Mi Galán De Telenovelas

Fueron 20 minutos de silencio. Cuando por fin, el taxi se detuvo en el gran portón de la casona, ambos quisieron abonarle al chofer.

-Cóbreme a mí- dijo Lucia, buscando en su bolso la billetera

-No, por favor, cóbrese de aquí, gracias- La contradijo Marcos, y le paso una suma un poco exagerada al conductor.

La mujer, al ver esto, tomo sus cosas y descendió del vehículo rumbo a la entrada. Al llegar, tuvo que esperar, ya que aquel hombre tenía la llave que abriría el gran portón.

Y allí estaba, mirando la nada, cuando Marcos se paró junto a ella y por fin le hablo.

- ¿Qué esperas? Abre- Ordeno

- ¿Cómo? - pregunto Lucia. - Yo no fui la que cerré\, fue usted. ¿Lo recuerda? - lo miro extrañada.

Al llegar la policía a la casona ambos quisieron contarles su versión de la historia. Esto provocó que los oficiales los obligaran a ir hasta la comisaría para aclarar las cosas.

En el medio de la confusión, Marcos había cerrado el portón desde adentro de la casa de seguridad sin tomar el control que luego lo abriría.

-Al fin y al cabo, este gigante tiene poco cerebro- Murmuro la mujer

- ¿Sabes que te puedo oír? – le dijo el\, mirándola con cara de asombro.

-La verdad no ofende- Le retruco Lucia - ¿Qué haremos ahora? – Pregunto, pero al levantar la mirada se quedó inmóvil. Su Adonis ya no estaba ahí. Giro para buscarlo y no lo encontró.

Volvió hasta la calle por donde se llegaba a la casona, solo para darse cuenta que había desaparecido.

- ¿Huyo? ¿Hola? ¿Dónde se fue? Es un cobarde ¿Lo sabía? ¿Cómo me va a dejar acá sola? Maldición…

se va a ir al infierno por esto- grito, y al volver a girar rumbo al portón, vio que el hombre ya se encontraba dentro mirándola con una sonrisa.

- ¿Cómo hizo eso? - quiso saber – Casi me mata del susto

-Si sigues gritando no abriré la reja- le contesto

- ¿Cómo que no va a abrir?

-Solo te abriré si me pides perdón.

-Por favor… ¿Cuántos años tiene, 5?

-Aun no escucho tus disculpas- Se burló Marcos

Lucia estaba anonadada, no podía creer lo que estaba oyendo.

-Vamos, abra ya- Le dijo acercándose aún más al portón.

Marcos giro, dándole la espalda y comenzó a caminar por la callecita rumbo a la casona

- ¿Dónde va? No me puede dejar acá\, sola.

-Yo creo que si- respondió el hombre, y levantando su mano la agito en señal de saludos- Hasta mañana my lady-

-Oiga, regrese. No me puede dejar acá. - Volvió a gritar la mujer

-No oigo nada- dijo Marcos quien había detenido su andar, pero aún le daba la espalda.

-Vuelva, tengo miedo a quedarme sola- Lucia había cambiado su tono de voz, se notaba que estaba angustiada. Llevo sus manos a la cara y comenzó a llorisquear.

El hombre voltio y al verla así, saco el control del bolsillo, abriendo el portón, y volvió hacia ella con grandes pasos.

-No era cierto, no pensaba abandonarte aquí sola. No llores- le dijo y la tomo de los hombros ayudándola a entrar. Volvió a cerrar el gran portón y mirándola dulcemente acaricio su cabeza intentando consolarla

-Ves, ya estas dentro. -le susurro

Lucia saco sus manos de la cara y con una gran sonrisa, que demostraba su victoria, le contesto

-Iluso, de verdad creía que voy a llorar por algo así… jajaja

Marcos por un momento no reacciono. Esa mujer lo había engañado y él había caído como un niño.

-Eso es algo muy bajo- agrego mientras Lucia reía y se movía como queriendo hacer un baile de triunfo- No, en verdad, es algo deplorablemente bajo y ruin. ¿Quién tiene 5 años ahora?

- ¿Qué? ¿No sabe perder? - Pregunto la mujer mirándolo desafiantemente

Él se inclinó quedando muy cerca de ella. Aun con la poca luz que había en ese sitio, Lucia podía observar sus hermosos ojos color miel mirándola fijamente.

-Yo nunca pierdo, jamás- le murmuro, luego volvió a recobrar su postura y agrego- ¿Cenamos?

Los gestos de la mujer cambiaron de festivos a asombrada

- ¿Cómo? -pregunto

Marcos miro su reloj

-1:25 horas. Me encuentro hambriento ¿Tu no?

- ¿Por qué cenaría con usted? - lo cuestiono Lucia

-Porque todas desean cenar conmigo- Respondió el mirando las uñas de sus manos con aire triunfante.

- ¡Qué bien! Entonces llame a todas\, porque yo estoy trabajando y no mezclo las cosas.

- ¿Eso quiere decir que si no estuvieras trabajando morirías por cenar conmigo?

-No, claro que no- la mujer alzo la voz

Marcos dio unos pasos hacia la casona y volvió a hablar

-Hoy es mi cumpleaños; no deseo comer solo

Lucia hizo silencio. Y luego volvió a reír

-No caeré en esta trampa. Es muy poco original ¿Sabe?

-ok, discúlpame entonces- dijo Marcos y siguió caminando

Cuando iba a mitad de camino escucho unos pasos apurados detrás de él. Giro para ver que sucedía. Ahí estaba Lucia.

- ¿Y ahora qué? - pregunto con aire de preocupación

La mujer extendió su mano y le mostro su celular. Marcos ladeo su cabeza adelantándose levemente para observar.

 ¿Me buscaste en internet? ¡Mira qué bien! Entonces sabes quién soy y…- hizo una pausa sonriendo irónicamente- Ahora… ¿Quieres un autógrafo?

-Claro que se quién es - Le respondió Lucia- Hoy a la tarde un amigo me lo dijo. Y no, no quiero un autógrafo. Acabo de buscarlo para ver si me mentías, por eso de su cumpleaños

 - ¿Entonces? - quiso saber Marcos

-Entonces, nadie se merece comer solo el día de su cumpleaños. Como regalo le daré el honor de cenar conmigo. - Mientras decía esto Lucia sonreía amigablemente.

- ¿El honor? Mira que eres insufrible mujer. – exclamo Marcos

-Bueno, si se arrepintió, volveré al trabajo- y con estas palabras, amago, la mujer, a retirarse

-Yo no he dicho eso, eres demasiado sensible parece…

Lucia solo sonrió y, quedando a la par de Marcos, ambos caminaron hacia la casona.