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Plata

Plata

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:32.4k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Noveno libro de saga colores.

El reino se tambalea con la llegada de la nueva reina proveniente de una tierra desconocida, Sir Levi, ayudante del rey, emprenderá un viaje para hacer un trato con el gobernante, Eudora, la aspirante espía, insistirá en acompañarle, una tentación a la que el sir no podrá resistirse.

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8. La bestia bajo el caballero

...LEVI:...

Pensaba día y noche, debatiendo en que hacer al respecto, podía dejarlo y olvidar, pero la razón seguía rodando en el mismo barco, cerca de mí en los entrenamientos y así sería por meses, hasta llegar a Polemia y devuelta, si es que había un regreso.

Lo sucedido en la bodega solo alimentaba mis ansias, había probado un poco de lo que podía hacer con ella y de lo bien que se sentía.

No podría olvidarlo.

Era mejor echar la carta.

Explicarle con cuidado a Eudora y así esperar su respuesta.

La asusté, pero al mismo tiempo noté que ella no era inmune a mi trato, quería atención, la clamaba al observarme cuando yo intentaba ignorarla.

Eso no podía esconderse y menos ante mí.

Estaba acostumbrado a evaluar a las mujeres, porque siempre buscaba entre tantas a la indicada para mis juegos.

En cuanto al medallón, ese era otro asunto que aún no iba a tratar. No había otra persona a la que podía confiar la tarea y más cuando se trataba de mi verdadero origen, los hombres del rey no comprenderían si les develaba esa información, hallarían más razones para considerarme un conspirador y un traidor al rey Adrian.

No podía echarme más tierra encima.

A Eudora la podía persuadir más fácilmente, sin que preguntara demasiado.

En su camarote permanecía su olor con más fuerza y me pregunté cual de las camas usaba para dormir, aunque lo descubrí, la de arriba era la de la funda más arrugada y había una camisa mía allá, colgando descuidadamente.

Al menos una parte de mí tenía esa dicha.

Ella se quedó de pie, con postura rígida, encajando las manos en los pantalones.

Se aclaró la garganta ante mi silencio.

— Perdone, no es algo cómodo de tratar, al menos no para mí — Dije, un tanto nervioso, más de lo usual.

— Tiene una hora.

Aparté el mechón de mi cabello.

— La engañé, no era un entrenamiento, al menos no para defensa — Dije, apretando mis puños.

— Eso ya lo sospechaba.

— Soy un ser complicado — Confesé y se quedó observandome detenidamente — No soy como la mayoría de las personas.

— ¿Cómo es en realidad? — Se cruzó de brazos.

— Me gustan cosas que podían incomodar o hasta alterar a algunas personas, por eso no lo comparto con casi nadie.

Se tensó, con miedo.

— ¿De qué habla? — Preguntó.

— Necesito hacer lo que hice con usted, al menos parte de ello — Dije y prestó atención a mis palabras — Para sentir satisfacción.

— ¿Habla de encadenar, azotar y vendar? — Se veía impactada, sus ojos estaban muy abiertos.

— Así es — Mi garganta se agitó.

— ¿Eso le satisface?

— Más de lo que imagina — Suspiré. Parpadeó, ida — No es solo azotar y encadenar, es más que eso, no me gusta hacerlo con cualquier persona.

— ¿Ah no? — Mantuvo su mirada lejos de mí.

— Necesito que sea mujer y que tenga ciertas características.

— ¿Se está oyendo? — Estaba entrando en pánico.

— Se que suena mal.

— ¿Y por qué me cuenta esto?

— Porque en estos momentos necesito que sea usted — Dije y se estremeció — Les llamo "felinas" a las mujeres que me sirven y me complacen.

— ¿Servirle? — Podía ver que se sentía abrumada.

— Rendirse ante mí como su amo — Dije, aproximando mi cuerpo a ella, retrocedió — Dejarse azotar, encadenar, vendar, todo para complacerme.

— ¿Y eso les gusta? — Frunció el ceño.

— Ellas se sienten tan satisfechas como yo, no es algo para dañar, es solo causar placer y uno exquisito — La evalué y su rostro se sonrojó — Lo que le enseñé en la bodega fue solo una cucharada y sé que le gustó.

