La Espía Del Rey

Pasaron varios días desde el regreso al palacio.

Días en los que Liora y el Rey apenas intercambiaron palabras.

Solo instrucciones, reportes, órdenes precisas.

Siempre con Eamon presente.

Siempre con una distancia correcta, educada… y totalmente fría.

a la mañana siguiente, un halcón real descendió veloz y golpeó la ventana con fuerza.

Eamon lo tomó de inmediato.

Eamon: Es del Ducado Page… de nuevo.

El Rey levantó la vista, dejando los documentos que estaba revisando.

Liora, que estaba más lejos clasificando informes, giró discretamente la cabeza.

Eamon rompió el sello.

Leyó. Y su expresión cambió al instante.

Eamon: Majestad… esto es grave.

El Rey se tensó.

Rey: ¿Kiran está herido?

Eamon negó con la cabeza.

Eamon: No… pero estuvieron a punto de herir a la señorita Arya.

Liora dio un paso adelante sin pensarlo.

Liora: ¿Arya? ¿La niña del Pegaso Líder?

Eamon le entregó la carta al Rey.

Este la desplegó con rapidez, leyendo cada línea con el ceño cada vez más fruncido.

Rey (leyendo en voz baja): “El mago Aldren envió dos magos oscuros al Ducado Page…”

“…con el objetivo de secuestrar a Arya Capell.”

Liora apretó los puños.

Liora: ¿Secuestrarla? ¿Después de manipular su título de ‘santa’ querían capturarla por la fuerza?

Eamon asintió, serio.

Eamon: Kiran los capturó antes de que tocaran siquiera la puerta de la señorita.. Están bajo custodia.

El Rey respiró hondo, una mezcla de alivio y furia contenida.

Rey: Kiran hizo lo correcto… y nos dio exactamente lo que necesitábamos.

Eamon golpeó suavemente el escritorio con la punta de los dedos, emocionado por la claridad del caso.

Eamon: Con esta evidencia… es suficiente para que usted tome el control del templo, Su Majestad. Ya no pueden ocultar nada. Ni manipular los títulos sagrados. Ni usar a Arya para obtener poder político.

Liora se acercó, pero se mantuvo a un metro de distancia.

La distancia justa.

La distancia que él detestaba.

Liora: ¿Quiere que prepare el equipo para viajar, Su Majestad?

El Rey la miró un instante demasiado largo.

Ella no lo vio.. ya estaba revisando un mapa.

Rey: Sí, Liora. Prepara todo lo necesario.

Liora: a la orden.

Eamon tomó control de la logística.

Eamon: Lo ideal sería partir mañana al amanecer. Necesitamos caballos frescos y la escolta apropiada. No iremos solo los tres; habrá resistencia.

Liora asintió.

Liora: ¿Desea que yo revise los registros de magia detectada cerca del templo en los últimos meses? Podría servirnos para anticipar sus movimientos.

Rey: Sí. Buen trabajo, Liora.

Liora inclinó la cabeza con respeto.

Liora: Gracias, Su Majestad. Haré lo necesario.

Y se retiró para preparar los informes y coordinar comunicaciones.

El Rey la siguió con la mirada hasta que salió por la puerta.

Eamon cruzó los brazos.

Eamon: Majestad.

Rey: ¿Qué?

Eamon: Esto no es solo una misión. Usted lo sabe.

Rey: No empieces.

Eamon: Lleva días evitando estar a solas con ella.

Ella le habla como a un superior.

Usted parece querer decir algo, pero nunca lo hace.

El Rey apretó la mandíbula.

Rey: Ella tomó una decisión. Y la respeta. Yo… también debo respetarla.

Eamon suspiró.

Eamon: Pero no está feliz con esa decisión, ¿cierto?

El Rey no respondió.

Se limitó a mirar la puerta por donde había salido Liora.

Al dia siguiente, el sol aún no terminaba de salir cuando los tres cabalgaban por el sendero principal rumbo al Ducado Page.. seguidos por la guardia real

El aire era frío, el viento levantaba polvo y el sonido de los cascos era lo único que rompía el silencio.

Liora cabalgaba adelante, tranquila, con expresión serena.

Eamon decidió acercarse un poco más a ella.

La había visto pensativa, demasiado callada… y eso no era normal en la nueva Liora.

Eamon: Oye… llevas días muy en tu mundo. ¿En qué piensas tanto?

Liora volteó un poco, sonriendo con naturalidad.

Liora: En muchas cosas. Quizás… después de esta misión… me tome unas vacaciones.

Eamon (sorprendido): ¿Vacaciones? ¿Dejar las misiones?

Liora: No lo sé, solo… quiero viajar un poco. Hay muchos lugares del mundo que me gustaría conocer.

El Rey.. que cabalgaba a pocos metros detrás.. escuchó todo con claridad.

Su cuerpo reaccionó antes que su mente. Tembló. Un estremecimiento mínimo, involuntario, pero real.

[¿Vacaciones? ¿Viajar… lejos? ¿Dejar Mercia por un tiempo…?]

Eamon no notó la reacción del Rey, pero sí notó que Liora parecía… feliz con esa idea.

Eamon: Wow… suena bien. ¿Algún lugar en particular?

Liora: Muchos. Tal vez el Imperio del Sol… o los reinos de la costa este… conocer Barnes o ir al imperio Lennox o incluso fuera del continente. Con el dinero que he ganado en misiones podría hacerlo. Por primera vez, soy libre. Puedo ir a donde quiera.

El Rey apretó las riendas con fuerza. Demasiada.

El caballo relinchó suavemente, incómodo.

Eamon volteó.

Eamon: ¿Su Majestad? ¿Todo bien?

Rey (rápido, fingiendo calma): Sí. Un mal movimiento del caballo. Nada más.

Pero no era el caballo. Era él. Las palabras de Liora le habían atravesado el pecho como una flecha silenciosa..

“Soy libre.”

“Puedo ir a donde quiera.”

“Hay lugares del mundo que me gustaría conocer.”

Por supuesto que tenía derecho.

Por supuesto que debía ser libre.

Por supuesto que merecía conocer el mundo después de todo lo que había vivido.

Pero…

[…¿y si decide no volver? ¿y si un día simplemente… no regresa a Mercia? ¿y si no vuelve a estar en mis misiones… en mis reuniones… en mis días?]

Era la primera vez que ese miedo le golpeaba.

La primera vez que comprendía lo que significaba su distancia.

Ella realmente podía irse.

Liora siguió hablando, sin siquiera imaginar el terremoto emocional que acababa de provocar.

Liora: Ser espía ha sido increíble… pero también quiero vivir un poco para mí. Conocer cosas nuevas… ser libre de verdad.

Eamon sonrió.

Eamon: Te lo mereces, Liora. Hiciste mucho por el reino. Un viaje te haría bien.

Liora: Eso pienso yo también.

El Rey cerró los ojos un instante, tratando de ordenar su interior.

[No tengo derecho a pedirle que se quede. No tengo derecho a retenerla. Pero…no sabía que dolería tanto imaginarla lejos.]

Y por primera vez… desde que Liora se alejó emocionalmente… el Rey sintió miedo real. Miedo de perderla.

No como espía.

No como aliada.

No como parte de la orden.

Como persona.

Como Liora.

Continuaron cabalgando. Eamon charlaba. Liora respondía con calma. Y el Rey… guardaba silencio.

Pero ya no era una distancia cómoda.

Era un silencio lleno de preguntas que tenía miedo de hacer.

Y lleno de respuestas que tenía miedo de admitir.