La Santa Y El Duque Exiliado

-Eddie, déjala no la fuerces vamos sé dónde está esa iglesia ya que solo hay una en este territorio.

Dijo el duque mientras Alice le entregaba un trozo de pan a la mujer y alguno de los niños para subir rápidamente al caballo e ir a la iglesia. Al llegar el duque bajo de su caballo y golpeo la puerta de la iglesia varias veces pero esta no se abrió, fue entonces que el duque molesto dio la orden.

-Abran las puertas es una orden directa del duque de norte.

Fue entonces que rápidamente estas fueron abiertas saliendo dos sacerdotes del interior de la iglesia, Alice miro a estos los cuales parecían bien alimentados y con ropas bien cuidadas, “son una basura” pensó Alice al darse cuenta como actuaban las personas que provenían del templo, los dos sacerdotes miraron a Alice y al duque y bajaron la cabeza sonriendo nerviosamente.

-Duque ¿Qué lo trae por aquí?

-Eh venido a revisar cómo han estado ayudando a los aldeanos de estas tierras y que…

-Nosotros hacemos todo lo que podemos pero ellos son demasiado ignorantes como para poder ayudarlos más.

Dijo el sacerdote interrumpiendo al duque, este frunció el ceño molesto sin esperar que su compañero Eddie interviniera en la discusión.

-Hipócritas…

-¿Qué has dicho muchacho? Tú no sabes nada, esta gente quiere las cosas fáciles y no quieren…

-Hipócritas, ustedes están aquí para ayudar a la gente y brindarles esperanza, para apoyarlos y enseñarles el camino, se supone que ese es el deber de todos ustedes pero a diferencia de eso lo único que hacen es pedir dinero a esta gente diciéndoles que así dios les dará más oportunidades, si tiene razón esta gente es ignorante pero eso no los hacen malas personas, en cambio sí a quienes se aprovechan de ellos por beneficio propio.

Dijo Alice dejando al duque sin palabras y a los sacerdotes completamente indignados, estos no encontraban palabras para poder refutar lo que aquel muchacho acababa de decir.

-Mira veo que eres igual a esas personas, no entiendes el poder divino de dios por lo que no ganaremos nada en explicártelo.

Alice miro al duque y este sonrió sabiendo que ese muchacho a su lado era un portador de poder divino, fue entonces que de la nada unos sollozos se escucharon desde el interior de la iglesia provocando el nerviosismo notorio en los dos sacerdotes frente al duque “¿Qué fue ese ruido? Parecen sollozos de niños” pensó Alice junto al duque mirándose ambos al escuchar esto, por lo que ambos apartaron a los sacerdotes y entraron para ver que sucedía, fue entonces que encontraron a un sacerdote golpeado alrededor de siete niños “¿Qué esta pasando aquí?”.

-¿Qué significa esto?

Pregunto el duque mientras veía que el sacerdote dentro de aquel calabozo tenia graves golpes y parecía hambriento, los niños alrededor de este se veían a la defensiva tratando de proteger al sacerdote inconsciente en el suelo, e duque miro molesto a los sacerdotes presentes quienes comenzaron a sudar frio hasta que Alice abrió la jaula dejando salir a los niños.

-Pequeños ¿están bien? ¿Qué sucedió?

-Esos hombres, ellos nos han estado vendiendo a hombres malos y el señor sacerdote nos quiso proteger pero los hombres malos le pegaron y lo metieron aquí, el señor lleva días sin comer.

Dijo uno de los pequeños provocando la ira del duque, este saco su espada y se dispuso a atacar a los hombres frente a él pero Alice lo detuvo.

-¡Señor pare…!

-¿Eddie cómo me puedes decir que me detenga?

-Señor por favor no estoy diciendo que no merezcan un castigo solo…que no sea aquí, los niños están mirando, por favor no delante de ellos.

Alice miro a los pequeños quienes parecían aterrorizados, el duque al darse cuenta de esto dio un gran suspiro y luego guardo su espada mirando furiosamente a  los dos sacerdotes, fue entonces que Alice saco a los niños del lugar y les dijo que la esperaran en sus casas que ella iría a verlos luego, fue así como Alice el duque y los sacerdotes se quedaron solos en la iglesia, “Malditos” pensó Alice cuando vio al duque volver a sacar su espada “¿es que todo lo soluciona así este hombre?” pensó Alice dando un paso delante antes que el duque levantara su espada.

-Ustedes ¿Dónde está el dinero de los aldeanos? Entregádmelo ahora, y decidme quienes son los hombres a los que les han estado vendiendo los niños.

Dijo Alice mientras caminaba frente de ellos.

-Decídmelo ahora si no quieren que el duque corte sus cuellos en un suspiro, esta es su última oportunidad de hablar.

-Bien, si bien le diremos todo, el dinero está en la capilla bajo la mesa de la misa y los hombres, ellos, ellos vienen acá cada viernes a buscar niños, ellos siempre piden a quienes estén en mejores condiciones, nos dan veinte monedas de oro por niño.

Alice los miro con desprecio camino hacia la capilla y busco el dinero donde se encontraba alrededor de doscientas cuarenta monedas en una bolsa y cincuenta monedas en otra, fue entonces que se dio cuenta que las doscientas cuarenta monedas eran de las ventas de niños y las otras cincuenta era lo que les quedaba del dinero que les habían dado los aldeanos “estos, estos hombres han vendido alrededor de doce niños” Alice volteo y miro al duque mostrándole el dinero.

-Duque, haga ya puede hacer lo que quiera con ellos, yo iré a ver a los niños y a sus familias.

Dijo Alice caminando hacia la salida de la iglesia.

-¡No, espere! ¡Le dijimos lo que querían saber no hagan esto!

Grito el sacerdote más viejo a Alice que caminaba para salir del lugar y no ver lo que el duque haría.

-Yo jamás dije que perdonaríamos sus vidas a cambio de que hablaran, esa fue una idea que ustedes se hicieron solos, ¿de verdad creen que lo que hicieron tiene perdón? No, no lo tiene y aunque no somos mejores por terminar con sus vidas, si sé que este lugar será mejor sin ustedes en el mundo.

Dijo Alice saliendo y cerrando la puerta de la iglesia escuchando los gritos de los dos sacerdotes mientras suplicaban por su vida al duque, al paso de unos minutos el duque salió de la iglesia con sus ropas bañadas en sangre, “Parece que todo acabo” pensó Alice mientras el duque se acercaba a ella.