Novela en emisión! No está terminada... No se impacienten.
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Cap 8
Abrí la puerta y al entrar, un aroma varonil y familiar me golpeó. Recordé su perfume y lo mucho que me gustaba pasear la nariz por su cuello cuando estábamos entre las sábanas. Y tenía que preguntar, ya eran muchas similitudes hasta veía un parecido en ellos.
—¿Cómo se llama tu hermano? No me han contado nada de él, solo sé que está con su madre.
—Es nuestro hermano menor, tiene veintitrés años y se llama Martin. Se fue hace unos meses a pasar una temporada con nuestra madre y recientemente nos dijo que se quedaría unos meses más. ¿Por qué?
Bueno, primero porque no encontré nada suyo en la habitación, todo lucia impecable y nuevo, segundo porque se deshicieron hasta de la última media y no veía nada de la personalidad de ese hermano misterioso. Ni ropa, ni fotos ni nada y la ausencia de ello hacia que la habitación luzca más grande. Solo había además de la cama un escritorio, un sillón giratorio de esos que te cuidaban la espalda si pasabas mucho tiempo en él y una tele muy grande amurada a la pared.
— Porque parece que nunca hubiera existido, quitaron todas sus cosas.
Se acercó un poco más a mí y tuve que levantar la cabeza para verlo mejor.
—Solo cambiamos la cama, lo demás ya estaba, mi hermano se llevó sus cosas porque viaja todo el tiempo y casi no está aquí. ¿Quieres conocerlo? Podemos hacer una video llamada.
Me negué en segundos, me hubiese dado mucha vergüenza presentarme como la invasora de su espacio personal.
—¡No! Qué vergüenza. Espero que para cuando el vuelva, yo no esté aquí.
—Bueno, eso no lo sabemos, porque puede aparecerse en un mes o en un año, Martin es así.
Me relaje, no era Julián era otro chico de veintitrés años que se llamaba Martin y yo había actuando como una paranoica. No podía ver su cara en todos los chicos rubios y de piel bronceada, tampoco podía pensar que esa era su habitación solo por su perfume, después de todo era un perfume costoso pero muy popular.
—¿Tengo que acostumbrarme a eso que haces? De repente es como si te transportaras a otro mundo
Y si, realmente lo hacía, pero nunca se lo dije.
—No, solo… es que. Recordé a alguien.
Sé que una de mis reglas era no revelar mucho de mí, pero ellos confiaron en mí al permitirme vivir en su hogar y por eso dije lo que debí callarme.
—¿Quién? ¿Tu hermano?
Otra vez sonreí con tristeza y negué con la cabeza. No había pensado en mi hermano; había recordado al lindo chico rubio de ojos verdes a quien había lastimado cruelmente en aquel bar. Él no fue malo, solo no entendió que yo no quería tener nada serio, que lo que teníamos era espontáneo, temporal, y se hizo daño. Eso es algo que me hizo sentir muy culpable; esa Cassandra no tenía nada que ver con la que llegó a Boston.
—Un chico. — Su cara se relajó, y sonrió. Se sentó en la cama y palmeo el colchón para que me siente con él.
—Asique después de todo si, había un novio.
Me reí, porque le había dicho antes que no tenía novio ni tampoco quería tener uno.
—No Jasper, no hay novio, yo no tengo relaciones serias ni quiero tenerlas. Me acostumbre a esta vida, a vivir sola, a no atarme a nadie para que después de que se vayan no me duela. —Tuve otro lapsus de sinceridad y el escucho atento a cada una de mis palabras. — Lo que paso con ese chico es que no respeto las reglas que le había dicho desde el mismo día que nos vimos, se enamoró de mí y para que me deje en paz casi tres meses después, tuve que herirlo mucho. Yo ya tenía planes, quería venir aquí, estudiar, formarme y demostrarles a mis padres que yo también puedo lograr todo lo que logro Owen. Lo que me duele es que, ese chico se haya hecho daño, fue un idiota.
—¿Un idiota? ¿Por quererte? —Sonrió y se levantó de la cama. — Las personas no tienen la culpa de los sentimientos que desarrollan, no fue su culpa, fue tuya al dejar que eso pase. Dime una cosa ¿Quién no respeto las reglas, ese chico o tú? ¿Cuánto tiempo le diste para que no se enamore de ti?
Jasper hablaba de una forma muy cruda, y ahí estaba la gran e implacable diferencia de edad y experiencia. Los quince años que me habían pateado el trasero.
—Ninguno de los dos la respetamos. Yo soy la principal culpable, porque deje que se pasen esos dos meses juntos solo porque me gustaba como me follaba y como me trataba, pero siempre fui clara, no quería nada más que lo que me daba y el, no recibiría de mi lo que buscaba.
Jasper me observó y analizo cada palabra dicha por mí y finalmente asintió.
—Puede que ese pobre chico tuviera una mínima culpa al sentir algo por ti aun sabiendo que no lo querías, porque como te dije hace un momento, no pudo evitarlo. Pero tú, bebé, tu eres responsable del daño que se ha hecho, porque tuviste que dejarlo mucho antes de que llegue a esos extremos. ¿No crees? — Hizo una pequeña y se agacho para quedar a mi altura, dejo su mano en mi mejilla y continúo. — Tendrás que aprender a vivir con eso, porque no creo en las casualidades, pero si en el karma y de algún modo, ella se encargara de eso después. No intento hacerte sentir mal, lo juro, pero tengo suficiente experiencia para darte un consejo, si es que lo quieres.
Asentí, ya me había amargado la noche, pero me sentía bien al poder hablarlo con alguien y que ese alguien haya sido Jasper, me alivio bastante, parecía ser muy bueno escuchando.
—Para toda acción hay una reacción, una consecuencia, Cassie, y cuando te pase lo que le paso a ese chico por fin entenderás que no se hace lo que no te gusta que te hagan a ti. ¿Comprendes?
Ya sabía eso y es por eso que me afectaba.
—No pienso dejar que eso me pase, porque tengo mis reglas.