La Obsesión De Un Beaumont

El avión que llevaba a Madeleyn a Grecia aterrizo en Atenas, estaba preocupada por su hijo habian pasado doce horas desde que había hablado con Luck.

Se puso de pie. Cuando se asomó a la puerta no le asombro ver a su esposo parado junto a los autos, era algo que el solía hacer a menudo Madeleyn bajo la escalera y se abrazo a él.

— ¿Has sabido algo?, pregunto ella.

— Nada de momento, si quieren dinero se pondrán en contacto exclamó Luck mientras le abría la puerta del coche.

— ¿Y si no quieren dinero?, pregunto ella subiendo al coche.

— Lo resolveré, puedes estar segura de eso respondió él y la abrazó.— Daría mi vida por ustedes, te lo juro lo traeré de regreso.

— Lo sé, ¿qué pasó con los custodios?, pregunto ella.

— Ya sabes como es Cesaré, los dejo en la casa. En cuanto regrese contrataré un nuevo equipo, responderan directamente conmigo. Madeleyn negó con la cabeza.

— Se lo has advertido tantas veces exclamó Madeleyn.– Las nalgadas qué no le dimos de niño necesita, a ver si deja de ser tan irresponsable.¿Qué hacía con esa joven?.

— Hable con su madre, estaba cenando en el mismo restaurante junto a una amiga y Cesare con un cliente, ya le había pedido que mantuviera distancia con esa joven, las últimas imágenes que registran las cámaras son de Cesare siguiéndola por el estacionamiento, ya tienen identificado el vehículo que usaron están revisando cada cámara para ver el trayecto que hicieron...

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Cesare y Selene se miraron, ambos con una expresión de molestia y frustración. Estaban amarrados, sin saber qué les esperaba.

—Esto es todo culpa tuya —dijo Selene, su voz baja y amarga.

—No es mi culpa —respondió Cesare, su voz igualmente baja y tensa.

Pero antes de que la discusión pudiera escalar, Cesare se detuvo y miró a Selene con una expresión más calmada.

—Espera. Si peleamos entre nosotros, no saldremos con vida.

Selene lo miró, y por un momento, Cesare vio una chispa de comprensión en sus ojos.

—Tienes razón, es obvio que por mas que obtengan dinero no nos liberaran dijo Selene.

Ambos se miraron en silencio por un momento, y luego Cesare habló de nuevo.

—Tenemos que ponernos de acuerdo si queremos salir de esta situación.

Selene asintió, y por primera vez desde que habían sido secuestrados, la paz reino entre ellos.

La luz del amanecer se filtró a través de la pequeña ventana de la bodega, iluminando el espacio oscuro y húmedo. Cesare y Selene estaban amarrados, sus manos y pies atados con cuerdas. Aun así se habían dormido.

Cesare abrió sus ojos.—¿Dónde crees que estamos? —preguntó Cesare, mirando a su alrededor.

—No lo sé, pero no se ha parado de mover.

De repente, se escucharon pasos en la escalera que conducía a la bodega. Viktor, el capitán, bajó la escalera con una sonrisa en su rostro.

—Buenos días, mis queridos pasajeros —dijo—. Espero que hayan pasado una buena noche.

Cesare y Selene lo miraron con desconfianza, sin responder.

—No se preocupen —continuó Viktor—, pronto llegarán a su destino. Y allí, podrán disfrutar de una calurosa bienvenida.

Ambos se miraron, preocupados por la suerte que correrían.

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Henry seguia en Raleigh, corto la llamada con Alexos, estaba preocupado por su sobrino.

Se pasó la mano por la frente, intentando calmar su ansiedad. Sacó un estuche pequeño de su bolsillo.

Su mano comenzó a temblar y el estuche cayó rodando por el piso.

Iba a levantarlo cuando Mariana se adelanto, al mirar el embase y leer lo que era frunció el ceño, lo observó .

— ¿Se siente mal? ¿Cuándo sufrió el infarto?, pregunto ella.— Henry frunció el ceño.— Estudie medicina exclamó Mariana.

— Me realizaron un bypass hace seis meses.

Mariana abrió el estuche, revelando un conjunto de pastillas blancas y le dio una.

— Olivia no comento nada respondió Mariana.

Henry hizo una mueca— Mis hijos no lo saben, respondió Henry.

— No diré nada, falta para cenar porque no se recuesta necesita calmarse.

— Gracias, estoy preocupado por mi sobrino.

— Olivia me contó, espero que con el favor de Dios, todo se resuelva favorablemente respondió Mariana.— Vaya a recostarse, pediré que le lleven una infusión le hará bien.

— Gracias Mariana, respondió Henry. Mariana asintió y movió la cabeza en señal de respeto.

