Stan despierta en medio de un planeta desértico sin recordar nada más que el rostro de su esposa, quien fue raptada por un pirata y ahora él junto a su compañera deberá emprender un viaje para salvarla.
Encontrándose en el camino enemigos que se creía que eran simples mitos de la Tierra, y algunos pocos aliados.
¿Podra salvar a su esposa? ¿podra sobrevivir a su propia odisea?
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Capitulo #8: La Comida que nos maldice
Habíamos llegado al pueblo de los lotófagos, viajeros que habían comido el loto, una flor mágica que te hacía olvidar todo, incluso tu propia libertad. Acompañado por la enana de Roxy caminé por las calles del pueblo buscando a nuestros otros compañeros.
—¡Miren! ¡Han llegado nuevos!
—Aww, y es una linda parejita
Las personas se acercaron a nosotros para darnos la bienvenida con comida hecha con el loto que crecía en los árboles. No tardó mucho para que nos rodeara una multitud de personas que nos miraban con curiosidad.
—¡¡¿Tienen hambre?!!
—¡Ay pobrecitos! ¡Se ven muy delgados!
—¡Coman! ¡Este pay de loto y uvas es delicioso!
—Ahm… N-No gracias, ya estamos llenos, ¿no es así? Capitán
—S-Sí, ya comimos mucho en el camino, pero oigan, han visto a nuestros compañeros. Ellos… llegaron apenas hoy y…
—¡¡Claro!! —respondieron todos en simultáneo—. ¡¡Pero coman un poco antes de irse!! —añadieron mientras nos ofrecían múltiples platillos hechos con loto—.
El olor de la comida era demasiado fuerte, tanto que nuestros estómagos rugieron con su delicioso y perfecto aroma. Mi compañera hambrienta estaba a nada de aceptar la comida, cuando la sujeté de la mano para llevarla conmigo, lejos de la multitud.
—Lo siento pero solo vinimos por nuestros compañeros
—Hmm, oh, ¡Ya entiendo!, si les ayudamos a encontrar a sus compañeros, ¡¿Ustedes comerán del loto?!
—¿Qué?
—¡No! —añadió Roxy—
—¡¡Todos!! ¡¡Busquen a los amigos!!
—¡¡Así tendremos a nuevos amigos!!
“Si que el loto les pudrió el coco”, pensé indignado
La multitud de personas se dispersó para buscar a nuestros amigos, por un instante parecía que tendríamos tiempo para respirar tranquilamente, cuando volvieron a rodearnos para mostrarnos a nuestros compañeros, quienes estaban bajo los efectos del loto.
—¡¡Los encontramos!!
—¡¡Ahora por favor!! ¡¡Prueben nuestra comida!!
—Sí, chicos por favor prueben de nuestra comida —añadió Erik mientras abrazaba a Roxy y le ofrecía una brocheta con pequeñas flores de loto—.
—Por favor Capitán, pruebe de esta deliciosa comida —me imploró—.
—¡Capitán, esto es muy nutritivo! ¡Prueba de ella! —me ofreció una ensalada de loto—.
—¡Solo coman!
—Se ve deliciosa… —susurró mi compañera mientras se mordía el labio para aguantar la tentación—.
Rápidamente saqué mi espada y abracé a Roxy para protegerla, y apunté a los lotófagos con mi espada para alejarlos de nosotros.
—¡¡Atrás!! —grité abrazando de forma protectora a Roxy—. ¡¡No comeremos nada con loto!! ¡¡Así que aléjense ya!! O tendremos problemas…
—Wow, wow, baja el arma, bro
—Capitán, no tiene que ponerse agresivo
—Capitán, esta tribu no es peligrosa, solo…
Roxy se separó de mí y juntos les tiramos la comida a nuestros compañeros para después usar de rehenes a nuestros propios amigos, y así amenazar a los lotófagos. Realmente nunca creí que usaría a uno de los nuestros para poder escapar de ahí, pero fue la única forma, si es que no queríamos quedar atrapados en la isla.
Los lotófagos rápidamente retrocedieron para darnos espacio, sus expresiones pasaron de amables a confusión.
—¡Es mejor que respondan! ¡¿Dónde está la salida?! —ordené mientras tomaba a dos de nuestros compañeros de rehenes—
—¡No lo diremos de nuevo! ¡Respondan! ¡¿Dónde hay comida que no sea su estúpido loto por aquí?! —preguntó Roxy mientras tomaba de rehén a Erik—
—¿Comida que no sea loto?
