Mi nombre es Fernanda, vivo en una época donde las mujeres vivimos esclavas de las normas morales, de los valores, ética y las disque buenas costumbres de la sociedad.
Hoy estoy en el fango, cometí el peor error de mi vida, creer en las promesas de amor de un falso hombre y aquí estoy embarazada, siendo la peor mujer para la sociedad, la gente me mira mal, me hace un lado y todos me dieron la espalda por qué soy una mujer indecente.
Pero la vida me tenía que abrir los ojos a golpes, entender que no todos son buenos y no todos son malos, como la mujer que se convirtió en mi suegra, ahora no se ¿debo odiarla o quererla?
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CAPÍTULO 12
Me pare en seco y él volteo a verme, en ese momento le dije. – Entonces dime ¿Por qué me pediste matrimonio? Yo estoy embarazada, no soy una joven pura, la mayoría de los jóvenes como tú se darían media vuelta para evitarme, para no estar relacionados conmigo, pero tú no solo me pediste matrimonio, tambien estas corriendo con todos los gastos de la boda, algo que no era necesario y hasta estas preparando una fiesta, como si este matrimonio fuera algo real.
Me le quede mirando, esperando su respuesta y no me esperaba que él se me acercara tomo una de mis manos, dejo un beso en ella y me dijo. – Para mí este matrimonio es muy real, no es una fantasía, tampoco es una farsa.
Yo sé que tú nunca volteaste a verme, pero yo si te observaba desde lejos, me gustaba verte, eras una mujer hermosa, su cabello largo y con ese lacio perfecto, me encanta; tus ojos grandes que muchas veces dese que voltearan a verme, tu perfecta boca de labios gruesos, que muchas veces quise que me dijeran un hola.
La verdad siempre te observe desde lejos, como miras las estrellas, te miraba inalcanzable, por eso nunca te hable, me conformaba con verte y esto hizo que supiera algunos de tus gustos; como por ejemplo sé que te encantan las paletas de piña, siempre en el pueblo cuando comprabas una paleta siempre la pedias de piña, nunca cambiabas.
Te gustan los refrescos de sabor de piña, te gustan los duritos con mucho chile y limón; si te soy sincero se me hace exagerado el chile que comes, tambien sé que te gusta chupar el limón con sal, si no me equivoco las cosas acidas te gustan.
Siempre estabas con tus amigas y amigos, muchos jóvenes querían estar contigo, a muchos rechazaste, todos de buenas familias; pensaba que, si rechazaste a todos esos jóvenes que estudian a universidad, que tienen un mejor futuro, la verdad menos oportunidad tenía yo para poder llegar a tu corazón.
Me resigne a solo verte desde lejos, dirás que soy un acosador, un pervertido, pero nunca lo hice de mala manera, ni tuve pensamientos impuros, solo me gustaba verte, esa alegría que siempre tenías era algo que me hacía sentir positivo.
Se que no eres una mujer mala, solo eras una soñadora, que creía en el amor y que esperabas el príncipe azul, pero alguien termino con esas ilusiones, la verdad no se quién es ese hombre que te traiciono, tampoco me interesa saber.
Cuando mis compañeros de trabajo me dijeron sobre que estabas embarazada, que tus padres te echaron de casa y hablaron otras cosas de ti que no tiene caso decir, pero todo esto me hizo sentir triste, la verdad creo que no te lo merecías, se me hizo de poco hombre lo que ese joven te hizo, que merece una buena golpiza por no tener palabra.
Todo el pueblo hablaba mal de ti, me toco escuchar muchas cosas y yo solo pensaba en lo que podría hacer para ayudarte; ese día yo iba saliendo de mi trabajo, se nos hizo tarde por que aun compañero le pico un alacrán, dos compañeros lo llevaron al médico y solo nos quedamos tres trabajando.
Estaba pasando por un lado de la cancha, un amigo me hablo y me acerque a la cancha, estábamos atrás de donde estabas sentada, cuando esa miaga tuya llego a molestarte, te empezó a decir cosas tan hirientes y yo solo pensaba en ir a callarla, pero al final solo me quede escuchando, viendo lo que pasaba, hasta que te tomo de la mano, al final no soporte como todos trataban de hacerte pedirle disculpas, odie lo que te estaban diciendo.