— No, se equivoca, jamás me gustará algo tan perverso.

— Sé que es abrumador y algo impactante, pero con el tiempo se acostumbrará y aceptará que mientras haya placer y se mantenga entre nosotros, no es dañino — Dije y sus labios se entre abrieron.

— No, yo no aceptaré ser parte de su...

— Mi juego.

— No seré parte — Negó con la cabeza — Es bueno entrenando y siendo mi tutor, pero en esto yo... Yo no puedo... Mejor olvídelo.

— Le puedo dar tiempo para pensarlo.

— No lo pensaré.

— ¿No siente curiosidad?

— Siento que está mal.

— No daño a nadie con esto.

— ¿Qué me hará sí acepto? — Preguntó, con nervios — No significa que acepte, es solo una pregunta sin ningún tipo de interés, es por curiosidad.

— Esa pregunta es un poco peligrosa — Me estaba provocando.

— No seré parte de algo así, no soy un juguete.

— Nadie dijo que lo fuera, esto es consensuado — Elevé una mano y rocé su mejilla con mis nudillos, jadeó, temblando — La haría mía para domar y poseer — Sus pupilas se agitaron, su pecho subía y bajaba con respiraciones rápidas — Cuando una mujer acepta esto lo hace por voluntad, si ella quiere detenerse, yo lo respeto, solo hasta que cada quien decida parar.

— Ya no quiero saber más.

— Pienso lo contrario — Alejé mi mano y hubo como un gesto de protesta.

Elevé una comisura.

— Es solo su imaginación descabellada.

Elevé una ceja — No me engaña, se como actúa una mujer cuando se siente necesitada.

Resopló.

— ¿Necesitada yo?

— Por supuesto — Le di una mirada de suficiencia.

— ¿Tiene tanta experiencia?

— No en exceso, pero si suficiente.

— Pensé que era casto, es un sir de Hilaria, se supone que debe honrar un voto — Estaba tan indignada que me parecía encantadora — No ser lo que es, deshonra.

— Era un sir, cuando dejé de portar un armadura para sentarme junto al rey de Hilaria, pude despojarme de mis votos, lo hice por mi mismo. Los votos no se cumplen al pie de la letra, los caballeros deshonran su juramento en secreto y es la verdad.

— No me hará despojarme de los míos — Elevó una ceja, retadora.

— ¿Tiene votos? — Me reí.

— No se burle, era una doncella y siempre lo seré, mi vida está dada al servicio de mi señora.

Me aproximé, cortando la distancia.

— Ya no es una doncella, es una aprendiz de espía.

Retrocedió.

— Es mi decisión, mantenerme virgen es lo que quiero.

— Se perderá de lo mejor.

— Nunca necesité eso — Elevó su barbilla.

— Tal vez antes, pero ahora, empieza sentir cosquilleo por conocer ese mundo — Apoyé las manos en mis caderas e incliné mi cabeza a un lado — Confieso que la consideré para servirme desde el momento en que la ví por primera vez, aunque se sale un poco de la horma de lo que suelo buscar.

— ¿Qué es lo que suele buscar? — Me rodeó y observó por la ventana.

— Sumisa, tímida y callada.

Soltó una risa — Querrá decir alguien manejable.

— Es más fácil cuando se rinden por voluntad propia.

— ¿Y yo me salgo de esa horma? — Arqueó las cejas.

— Por supuesto.

— No le serviría, me enojo con facilidad — Sacudió su cabeza.

— Podríamos intentar, domarla sería más fascinante, siendo un tanto rebelde, me haría hacer la tarea con más empeño — La evalué como si estuviese viendo mi presa.

Apartó su mirada de mí.

— ¿Qué le hizo creer que podría ser su juguetito?

— La forma en que responde ante mis azotes.

— Y cuándo me conoció por qué pensó que yo podría...

— Me pareció sumisa.

— No lo soy — Retó y la evalué.

— Ya lo veo, pero me sigue interesando — Me mordí el labio y se tornó más nerviosa.

— De saber que sus intenciones eran estás, no habría venido.

— Confío en que será buena espía, para eso la estoy entrenando — Metí las manos en los bolsillos de mis pantalones — Además, fue usted quien insistió tanto en venir, yo intenté detenerla, ahora no hay remedio, estamos en el mismo barco, por meses.

