*Sinopsis:*
Osiris, una joven fuerte y determinada, se encuentra en el centro de una lucha de poder cuando cruza caminos con Dominick López, un poderoso y enigmático empresario con un imperio de negocios oscuros. A pesar de su atracción mutua, Osiris se resiste a la influencia de Dominick, temiendo perder su libertad y autonomía.
Sin embargo, Dominick no se rinde fácilmente. Con una determinación implacable, busca conquistar a Osiris y hacerla suya. Pero a medida que se acercan, Osiris descubre secretos oscuros sobre el pasado de Dominick y su imperio, lo que la hace cuestionar si realmente quiere estar con él.
En un juego de poder y seducción, Osiris y Dominick se enfrentan en una lucha que puede cambiar sus vidas para siempre. ¿Podrá Osiris mantener su independencia y libertad, o se dejará llevar por la corriente de la pasión y el poder que Dominick representa?
*Géneros:*
- Novela romántica
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Capitulo 8
Osiris sintió el apremio en la voz de Dominik y su corazón comenzó a latir con fuerza. La atmósfera que había sido de risas y cercanía se había transformado repentinamente en una tempestad de urgencia.
— ¿Qué está pasando? —preguntó.
Dominik, con una mirada intensa, la guió hacia la salida de la cocina, sin soltar su mano.
— El sucesor de nuestro enemigo ha tomado el control. No podemos quedarnos aquí —respondió, su tono firme y decidido, pero había un leve temblor en su voz que Osiris no pudo ignorar.
Mientras corrían por los pasillos de la mansión, Osiris sintió que la realidad se desmoronaba a su alrededor. Las paredes que antes parecían un refugio seguro ahora se sentían como una trampa. Los retratos familiares de Dominik, que antes la habían intrigado, ahora parecían sombras de un pasado lleno de secretos y violencia.
—¿Quieren matarte? — Preguntó.
—No solo matarme—respondió Dominik, manteniendo su mirada fija en el camino. La determinación en su voz era palpable, pero Osiris podía sentir la presión creciente de la situación.
Al llegar a la entrada principal, Dominik se detuvo y miró hacia afuera. La noche era oscura, y el aire estaba cargado de tensión.
— ¡René! —gritó, llamando a su guardaespaldas que había estado en la parte trasera de la casa. René apareció casi de inmediato, su expresión seria.
— Estamos listos para salir —dijo Dominik, y sin dar más explicaciones, hicieron su camino hacia el garaje.
Osiris apenas podía seguir el ritmo. La adrenalina corría por sus venas, y aunque su mente estaba nublada por el miedo, una parte de ella no podía evitar sentirse viva en medio de la crisis.
Una vez en el garaje, Dominik abrió la puerta de un coche negro, señalando a Osiris que entrara.
— ¡Vamos! —exclamó, mientras René tomaba el volante.
—¿A dónde vas? —preguntó, tratando de mantener la calma.— ¿No vendrás conmigo?
— En una hora llegaré hacia ti —respondió Dominik, sus ojos fijos en Osiris — Ve contando el riempo.
Osiris se apresuró a subirse al asiento del copiloto, con el corazón latiendo con fuerza. El motor rugió y, en un instante, estaban en movimiento, alejándose de la mansión que había sido su hogar, pero que ahora se sentía como un lugar de peligro inminente.
Mientras el paisaje pasaba rápidamente, Osiris se dio cuenta de que todo lo que había creído saber sobre Dominik y su vida estaba a punto de cambiar. La realidad del mundo del que era parte se revelaba con cada segundo que pasaban alejándose de la mansión.
—¿El sucesor del enemigo odia a Dominik?—preguntó ella, la incertidumbre apretando su pecho.
—Con toda su alma—contestó Dominik, firme—. Por culpa del padre de Dominik murió su hermana, Victor juró vengarse.
Osiris pidió que la dejara bajarse, no quería perder a Dominik, pero René se nego. Mientras el coche se adentraba en la noche, la promesa de una lucha inminente se cernía sobre ellos, y Osiris comprendió que su vida había cambiado para siempre.
