Sinopsis:
Ana hija de una familia de mafiosos muere y renace en el cuerpo de Luna la hija de un poderoso duque que fue engañada para casarse con el principe heredero de su imperio. Pero al renacer decide cumplir el ultimo deceo de la dueña del cuerpo.... Venganza.
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Capitulo 9
Al terminar sus palabras, Max se queda esperando alguna reacción por parte de Luna, pero muy contrario a lo que él creía, ella no estaba temblando de miedo, ni pidiendo piedad, solo se empezó a reír en su cara durante un rato.
Él y Carolina estaban estupefactos, pensado si ya se había vuelto loca o qué. Esto podría ser posible, Luna había pasado por mucho, aunque no es que les interese, la verdad, sería algo muy bueno para ellos. De esa manera, si Luna estuviera loca, solo tendrían que hablar con el emperador y sería fácil deshacerse de ella, dejándola en la casa de algún familiar lejano.
Mientras pensaban en eso, la mirada de Luna se transformó. Sus ojos, que eran de un color celeste claro, de repente dejaron de demostrar sentimientos o emociones, parecía que solo los miraba con desprecio y un odio tan intenso que era difícil de describir. Ambos al ver su mirada llegaron a sentir un inmenso frío que les caló en lo más profundo de sus seres. Ella jamás había demostrado alguna actitud rebelde o los había contrariado por más que se la tratara de la peor manera.
-Yo a ustedes no les debo respeto alguno.
Dijo Luna con una voz muy fría.
-Tú, inútil, jugaste conmigo y con mis sentimientos, solo porque eres un poco hombre, que no podía llegar al poder por si solo, trajiste a esa zorra que desde un principio me hizo la vida imposible e hizo de todo para hacerme quedar mal contigo y con todos en el palacio. Me maltrataste y golpeaste, eso es algo que no olvidaré. Mandaste a azotarme sin haber visto si yo la había o no tirado de las escaleras.
-Cierra la boca, cómo te atreves a decir eso?, yo te vi, tú...
Gritó Max enojado. ¿Quién se creía Luna para levantarle la voz y mentir tan vilmente? Él la vio en la escalera mientras, su amada caía por las ellas.
Enfurecida porque el idiota no la dejara terminar, decidió interrumpirlo también
-Cierra tú la boca, no me viste tirarla, solo lo asumiste. ¡Solo piensas con lo que tienes entre las piernas! Cuando te dije que no fui yo, en verdad no te importo, solo mandaste a golpearme porque así lo quisiste. Todo este tiempo has favorecido a tu concubina y a mí me trataste mal. Nunca te intereso preguntarme que es lo que había pasado, solo dejaste que ella contara su versión para luego castigarme y humillarme. Pero eso ya a mí no me importa, te quiero lejos a ti y a ella. No permitiré que traten de hacerme daño otra vez, si lo intentan me aseguraré de que sean ustedes los que sufran.
-Nos estás amenazando?
Preguntó Carolina. Ya estaba cansada de escuchar a esta Luna altanera, tenía que hacerla recordar que ella aquí no era nada. La que mandaba en este palacio era ella y Luna solo es una piedra en su camino. Así que en un intento de volver a hacerla quedar mal, miro a Max y dijo...
-Cariño ella nos....
Luna la interrumpió, ya que no le importaba la basura que saldría de sus labios.
-Tómalo como quieras. Ya estás advertida - miró a Max y le dijo
-Tú también, no me importa que seas un príncipe, para mí ya no eres nadie. No me va a importar destruirte si es necesario. Ah, por cierto, el respeto se gana y ustedes con todo lo que me han hecho no se merecen el mío.
Termino sus palabras y salió de allí sin esperar alguna contestación. No es que en realidad le importara lo que le dijeran. Ellos no son nadie para ella.