— No, no hay remedio.

— Piénselo bien, mi única intención es que disfrutemos de la experiencia.

— No soy una libertina — Protestó.

— Lo que yo hago no es libertinaje, no le ofrezco esto a todo el mundo y tampoco involucro a varias personas a la vez.

— De todos modos, no está bien.

— ¿Quién lo dicta? — Me crucé de brazos.

— La iglesia, la sociedad...

Solté una carcajada y puso los ojos en blanco.

— La iglesia puede sacar normas, juramentos, imposiciones, pero cada quien es libre y responsable de lo que hace con su vida, no he dañado a nadie con mis juegos.

No dijo nada al respecto.

Me aproximé y tensó sus hombros.

La rodeé contra la pared.

Apartó su rostro a un lado.

— ¿Le gusto? — Pregunté.

— No — Dijo, observandome con severidad.

— Miente muy mal — Estreché mis ojos.

— No se crea tanto, sir Levi, puede que las demás estuviesen a sus pies, pero yo nunca me he interesado en ese mundo y lo conozco.

— No lo conoce, no tiene ni idea, puede que le hayan dicho como funciona, pero eso no significa que sepa como se siente fornicar — Gruñí y parpadeó de forma indiferente.

— No lo necesito.

Tomé su mandíbula y se estremeció.

Rocé su barbilla con mi pulgar.

— ¿Qué es lo que le pasa entonces? — Elevé una ceja, rocé su labio inferior y jadeó.

Me aparté, no le daría todo hasta que lo suplicara.

Suspiró.

— Se divierte con esto.

— No, me fascina, miente tanto, debió interesarle algún hombre alguna vez, ninguna mujer es diferente al sexo opuesto, a menos que le gusten las de su mismo sexo.

— No es mi caso — Retó, alejándose de la pared, pero me interpuse.

— Dígame, le interesó otro hombre antes que a mí.

Soltó un gruñido — Ya ha terminado esta conversación.

— ¿Le interesa el capitán?

— Es amable y cariñoso — Dijo y sonreí.

— No es lo que diría una mujer de alguien que le interesa.

— Basta, no es su problema.

— Si lo es, me interesa conocer porque una criatura tan hermosa como usted decidió el camino solitario y seco de la castidad.

— No es su asunto — Se empezaba a irritar de nuevo.

— ¿Algún hombre la ha decepcionado?

— Si me decepcionó uno, pero no es mi motivo, no voy a compartir algo tan privado con usted — Dijo, alejándose, dándome la espalda.

Entonces era un tema delicado.

— Lo lamento, no la quise hostigar.

— Si ya termino, debería marcharse a su camarote.

— Aunque si me interesa saber que hombre fue tan idiota para decepcionarla.

— El capitán Morfall — Dijo y me recorrió una furia.

— ¿Le gustaba ese horrible ser?

— No lo sé, lo admiraba, pero al conocer como era realmente fue una total decepción.

— Me alivia que no sea su motivo para quedarse casta — Susurré, aliviado.

— Necesito descansar, será mejor que se marche — Observó la cama y tomó mi camisa al ver como se encontraba.

— Piénselo, no seré una decepción para usted, solo una exquisita experiencia.

Caminé hacia la puerta y salí de su camarote.

...****************...

El día parecía tranquilo, saqué las palomas y las dejé volar.

Eudora seguía conversando con Albert en el timón, le gustaba sonreírle demasiado al capitán.

Necesitaba una repuesta pronta, mis ansias estaban aumentando cada vez más.

— ¡Una nave se aproxima al oeste! — Gritó el vigía.

Salí de mis pensamientos y observé a donde indicaba, había un barco a lo lejos.

Todos se tornaron alerta.

— ¡Sigamos el curso, puede ser solo una ruta de comercio! — Gritó el capitán.

— ¡No hay rutas de comercio por aquí! — Grité de vuelta, silbando a las palomas, se aproximaron y aterrizaron en mi brazo, las guardé en su jaula.

Los demás marineros empezaron a tomar sus posiciones.

— ¡Me desviaré un poco a ver si nos sigue! — Gritó el capitán.

Bajé las escaleras y me quedé atento al barco.

Al ver que cambiamos la ruta tomaron la misma.