Termine acercándome para ayudarte, mi idea solo era decir lo que ella había hecho, sacarte del problema, pero tú te desmayaste y tuve que sujetarte en mis brazos, la verdad no estaba seguro de hacerlo, sentía que no estaba bien estaba todo sucio lleno de chapopote, mientras que tu como siempre te mirabas tan hermosa, olías tan bien, pero al final llego tu hermana me pidió que le ayudara a llevarte a casa, mi madre tambien estaba ahí, me ordeno que te ayudara.
Cuando despertaste te mirabas tan triste, hasta derramaste unas lágrimas, me dolió verte así, no quería que sufrieras de esa manera y guiado por estos sentimientos, pensando en ayudarte decidí pedirte matrimonio.
Entiendo que no soy el hombre perfecto, ni estas enamorada de mí, pero soy alguien que tiene palabra, se respetar, puedo mantenerte a lo menos un plato de comida nunca te va a faltar y tratare de darte algunos lujos aunque tenga que trabajar el doble, me siento capaz de darte una vida digna, te hare feliz si tú me lo permites.
Solo me queda decirte que me gustas desde hace tiempo, me estoy casando contigo porque es mi deseo, es un sueño hecho realidad, aunque no sea de la manera que hubiera querido, pero pienso que en el futuro lograre conquistarte, puedo hacer que te enamores de mí y no me miro como plato de segunda mesa, más bien pienso que ese hombre fue un tonto que no valoro el diamante que tenía en sus manos.
Nunca espere que él me quisiera de esta manera, me dejo sin palabras, pero tambien hizo que mi ego como mujer creciera, hasta me hace sentir alguien tan perfecto; él es alguien admirable y me trata tan bien, que solo espero que nunca cambie, que siga siendo de esta manera conmigo.
Sus palabras me dejaron sin palabras, que solo le dije. – Gracias.
Después solo seguimos caminando, volvimos a ese silencio, por el momento ya no quise preguntarle nada, quería procesar sus palabras y tambien pensar en cómo regresar un poco de ese cariño que me tenía, realmente quiero poder corresponder a sus sentimientos.
Llegamos a la estación de tren, solo esperamos 30 minutos a que llegara, subimos y regresamos al pueblo; estábamos en el camino, pero yo me sentía cansada cerré mis ojos, sin querer me quede dormida hasta que llegamos, él me despertó, lo escuche que me dijo. – Fernanda, estamos por llegar, despierta.
Al abrir los ojos mire su rostro muy cerca del mío y mi rostro estaba en su hombro, no esperaba estar tan cerca de él, me quede viendo sus labios recordando ese beso rápido que medio; no sé qué me paso, pero por un momento quise que me volviera a besar, poder tener un beso verdadero, saber que se sentía y levante un poco mi rostro, me acerque a él.
Esperaba que me besara y creo que él se dio cuenta o tal vez tambien deseaba lo mismo que yo, porque acaricio mi rostro y esta vez me dio un beso verdadero; fue algo lento, tomo mi labio inferior, lo cubrió con los suyos, a como avanzaba ese beso tierno, fue metiendo su lengua en mi boca, empezó a jugar con la mía, me hizo sentir tan extraña, mi cuerpo se estremeció, mi respiración se entre corto y yo lo abrace pasando mis manos por su cuello, lo presione más hacia a mí.
Este si fue un beso largo y cuando se separó, acaricio mi cabello, mi rostro, mientras que yo lo miraba algo confundida, realmente no entendía que estaba sintiendo, me sentía algo confundida, pero quería un poco más de ese beso y sin pensarlo guiada por este deseo me quise acercar nuevamente a él, tener otro beso, pero él puso su mano en mis labios y con su cabeza me dijo que no.
Fruncí el ceño me sentía molesta, no me gusto que se negara, me confundió su reacción, me hizo pensar que a él no le había gustado, que tal vez no volvería hacerlo; mi mente voló de manera negativa y solo quería reclamarle, decirle que él tampoco era bueno, que no me había gustado, que no volviera a besarme, porque no pienso dejar que me ofenda de esta manera.
Negocio de la costura y el bordado hacer vestidos para damas con bordados únicos eso a la larga da dinero quien sabe hasta modista llegas ser . Todo es posible