Lee Haeng-un, intercambiado al nacer, creció sintiéndose fuera de lugar en una familia que no era la suya. A los 25 años, se refugió en una granja de mandarinas, intentando escapar del doloroso pasado que lo perseguía. Una noche, un misterioso omega millonario llamado Ryu Lian apareció en su vida. Ryu, al descubrir la verdadera identidad de Lee como el hijo perdido de una poderosa familia, planeó ganarse su confianza con intenciones ocultas.
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Recuerdos
Recuerdos del primer encuentro de Ryu y Lee.
Perspectiva de Ryu...
Ryu despertó en una habitación desconocida.
La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, creando un suave resplandor dorado que iluminaba las paredes.
El aire era denso, impregnado de un sutil olor a mandarinas y a la fragancia de un perfume de fresas que no reconocía.
Rapidamente salto de la cama al sillòn.....
Sus ojos se centraron en la figura a su lado: un alfa que dormía plácidamente.
Ryu sintió una punzada de reconocimiento al observar su mandíbula, el perfil de su nariz…
Eran inconfundiblemente similares a los rasgos que había visto en sus padres adoptivos.
Un impulso incontrolable lo llevó a acercarse más.
La curiosidad, mezclada con el deseo de encontrar conexiones, lo hizo alargar la mano.
Con suavidad, tomó una hebra del cabello rojo de aquel extraño, notando la textura entre sus dedos.
-Era más suave de lo que había imaginado, casi sedosa-
Pero de repente, un ruido lo sobresaltó.
El extraño se movió, y Ryu, presa del pánico, le propinó un golpe suave, intentando confundir, para evitar que descubriera que tomo una hebra de cabello cuando se despertara.
La acción fue instintiva, pero al mismo tiempo, sentía un torbellino de emociones.
¿Qué estaba haciendo?
Su corazón latía con fuerza, y la adrenalina corría por sus venas.
Sin embargo, ya era demasiado tarde; la hebra de cabello estaba en su poder, un pequeño vínculo que significaba tanto y para evitar sentirse descubierto, fue grosero....
Recordo entre risas y disgustos, lo que habia hecho ese dia.....
La escena se desvaneció y Ryu volvió al presente, recordando la confusión de su vida.
La fiesta de cumpleaños de Ryu era un despliegue de luces y risas, un espectáculo en el que él era el centro de atención.
Mientras disfrutaba de la música y el aroma del pastel recién horneado siendo traido por sus padres..
Su mente luchaba por mantenerse enfocada.
Sabía que aquel extraño que parecia ser un alfa era el hijo perdido de los Kim, una revelación que se cernía sobre él como una sombra, pero su apariencia de confianza era inquebrantable.
Pero los amigos de sus padres interrumpieron sus pensamientos...
Llegaban, trayendo consigo a sus hijos e hijas omega.
Ryu los observaba con un torbellino de emociones.
Sabían que él era el único heredero de dos grandes linajes y habían llegado con intenciones ocultas, creyendo que Ryu era un alfa.
Matrimonios bajo contrato y alianzas estratégicas empezaban a llenar el aire de la celebración.
Las conversaciones a su alrededor giraban en torno a futuros arreglos, promesas de uniones que nunca deseó.
Ryu sintió un nudo en el estómago; la presión de ser el centro de atención era abrumadora. Su pulso se aceleraba, una mezcla de ansiedad y una oleada de euforia que no podía controlar.
Los omegas revoloteaban a su alrededor como abejas atraídas por la miel.
Sus sonrisas brillantes y gestos coquetos lo hacían sentir atrapado.
“¿Realmente creen que soy un alfa?”, se preguntó, la incomodidad creciendo en su pecho.
me encanta la escritura....
ánimo 😁