—Hmm, la única comida que conocemos que no contiene loto se encuentra en la cueva
—¡¿Dónde está la cueva?! —pregunté acercando mi espada al cuello de mi propio compañero—. Respondan…
—En aquella dirección… —respondieron los lotófagos de manera coordinada mientras apuntaban hacia una montaña—.
—Si viajan en aquella dirección encontrarán la cueva
Sin pensarlo nos llevamos a nuestros compañeros lejos para así dirigirnos a la cueva que habían mencionado. Ellos no nos persiguieron pero se quedaron ahí de pie, con una inmensa sonrisa en sus rostros, como si tuvieran la certeza de que tarde o temprano íbamos a regresar.
Solo que nosotros no íbamos a regresar, ¡No podíamos! Corrimos por todo el bosque con ellos, hasta encontrarnos con un ejército de elfos que al igual que nosotros se habían quedado varados en la isla.
—¡Su majestad! ¡¡Está viva!! —gritó uno de los soldados mientras corría hacia Roxy para abrazarla—.
—¿Polites? ¿Sigues vivo?
—Sí, después de que ese pirata se la llevó me he encargado de buscarla y ahora veo que mi búsqueda no fue en vano
—¡Capitán! —sacó su espada—. ¿Quiénes son ellos? ¿Hay que atacarlos?
—No, Euríloco, baja el arma —le ordené—
—¿Huh? ¿Quién es él? Su majestad
—Polites, él es nuestro capitán y es el responsable de que hoy siga con vida
—Usted es el Capitán —Polites se me acercó para verme a detalle—. Hmm, un humano… Tsh —hizo una mueca de desagrado—. Aunque no confíe en ti, ni crea que un frágil y estúpido humano haya sido capaz de lograr lo que miles de hombres elfereanos no pudieron… —Polites se puso de rodillas junto a su ejército de elfos—. Si mi princesa te ha elegido como su capitán entonces… —dio un suspiro lleno de frustración—. Eso te vuelve nuestro capitán
—¿Eh? Pero…
—Capitán, no seas modesto —mi compañera me dio una palmada en la espalda—. En Elfer que alguien de la realeza te escoja como su capitán es algo que se debe respetar
—¿Cuál es la primera orden que debemos cumplir? Capitán
—Yo… Ahm… —balbuceé mientras miraba el alrededor. Mi vista no tardó en ver un barril lleno de vino con flores de loto flotando en el vino—. ¿Qué?, dime, para qué es ese barril
—Nuestra nave necesita combustible y hemos decidido hacer combustible natural con la flor mágica de la isla
—Mm, ya veo —respiré hondo y levanté la cabeza—. Entonces mi primera orden es entrar a la cueva para conseguir comida y después partiremos a Andrómeda
—¿Andrómeda? ¿Piensan ir a ese zoológico con ese monstruo de Rho Mar?
—Es una larga historia, Poly, pero tenemos que regresar al zoológico y necesitamos su ayuda
—¡Hm!, de acuerdo, si esas son las órdenes de nuestro capitán, las seguiremos sin dudar
Acompañados de nuestros nuevos aliados entramos a la cueva que parecía tener comida para todos. Tal y como habían dicho los lotófagos dentro de la cueva había comida, a decir verdad había demasiada comida, más de la que esperábamos.
Se me hizo extraña la cantidad excesiva de comida, no sabía porque, pero había algo raro, no era normal tanta comida, quería descubrirlo o eso creía, hasta que pisé unos cuantos huesos ocultos por la arena. Eran frescos, incluso podía ver restos de carne en ellos.
—¿Qué?
—Oigan, no pierdan el tiempo y acaben con ella mientras nosotros hacemos la fogata
Uno de los hombres bajo mi mando mató una de las ovejas con su espada, la sangre de la oveja escurrió hasta lo más oscuro de la cueva lo que despertó a algo más grande.
—¿Quién anda ahí? —preguntó una voz que hizo retumbar toda la cueva de lo grave y aterradora que era—.
De la oscuridad vi abrirse un inmenso ojo rojo, que le pertenecía a un gigantesco ser de un solo ojo, un cíclope de Elfer. Cada uno de nosotros quedamos totalmente paralizados al ver a semejante monstruo frente a nosotros.
—¿Quién se atreve a tocar mi comida?