René la llevo hasta el penthouse del edificio mas lujoso y lleno de guardias por cada rincón de él mismo. Al entrar al penthouse sus ojos se iluminaron, no creyó ver la cantidad de cosas tan brillantes y sofisticadas. Tal nivel de lujo no podría parecer creíble, era obvio la cantidad de sangre que debió correr para poder comprar algo así.
— Aún faltan cinco minutos— dijo Osiris mirando su reloj.
Dominik había prometido volver, pero Osiris temía que esa promesa se rompiera, René notó su preocupación, acercándose le dio consuelo.
—El señor Lopez, volverá, siempre lo hace— Dijo René.
Osiris quiso aceptar esas palabras, pero no dejaba de temer. Al escuchar como alguien entraba al apartamento corrió hacia la puerta, deseando que fuera Dominik, ya que sin él se convertiria el un ser lamentable.
Dominik al ver a Osiris, la abrazó. Osiris al abrazarlo sintió como había empezado a acostumbrarse a un hombre tan peligroso.
Dominik se sentó en un sillón blanco tomando la mano de Osiris y pidiéndole a René sentarse con ellos.
— Víctor, ha decidido asesinarme — Dijo Dominik fingiendo tranquilidad aunque estaba profundamente angustiado.
Osiris lo miró a los ojos, queriendo entender la situación.
—¿Si uno de los dos debe morir, por qué no acabas con el primero?— preguntó Osiris.
Dominik tomó por el cuello a Osiris recargandola en el respaldo del sillón.
— Yo maté a su hermana, ¿crees que después de acabar con él podré seguir vivo?— Dijo molestó.
Osiris temió a Dominik, el brillo en sus ojos que había empezado a nacer, había muerto, había vuelto a ser el hombre que era al principio.
— ¡Me mentiste!— Dijo Osiris — Tú si sabes lo que es amar.
— ¡Yo no sé hacer tal cosa!— grito Dominik.
— ¿Entonces por qué me hiciste creer que podías cambiar?— Preguntó Osiris.
— Yo no puedo cambiar, te demostraré lo cruel que puedo ser, así verás que no merezco sentimientos tan inútiles— Dijo Dominik.
Osiris tomó la mano de Dominik que tenía sobre su cuello con ambas manos y ejerció presión sobre su cuello.
— Asesiname así podré creerte— Dijo Osiris en voz baja.
René se levantó de su asiento, su mirada preocupada podía palparse, él conocia a Dominik y sabia que lo que más odiaba era ser desafiado.
— Señor López, no —dijo—. No haga esto.
Dominik se detuvo, su mirada intensa en Osiris.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó, su voz baja y peligrosa.
Osiris sonrió, su mirada desafiante.
— Quiero que me demuestres que no mereces amor —dijo—. Quiero que me muestres la verdad, quiero saber quién eres realmente.
Dominik se rió, su risa siniestra.
— Estás manos han matado a tantas personas —dijo—tantas personas me han suplicado que las dejé vivir.
Osiris se acercó a él, su mirada firme.
—Se que solo te obsesionaste de mí y que te niegas a amarme —dijo—. Dime ¿Si te dejo de obsesionar me desecharas?.
Dominik se sintió un golpe en el estómago, su mirada baja.
—Tú eres mia —dijo— yo me encargaré de que ni un solo hombre te vea como lo hago yo.
Osiris sonrió, su mirada triste.
— Nadie volverá a amarme, de hecho nunca fui amada así que fui muy ambisiosa al querer serlo por una vez .
— Te enseñaré el por qué no puedes ser amada por alguien como yo— Dijo Dominik tomándola del brazo y llevándola al ascensor del penthouse.
Osiris estaba inquieta, y René solo los seguía, Dominik pulso un botón y era para bajar hasta el sótano del edificio.
Al llegar al sótano, el olor a sangre era distinguible, Dominik abrió una de las puertas del lugar y entró en ella.
Osiris lo siguió con cierta incertidumbre, su mirada cambió al ver a un hombre atado a una silla en medio de la habitación.
— ¿Vas a asesinarlo enfrente de mi?— preguntó Osiris
Continúaraa...