Henry se encontraba en su habitación cuando la empleada le llevó la infusión, debió reconocer que la infusión de hierbas lo relajo bastante, al día siguiente terminaría los asuntos pendientes en Raleigh y se iría a Grecia, debía apoyar a Madeleyn, era su obligación como hermano mayor y cabeza de la familia.

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Christopher corto la llamada con Stefano, habían suspendido su reunión, estaba preocupado por su primo y viajaría a Grecia junto a su familia.

Dante se encontraba recuperándose de una gripe, corto la llamada con su padre, el también viajaría a Grecia.

Allegra ingreso a la habitación para llevarse la bandeja de la comida, durante cuatro días había cuidado de Dante y ya estaba casi recuperado.

— No me has traído el postre comento el mirándola.

— Ahora te lo sirvo, exclamó ella.

— Quiero algo muy suculento y dulce exclamó el tomándola de la cintura mientras tiraba de ella.

— Ay, se supone estas recuperándote exclamó Allegra riéndose.

— Estoy como nuevo, te demostraré cuanto comento y comenzó a besarla...

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Rosse se encontraba en su camerino, habían terminado de filmar el videoclip, llevaba un año y medio viviendo en Estados Unidos.

Obviamente, su padre le había exigido que regrese. Ella había roto su compromiso con Rashad, aunque a él parecía darle igual, Rosse termino de vestirse y se dirigió al pequeño departamento donde vivía, su padre no pagaría su rebeldía, así que vivía en un modesto barrio, su madre solía enviarle dinero, lo suficiente para que no muriera de hambre y tuviera un techo sobre su cabeza. Lo que significaba que aunque respetaba su decisión no la aprobaba.

Rosse solía pensar que si no fuera por su madre, su padre ya la habría hecho regresar por la fuerza, siempre había creído que los guardias de su padre la vigilaban en la distancia, hasta que una noche le robaron todas sus pertenencias. Sus hermanos a no ser por Constanza qué la había ayudado a escapar no le dirigían la palabra a no ser que fuera para regañarla, ni Jalil que era más liberal aprobaba su comportamiento, Malek solo le dirigía la palabra para regañarla y Mariana desaprobaba por completo lo que había hecho, Rosse ingreso al departamento. Dejo su bolso sobre el sofá y buscó en refrigerador algo para comer...

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Mackenzie Zouvelekis ingreso al restaurante donde había quedado con su futuro esposo para cenar.

Le había costado mucho llegar a un entendimiento con Francesco Leone, hijo adoptivo de Dante Leone y Constanza Salvatore, ha Francesco le había costado muchísimo aceptar lo que era. No era fácil, incluso a él le había costado, no era fácil decir soy gay cuando tus primos y hermano eran unos reputados conquistadores de mujer. Pero como le había explicado su abuela un hombre solo tenía una vida y merecía vivirla plenamente. A diferencia suya, Francesco solía fingir lo que no era, teniendo citas con mujeres, incluso había considerado comprometerse con Irina Raminovick una antigua amiga de la infancia.

— Lamento haberte hecho esperar dijo Mackenzie cuando llegó.

— No te hagas problema, hable con Stefano será testigo de la boda si de tu lado incluyes a Grace comento Francesco.

— ¿No quiere que también se la coloque desnuda sobre su cama?, pregunto Mackenzie.

— No le disgustaría, exclamó Francesco ordenando el vino.

— Está bien, la pondré de testigo a ella y a Charles, tú compromete a tu prima Amelia, los mezclaremos, te dare a Charles y tu me das a Stefano. Pondré a Charles de pareja de Amelia, Charles se comportará como un caballero respondió Mackenzie, ellos se casarían en un mes en París.

Francesco sonrió, Amelia era hermana de Stefano así que sería perfecto, eso le daría las excusas necesarias a Stefano para estar con Grace.

— Me parece perfecto, te enviaré la documentación antes de irme a América, Francesco estaba al frente de los negocios familiares.

— Me olvidé de comentarte, Christopher y Anastasia darán una fiesta de despedida de solteros en nuestro honor, así que los testigos deben ir dijo Mackenzie bebiendo un sorbo de su copa...

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Grace abrió la puerta de su lujoso departamento al ingresar despidió a su equipo de seguridad, le sorprendió encontrar un ramo de flores.

— Buenas noches, Grace dijo su ama de llaves Georgia.

— Buenas noches, ¿algunanovedad?, pregunto Grace sonriendo al ver la tarjeta qué llevaban las flores.

— El señor Salvatore llamo cuatro veces exclamó Georgia.

— No estoy, es más dile que salí de viaje, me fui a Estados Unidos respondió Grace sacando una de las flores del enorme ramo se dirigió a su habitación se quitó los zapatos y se dejó caer sobre la cama llevando la flor a su nariz, había que reconocer que Stefano sabía de flores, Grace sonrió...