¿Eres víctima del destino? Quizás si, quizás no. Te convertiste en alguien que no reconoces y ahora solo buscas placer en lugares equivocados, tratando de cubrir tu dolor emocional con placer temporal, convirtiéndote en una mujer insaciable.
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Capítulo 9
Luciano se acercó relajado a la caja, su porte masculino y el perfume que usaba eran encantadores. Anne trago grueso y recordó lo mucho que la excitaba cuando jugaba con él en el club, el pantalón que llevaba aunque no eran tan ceñido, maraca bien el bulto de su gran amigo. Desvió la mirada sintiendose las mejillas calientes
-Se siente mal hoy?-
-Ah no... Debe ser el verano que ya viene-
-Uhmm, quizás es hambre, qué te parece si me aceptas un almuerzo?-
-Sr. Rozzi, usted no sabe ni mi nombre y quiere un almuerzo conmigo?-
Extendió la mano sujetando la de ella -Mucho gusto, Luciano Rozzi...- Anne rio bajo ante el gesto
-Anne Gilbertti pero me dicen An-
-Perfecto An, entonces, qué tal si almorzamos juntos?- Sonreía encantadoramente, lucía irresistible y era obvio que él lo sabía
-Carol... Saldré a almorzar puedes ir tu también tienes la tarde libre-
Luciano sonrió satisfecho e hizo gesto de dar paso para que Anne pasará delante. -Vamos en mi auto, el chófer nos lleva- Ella sólo asintió y subió al auto negro que esperaba afuera
Se estacionaron en un restaurant italiano, la mesera los ubicó en una mesa cercana a las grandes ventanas del local
-Trae vino tinto primero mientras la dama decide...- Luciano extendió la carta a Anne -Si no sabes qué elegir te puedo recomendar-
-Por qué no sabría elegir?- Tal como imaginaba ella, él era ese típico hombre que se creía superior a los demás en todos los aspectos
-Las mujeres son indecisas necesitan un hombre que lleve la batuta-
-Oh genial, por qué no sacas tu mazo y comemos a la luz de la fogata... O en tu mente de cavernícola aún no han descubierto el fuego? Esos pensamientos arcaicos no son de la época, actualmente las mujeres no necesitamos de un hombre-
-Si claro, lo que digas... Entonces qué te parece Bucatini cacio e pepe, saltimbocca y de postre uhm...
-En realidad -Anne se dirigió a la Mesera -Yo quiero trapizzino, cicoria y stracceti por favor-
Luciano levanto una ceja y la miró sin decir nada más, despachó a la mesera con la mano y tomó un sorbo de vino -Por qué te siento predispuesta a relacionarte conmigo?-
-Para empezar no entiendo su necesidad de relacionarse conmigo y terminando, no me gusta que decidan por mi, en nada-
-Ya entiendo, feminista...-
-Sr. Rozzi, no me apetece pasar el almuerzo discutiendo con usted- Luciano relajó su postura, no quería llevar la situación en esa dirección y con sus manos sostuvo la de ella y depósito un beso
-Mis disculpas... Yo...- Interrumpió la mesera con los platillos.
La hora del almuerzo pasó sin prisa, por fin podían hablar sin echar chispas. Luciano de vez en cuando compartía algún trozo de su comida con ella y está le agradecía gentilmente, cualquier persona al verlos juraría que tenían años de relación
-Quieres postre? Creo que haz comido mucho, no te preocupan las dietas?-
-Para nada, un tiramisú estaría bien para mí -Se sonrojo al sentirse glotona pero a ella nunca le había interesado reprimir su deseo de comer
Al llegar el postre vió solo uno, él se limita a terminar el vino. Anne lamia la cucharilla con dedicación y este la miraba lascivo, quería quitar la mesa de enmedio y acabar con sus labios. Carraspeó -Te gusta mucho?-
-Esta delicioso, prueba -Luciano observo a detalle su expresión y arriesgándose a que todo pudiera salir mal ignoró la cucharilla y se acercó sobre la mesa a sus labios, la sujeto de la barbilla y lamió el labio inferior recogiendo algunas migas sobrantes para luego volver a su sitio
Anne no pronunció palabra alguna, estaba sorprendida, sus mejillas calientes y coloradas. Ese simple gesto la había encendido en deseo, tanto que sentía prisioneros sus pezones bajo la fina tela de su blusa. Luciano por otro lado curvo su sonrisa de esquina y observo los pezones que le saludaban animados
Ella siguió su juego y sin intención de hacer un escándalo por lo que había hecho, llevo a sus labios su dedo lleno de crema, lo relamio y luego mordió su labio inferior- Sabroso?-
-Bastante, está delicioso- La voz de Luciano era más un gruñido grave, se recostó al espaldar de la silla y separó sus piernas, ese lenguaje corporal era una clara invitación. Sin embargo no debía olvidar que estaban en público así que Anne siguió provocandolo
Sutilmente hacia gestos obscenos mientras comía su postre, contenía la risa al haber visto a la pareja de al lado golpear a su acompañante para que dejara de mirarla, habían salido del restaurante disparados. Volvió a concentrarse en Luciano
-Qué te parece un café después del postre?- Anne sólo asintió y este la jalo de una mano a toda prisa para salir del lugar, por suerte ya había dejado el pago cuando la mesera sirvió el postre
Subieron al auto y Luciano le indico al chófer -Pensé que íbamos por un café-
-Te prepararé el mejor café que haz probado, caliente y fuerte- Luciano pasó su mano por el dorso del muslo de Anne y está se estremeció ante el contacto
Esto era algo que ella hizo durante mucho tiempo, salidas casuales, comidas que terminaban en sexo pero... Por qué se sentía tan nerviosa hoy? Se sentía como una niña entrando a una jugueteria y eso la excitaba más. Con su mano devolvió el contacto a Luciano, acariciando cerca de su ingle, se notaba su erección. Estaba segura de que cuando hablaba de caliente y fuerte no se refería solamente al café.
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