— ¡Se ha desviado! — Gritó el vigía.

— ¡Mierda, todos alerta! — Gritó el capitán — ¡No dejaremos que se acerquen!

Eudora se aproximó a donde estaba, observando hacia el barco que nos seguía.

— ¿Son piratas?

— Lo más seguro — Dije y la observé — Ve al camarote.

— No, debo ayudarles.

— Esos hombres son criminales y no se detendrán ante tus lamentos, te van a raptar para ser su esclava — Gruñí y suspiró.

— Me defenderé.

— No, ve abajo — Tomé su brazo.

— Si toman el barco me hallarán de todas formas, prefiero ayudarles a defenderlo — Gruñó, apartándose de mi agarre — Dame una espada, por favor.

Le tendí una de mis espadas y la guardó en su cinturón.

— ¡Denme un sombrero! — Grité y un marinero se aproximó con uno.

Se lo coloqué.

— Oculte su rostro, llegó la hora de que actúe como marinero, no deje verles que es mujer.

Me evaluó por debajo del sombrero.

— Lo haré.

Se alejó para tomar posición cerca del mástil.

— No, ve a la proa.

— Pero, aquí estoy más cerca para atacar.

— Haz lo que pido — Ordené y corrió hacia la proa.

La seguí con la mirada.

No quería que le pasara nada.

El barco pirata se aproximó más y más.

1
lu
obvio que escuchó, por eso se sintió más emocionado
lu
la saga es muy buena
Yise
Golozaaaaaaa aissshhh q calorrrchh q capitulo más intenso ufffffff mira q jiros más bruscos e inesperados dio, pero me encantó....... Eudora bb cosita rika debes estar agradecida q has atrapado a esa fiera solo para tí, así q ve con calma q ya ese macho pecho peludo espalada plateada es tuyo todo tuyo. Golozaaa /Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
Blacina Calvo Fernández
Excelente historia. Poco a poco Eudora ha ido enamorando a Levi.
Yilli Paola Soto Nuñez
claro que escucho y por eso se prendió más que no se resistió y sembró la semilla en ella cuando quieran regresar van llegar con un nuevo integrante en el barco
Sol
si escucho pero no sabe cm reaccionar a esa palabra q significa mucho
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Mary Ney
Escritora dele a Albert una buena esposa,, se la merece, har sir ya estas enamorado creo que escuchaste Eudo el Te Amo/Smile/
Laura Ojeda
me encanta autora gracias.. creo que Levi y Eudorita van a ser padres si siguen así....
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
👁️👄👁️ yo al ver que Levi le dió como cajón que no cierra y le echó sus bendiciones a 10 meses de llegar a Floris 🤣🤣🤣 Probablemente haya bebé salvajito nuevo❤️💖
Nella Reyes
claro que te escucho sólo que no sabe como decir la palabra aún pero de que la siente la siente... sino no se hubiera derramado en ti.... apuesto a que deseo en silencio poner la semilla de un bebé en tu vientre
Daiana Ibarra
Albert de cada lugar quiere un recordatorio ahora quiere a l salvaje q le pida al rey como pago x su trabajo
Daiana Ibarra
cuando lleguen al rey van a llegar con un bebé recién nacido si siguen asi
Nella Reyes
Eudora eres una heroina, no sólo salvaste a la guerrera, también a las mujeres y niños que iban a ser asesinados y por último salvaste a tu suegro... tienes un corazón de oro puro así que Levi debe estar además de Enamorado, orgulloso que no cabe en su pecho la mujer fuerte que eres
Orozco Beatriz
si escuchó, solo que se emocionó y te dio como cajón de gabeta mal colocado 🤭🤭
Eliana Cardona
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Eliana Cardona
Que emocionante es esto 👋👋👋
Faveamny Calderon
naaaa si te escucho querida pero típico de los hombres hacerse los sordos para no te er que demostrar sus sentimientos o aceptar que cayeron en las garras de cupido 🤭🤭🤭🤭
Melissa Janeth Basilio Polo
gracias , gracias por actualizar ....moría de la impaciencia por leer otro capítulo 🥺
Ana Parra
uyyy sir Levi gota a gota se llena el cántaro y Eudora tiene paciencia de doncella
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