Te daré un millón de dólares por pasar 30 días con tu mujer- dijo con ese tono altanero que lo caracteriza desde el primer día que lo escuche hablar.
Debes estar loco- contesto mi esposo sin dudar un solo segundo.
Acepto- dije recibiendo las miradas de todos los presentes. Quizás nadie lo entendería pero era la única manera de salvarla y darle todo aquello que luego de la operación necesitaría.
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capitulo 8
La cena sería en un reconocido restaurante de pastas, al que me hubiese gustado ir ni bien llegamos, pero sus reservas son con mucho tiempo de anticipación, ya que, son reconocidos mundialmente. Todo era sumamente extraño, Antony no me quiso responder la pregunta que le había hecho y tampoco quería siquiera mirarme. Su enojo era tan palpable que en más de una ocasión le contesto mal a Hannah y está casi se larga a llorar, lo cual solamente me dio más coraje.
Si estás de mal humor, entonces te recomiendo que vayas solo a esa estúpida cena y que no vengas a tratarnos mal a nosotras que nada tenemos que ver- le dije con mis manos puestas en la cintura y echando humo.
No es mi culpa tener una esposa tan hermosa y que llama la atención de quien no debería- me escupió con mucha molestia.
¿Ahora es mi culpa? ¿Cómo podría ser mi culpa si no conozco a nadie en este lugar?- le dije aún más enojada.
Pues ya lo sabrás entonces- me dijo levantándose del sillón y yendo a la barra derecho por un vaso de Whisky, últimamente estaba tomando más de lo que me gustaba.
Eres imposible An, mira que realmente intento entenderte, pero son estas cosas las que me hacen alejar más- le dije dándome media vuelta para ir por Hannah a su habitación. La había dejado allí mirando dibujos mientras intentaba averiguar algo más de lo que nos esperaba esta noche.
Ven preciosa, te haré un hermoso peinado de trenzas para salir esta noche- dije ni bien pase la puerta de su pieza.
Hannah no dudo ni dos minutos en levantarse de la cama e ir a sentarse a la silla qué tenía cerca para esperarme a que comenzará a peinarla. Podía oír como Antony hablaba con alguien al teléfono y contestaba enojado, pero preferí no darle importancia y seguir con lo que estaba haciendo. Tarde menos de 20 minutos en prepararla y en arreglarme. Para cuando salimos de la habitación el semblante de Antony demostraba enojo y ¿tristeza?.
Llegamos al hotel un poco después de las 20.30, Antony pidió la mesa reservada para Tomasolli y yo me sorprendí, no tenía la más mínima idea de quien nos esperaría allá. La moza nos guio hasta un balcón apartado de todas las mesas comunes del restaurante, fuese quien fuese esa persona realmente era importante en este lugar. Una reservación de ese calibre debía costar muchísimo, agradecí interiormente el haber vestido a mi pequeña para la ocasión.
Pasaron casi 15 minutos cuando sentí nuevamente ese escalofrío recorrer mi columna vertebral, no quise darme vuelta a ver quien era, pero su voz fue suficiente para reconocerlo.
Muy buenas noches y disculpen mi retraso- dijo el mismo hombre que choco con Hannah en el Vaticano.
Tome fuerzas de donde pude y me levante de la silla para darme vuelta y saludarlo correctamente, aunque debo reconocer que mi mirada era fría a comparación del día que nos conocimos.
Estrecho la mano de Antony con fuerza y en la mía solamente deposito un suave beso, el mismo que también puso en mano de Hannah. Junto a él había un hombre de unos 40 años aproximadamente, seguro que era su mano derecha. Tomo asiento frente a nosotros y no dejaba de mirarme hasta tal punto que yo desviaba mi mirada incómoda de tales actos.
Entre él y Antony se pusieron a hablar de negocios, por alguna razón el recién llegado sabía del trabajo de mi esposo y sospechosamente quería invertir en el rubro automovilístico, ya que mis suegros eran dueños de varias concesionarias.
Yo solamente quería que esta cena pasara sin ningún contratiempo, pero era muy bien sabido que eso no iba a pasar.
Scusate signore, ma prima mi sono dimenticato di presentarmi e secondo, cos'è tutto questo circo? (disculpe caballero, pero primero olvido presentarse y segundo ¿qué es todo este circo?)- le dije llamando su atención por completo y dejando a Antony con la palabra en la boca.
