Mi Ala

Creada en tiempos antiguos, con muchas contradicciones por parte de peregrinos y nómadas de una tierra árida y seca, que alguna vez tuvo arroyos y árboles frutales y, por supuesto, abundante caza.

Sin embargo, después de décadas, los recursos de esa tierra se agotaron debido a la caza y los árboles murieron tras largas sequías, los animales huyeron de ese lugar.

Los que no pudieron morir fueron devorados por buitres, y todas las tribus de la zona se vieron obligadas a hacer lo mismo, pero por una decisión egoísta, la tribu Dwiam no se fue porque llevaban generaciones en esa tierra. Con eso, las tribus locales comenzaron a guerrear por los restos en lugar de abandonar ese lugar sin vida y helado.

El anciano no escuchó a su tribu e incluso sacrificó a muchos de sus miembros, desde niños hasta adultos. Por supuesto, después de esa decisión, los miembros de la tribu se rebelaron y lo mataron, lo mismo sucedió con las tribus restantes.

Con estas decisiones sucediendo, todos decidieron irse y dispersarse en todas direcciones y nunca más se encontraron. Esta es la historia que Kiay recordaba mientras dormía.

En el bosque lejos de ese lugar tranquilo y pacífico, la tribu Rampar (la antigua tribu de Rimei que estaba buscando) cerca del pueblo, su madre la estaba buscando y gritaba su nombre, día tras día buscaba y lloraba por no encontrar a su hija.

"Día... hija... Rimei, ¿dónde estás? ¡vuelve con tu madre, por favor!" en lágrimas, su madre estaba completamente desamparada.

"¿No hay señales de ella?" su esposo zorro, acercándose a ella después de regresar de patrullar.

"No, ni siquiera pude olerla, lanzaron a nuestra hija lejos del pueblo, no los perdonaré si mataron a mi hija." [No puedo creer que le hicieran eso... Me niego a creer que lanzaron a mi hija en un nido de serpientes... Si lo hicieron, juro que el anciano y sus partidarios no tendrán una muerte pacífica. Por todo lo sagrado.]

"Amor, fue la decisión de los ancianos, no podemos hacer nada-" La madre de Rimei le dio una fuerte bofetada en la cara.

"¿Cómo puede un padre simplemente quedarse ahí y no hacer nada? Tu hija te necesitaba y ¿qué hiciste? NADA. Estoy decepcionada de ti, nunca me llames amor de nuevo. ¿Me oíste? Ya no tienes una hija, si ella está viva y espero que lo esté, nunca la llames hija otra vez, pensé que me casé con un guerrero, no con un cobarde!" La madre de Rimei estaba llena de dolor y odio hacia su esposo, lamentablemente con muchas razones.

(Nota del autor: ¡Estoy de acuerdo con ella, este padre es un desastre! ¡No hizo nada! Caramba.)

Él simplemente agachó la cabeza y volvió a patrullar, pero más lejos esta vez. [Hija, lamento no haber hecho nada, debo haberte decepcionado, lamento no tener el coraje que una vez tuve, lo siento tanto por ser un padre... tan cobarde] lloró después de eso.

Al día siguiente en la cueva escarpada, "Nido de Alada."

Rimei se acercó a Kiay y trató de sacar a Kiay de debajo de Alada, quien parecía tan cálida en una noche fría.

"¡Kiay, despierta! Necesitamos tus órdenes e instrucciones sobre qué hacer, aún no has dicho nada a los nuevos miembros." Rimei tratando de despertar a Kiay bajo las alas de Alada porque no podía sacarla.

"Está bien..." Kiay despertando y estirándose, se retiró fácilmente de debajo.

"Alada despierta." Acariciando su cabeza.

"¿Líder?!" Rimei queriendo atención.

"Está bien, necesitamos: armas, ropa, herramientas, y una cocina más práctica como un almacén...

(no tenemos casi ninguna arma...)

Urgentemente necesitamos trampas, recursos y, por supuesto, cabañas de piedra y madera, esos maderos secándose, los pusimos hace unos días, tenemos comida y algunas herramientas que podrían usar. ¿Alguna pregunta?" Kiay mirándolos.

"Yo tengo una, ¿puedo usar todo en la cocina o debo guardar algo?" Jul la liebre, la cocinera.

"Sí, puedes usar todo pero solo haz suficiente para todos, sin desperdicios o lo menos posible, ¿alguna otra pregunta?" Kiay.

Mitis, el gato, e Igris, la loba, preguntaron al mismo tiempo: "Sobre la caza-" y se miraron el uno al otro.

"Otra vez, necesitamos comer y ¿trajeron sus armas y herramientas?"

Igris: "Sí, traje mis cuchillos."

Mitis: "Yo traje mis flechas y arco."

"Está bien, después del almuerzo, hablaremos sobre la caza, pero las trampas son la máxima prioridad."

Igris: "¿Por qué?"

Kiay señaló a la gran entrada por la que habían pasado, "Miren abajo, con cuidado."

Igris vio varios lobos bestiales. "¡Hay tantos! ¡Nunca los había visto tan numerosos antes!"

Todos los demás vieron la gran entrada de la cueva escarpada.

"¿Cómo no los vimos? Hay tantos." Ryfer estaba sorprendido por los números.

"Vinimos volando con Lady Alada, y ellos siguen yendo y viniendo, si no, habría muerto de hambre." Rimei señaló a ellos. "Son la razón por la que las trampas son la máxima prioridad, ¿respondí tu pregunta?" Kiay mirándolos seriamente.

Todos la miraron con aprensión y miedo.

"La pelea será un poco difícil, así que tenemos que hacer trampas pronto, estamos quedándonos sin tiempo. Cada día ellos hacen un camino para poder subir donde está nuestro hogar actual, ¿pueden imaginar lo que harán cuando lleguen allí? Nuestra ventaja es ella, la increíble e invencible, Alada o lo que quisiera poder decir, ahora está incubando los huevos que puso. Así que solo participará como último recurso, así que... tendremos que protegerla." Kiay, simplemente abrazó a Alada.

"¿Protegiendo una destrucción? No puedo creer que ese día llegaría." Igris.

"Es nuestra mayor aliada, sin ella nuestra vida será extremadamente difícil." Mitis.

"¿Ambos tienen miedo de matar a los lobos bestiales incluso teniendo tal ventaja?" Rimei.

"¿Qué ventaja es esa que no he visto hasta ahora?!" Igris.

"Simple, mira abajo, podemos arrojar piedras, cuchillos y matar a tantos de ellos desde aquí, con seguridad." Rimei.

"Sería demasiado fácil, ellos se dieron cuenta de eso y lo evitan antes de llegar a ellos." Mitis.

"Sí, a menos que estén durmiendo, la buena Alada lo olvidó?! Podemos atraparlos cuando se vayan y atacarlos desde lo más alto posible, así no nos verían y tendríamos mucha ventaja!!" Rimei.

"Entonces, ¿vamos a hacerlo? ¿O tienen miedo?" Kiay.

"Por supuesto que lo haremos con toda certeza yo-" Igris siendo interrumpida por Jul, quien acaba de preparar una comida para todos.

"¡Vengan a comer! Tenemos carne de pescado y también frutas salteadas, ¡con polluelos de Gisais! Espero que les guste, hice lo mejor que pude!" Jul muy feliz por la comida hecha.

Todos miraron con la boca hecha agua, así que decidieron comer, con mucha pasión y falta de control.

{Ingris - parece un pollo, pero tiene cuatro patas y su tamaño adulto es mayor que el de un caballo. por eso sus polluelos son objetivo.}

Fin del capítulo.