pero yo, no la despedí, le dije que era buena trabajadora, que no podía despedirla sabiendo lo buena que puede llegar hacer como médico, no por un problema personal, he sido buen director. Por favor dígaselo al jefe y prometo poner más atención, no volveré a dejar que mis sentimientos me controlen.
* ¿qué tonterías estás diciendo?, como que has dejado que uno de los doctores intimida a otro, será mejor que pongas un alto a esto y que no vuelva a pasar; otra cosa, será mejor que me mandes a este número, el informe por mes, de cómo trabaja y comportamiento, se serió, porque sabré si mientes.
Después de decir eso colgó la llamada y Carlos se empezó a sentir más curioso por esa joven; desde ese día estuvo atento a ella, revisando cada informe que el médico le envió, asegurándose que nadie la acosara y respetara.
Cuando Sahara salió del ultrasonido, se despidió de las dos doctoras, les dio las gracias y regreso a su departamento; paso a revisar al joven, le inyecto el antibiótico, después solo se fue a su departamento, no era muy tarde, aun el sol no se metía, pero ella ya no salió para nada, se recostó, lloro tanto como pudo, no quiso comer nada y solo se quedó ahí recostada hasta que se quedó dormida.
A la mañana siguiente siguió su rutina, paso a ver al joven y de ahí se fue al hospital, en el momento que llego la de recursos humanos ya la esperaba, la llevo a su oficina, le entrego el nuevo contrato, algo que la puso muy feliz; ella tenía trabajo indefinido y ahora no importaba nada, más que ahorrar para cuando sus bebés llegaran, estar preparada para ese momento.
Sahara no pago el examen de titulación, sentía que no tenía caso, no podía gastarse el poco dinero que tenía en eso, tenía que ahorrar todo lo que pudiera por cualquier cosa; ahora ella estaba sola, no había nadie para sacarla de sus problemas y pronto tendría dos bebés en sus brazos, los cuales iban a depender totalmente de ella. Ella se puso un chip, donde ya no importaba ella, solo esos bebés y desde ese día, ella dejó de sentir, no dejo que sus sentimientos la dominaran y menos la tristeza, no quería que nada perjudicara a sus bebés; desde ese momento ella se dedicó a trabajar y regresar a casa, pero las cosas empezaron a cambiar para bien de ella.
En el hospital la doctora y Mariela, empezaron a cuidarla, diario se aseguraban de que comiera con ellas, de que tomara sus vitaminas y todo lo necesario para su embarazo; las dos se convirtieron en sus verdaderas amigas, dos personas que cuidaban de ella, que siempre estaban atento a ella y a lo que necesitaba.
En el departamento, los inquilinos empezaron a buscarla, para que los ayudara con sus enfermedades; Dulce esparció el rumor de que era una médico excepcional y eso provoco, que más de uno la buscara para que los checara, algo que hizo que todos empezaran a quererla, a cuidar más de ella. Cuando todos supieron de su embarazo, Arturo empezó a verla mal y quiso sacarla, pero la mayoría de los inquilinos se juntaron para evitar que la echara, sobre todo el joven al que había ayudado, fue un momento desesperante para ella, pero al final todo salió bien, aunque desde ese día Arturo la empezó a verla mal, pensando que era una mujer fácil y de mala reputación.
Ella lo ignoraba y diario que llegaba o se iba lo saludaba con respeto, aunque él no le contestara; diario que llegaba del hospital ya había gente esperándola para que los revisara, ella empezó a entender el sistema del hospital y empezó a sacar medicamento como para gripa, calenturas, enfermedades normales, que les daba a los enfermos de donde vivía. Mariela, que se dio cuenta de lo que hacía, empezó ayudarle y en su día de descanso iba con ella para atender a las mujeres embarazadas o algún otro tipo de enfermedad; eso las hizo más unidas, hasta el punto que ella se quedaba a dormir en ocasiones con ella, llevaba una colchoneta, una cobija y almohada.
El doctor, que tanto la molestaba, se disculpó con ella, pero al darse cuenta de su embarazo, empezó rumores en el hospital, que la ponían como una mala mujer, entre sus rumores decían que ella misma no sabía quién era el padre, por eso no había nadie a su lado, que se había acostado con tantos hombres que él mismo la rechazo cuando se dio cuenta; estos rumores, empezaron hacer que muchos de los trabajadores la molestaran con indirectas o invitaciones indecorosas, la mayoría de las mujeres la empezaron a tratar mal, creyendo los rumores, tratándola como una mujer fácil, degenerada.
Sahara ignoraba a todos, ella siempre se decía así misma, esto no es cierto y yo lo sé, lo que los demás digan no importa; así paso tres meses de su embarazo, ya estaba en su cuarto mes de embarazo cuando un día se encontró en la entrada del hospital con el médico que la molestaba. Él se paró enfrente de ella, tapándole el paso, queriendo molestarla y de manera molesta le dice.
¿Aún sigues aquí?, después de que ya todos en el hospital sabemos la clase de mujer que eres, yo en tu lugar tuviera vergüenza y no volvería; pero claro, tú eres una descarada, que no conoce la vergüenza. Sahara, ya que tengas a tu bastardo o bastarda, búscame, estoy dispuesto a pagar tu tarifa, para que pases un rato conmigo.
Sahara sintió vergüenza al escucharlo y trato de sacarle la vuelta, pero él no la dejo, seguía atravesándose en su camino; pero lo que la hizo sentir peor fue como los espectadores que los miraban y escuchaban se empezaban a reír, eran compañero de su trabajo, entre doctores, enfermeras, enfermeros, doctoras, los de limpieza. Ella no sabía cómo contestarle, no quería problemas en su trabajo, no podía darse el lujo de perderlo y por más que quería callarlo, gritarle sus verdades, pensaba que eran solo palabra y no la iban a afectar, no iba a caer en sus provocaciones, para que la despidieran; se le quedó mirando con desprecio y enojo, tratando de no caer en sus provocaciones, no iba a dejar que la metiera en problemas.