L'italiano suona così dannatamente bello sulle tue labbra (suena tan malditamente hermoso el italiano en tus labios)- me dijo tirando toda mi concentración 10 metros bajo tierra.
Vi como hizo una seña con sus dedos y de pronto una moza se acercó a nosotros.
Piccolino, vuoi venire con me a scegliere un dolce?(pequeña ¿te gustaría venir conmigo a elegir un postre?)- Hannah me miró sin entender nada y yo miré enojada a este hombre quien solamente me asintió con la cabeza dándome a entender que había que hablar algo lejos de mi pequeña.
La moza te llevará a elegir el postre que más te guste hija, recuerda aquellas cosas que no puedes comer ¿si?- le dije dándole una sonrisa que ella contestó enseguida.
Si mami- se bajó de su silla y tomo la mano de la moza qué la llevaba cerca de una gran mesa de postres para que ella eligiera el que más le gustará.
Hable por favor- le dije en castellano para que mi esposo no se perdiera nada de la conversación.
mi nombre es Nicolás Tomasolli y estoy aquí para ofrecerles a ambos un trato que estoy seguro de que aceptaran- dijo esbozando una sonrisa que seguramente a más de una mujer hubiese dejado idiota, aunque para mi no significaba nada más que entender cuan egocéntrico era este tipo.
¿cuál es la razón de su inesperada reunión?- dijo Antony y pude notar como cerraba sus manos en puños y apretaba muy fuerte.
Te daré un millón de dólares por pasar 30 días con tu mujer- dijo con ese tono altanero que lo caracteriza desde el primer día que lo escuche hablar.
Debes estar loco- contesto mi esposo sin dudar un solo segundo.
Acepto- dije recibiendo las miradas de todos los presentes. Quizás nadie lo entendería, pero era la única manera de salvarla y darle todo aquello que luego de la operación necesitaría.
¿Acaso estás demente? ¿Esta es tu venganza por haberte sido infiel?- el tono de Antony se elevaba con cada palabra que salía de sus labios.
Primero a mí no me grites, segundo demasiado tarado eres para creer que me vengaría de ti cuando ya te dije que quiero el maldito divorcio y tercero piensa dos segundos en Hannah y en como ese dinero la ayudaría- le dije sumamente calmada, bajo la eterna mirada de este sujeto -¿cómo la llevaré a terapias o al médico si vendo la camioneta? ¿Quieres que le pida a Belén que me lleve?- fue un golpe bajo lo se pude ver como su cara se entristeció en cuanto la nombre.
Esta no es la manera- dijo casi en un susurro.
No es tu decisión, en breve ya no serás parte de mi vida. Aunque la decisión de engañarme si fue tuya- le dije sentenciando mi respuesta.
¿Podemos hablar y pensarlo?- me dijo intentando tomar mi mano por encima de la mesa.
No hay nada que pensar, necesitamos ese dinero para Hannah y también lo necesitaré para buscar donde vivir cuando volvamos de Estados Unidos- le dije más calmada - pero si le advierto a usted- dije volteando a ver al tonto frente a mí -primero mi hija viene conmigo, tiene estrictos horarios de medicación y segundo no soy como las mujeres a las que está acostumbrado, le puedo asegurar que conmigo no se va a revolcar en ningún lado- su mirada de gozo se mantuvo en todo momento. Me di cuenta de que lo había desafiado a un juego que quizás era de su agrado, ver hasta donde podía resistir sin caer en la tentación.
Mañana a las 9 de la mañana paso por ustedes al Hotel, y quédese tranquila Cassidy, no planeo hacer nada que usted misma no me pida- dijo antes de levantarse e irse seguido de su amigo.
Para cuando Hannah volvió con el postre estábamos solamente Antony y yo en la mesa, ella no se preocupó por los faltantes y se dispuso a comer lo que había traído. El viaje al hotel fue demasiado silencio, mi marido echaba humo por las orejas de la bronca que sentía y yo estaba preocupada en como decirle a mi niña que nos quedaríamos más tiempo y con un extraño. Mierda debí haber pensado mejor las cosas en vez de ser tan impulsiva.