Louis Warren é um solteiro convicto, não está em seus planos casar e muito menos ter filhos, com o que ele vê diariamente em sua profissão de delegado de polícia, ele acredita que o mundo está muito perigoso para criar crianças
Mas a sua vó não pensa assim, tudo o que ela quer é que o neto lhe dê bisnetos e que ele assuma o comando da empresa da família.
Diana Taylor é uma jovem doce e carismática, mora com o pai e o irmão, ela é faxineira em uma escola de crianças ricas, no mesmo dia em que é demitida conhece o delegado, que é obrigado pela sobrinha a lhe oferecer uma carona, mas os dois acabam indo parar no hospital por conta de um acidente da avó de Warren.
A senhora muito esperta se encanta com a doce Diana e decide bolar um plano para realizar o seu desejo em ter bisnetos, o problema é que o seu plano é um segredo, e eles só vão descobrir quando uma gravidez inesperada surgir.
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Capítulo 23
Warren
La noche fue difícil, fue una noche larga, me encontraba constantemente recordando el sabor del beso de mi pequeña hechicera, era un sabor único, delicioso, solo de ella, nunca había experimentado un sabor tan único.
Tomé tres baños fríos para que mi erección pudiera calmarse, pero cada vez que volvía a pensar en ella, todo volvía, era como un maldito hechizo, apenas pude dormir, y en cuanto amaneció pensé en ir a la mansión de mi abuela a esperar a Diana, pero ¿qué demonios le diría? ¿Qué haría? Sabía que verla no sería suficiente.
Ella no era una mujer de una simple follada, no era así, y no la haría pasar por encima de sus criterios, sueños y objetivos solo para satisfacer mis deseos, ¿o sería capaz de algo más? ¿Sería capaz de romper mi palabra por ella?
- ¿Evitándome? - Sheffield pregunta al entrar a mi oficina y me entrega un café, miro mi reloj y veo que ya es hora de irse. Suspiro mientras bebo un poco del líquido amargo y fuerte.
Hoy no tuve noticias de Diana, esto tuvo consecuencias, me sentí perdido en el trabajo, varias veces me encontré vagando mirando mi celular tratando de encontrar cualquier excusa que le daría a mi abuela cuando le preguntara si su empleada estaba bien. Podría decir que estaba preocupado por su salud, o cualquier otra cosa así.
Pero mi abuela es astuta y comenzaría a complicar mi vida, me haría comprar un anillo para pedirle matrimonio a Diana, sí, mi abuela sería capaz de eso si solo le preguntara por su empleada, su mente es tan fantasiosa como los libros cuando se trata de intentar casar a su único nieto.
- Mucho trabajo - respondo y ella asiente, porque de hecho hoy tuvimos mucho trabajo, ella parece querer decir algo, pero simplemente sigue tomando su café. Diana sería la mujer ideal para casarme, supongo que por eso las cosas siempre funcionaron tan bien entre nosotros. Ella me entiende, es policía, conoce mi rutina, no me molestaría mientras esté fuera de casa, ella sabría que nuestro trabajo es difícil, y lo principal, no quiere hijos, además, es hermosa, sería la mujer perfecta.
- Necesitas vacaciones, Warren - dice después de un rato, me mira intrigada, se acerca y pone su taza en mi escritorio mientras se apoya a mi lado - y sea quien sea la mujer, declárate de una vez.
- ¿Es una broma? - cambio de tema y ella se ríe poniendo una mano en mi hombro, pongo mi vaso en mi escritorio y la miro fijamente.
- Solo hay una cosa que vuelve locos a los hombres, y es una mujer - dice masajeando mi hombro - y tú asegúrate de declararte pronto, si ella no acepta, mi cama estará vacía esperándote.
- Estás equivocada, Kate - digo al atraerla hacia mi regazo de una vez, agarro su cabello con fuerza obligándola a mirarme - Pero si recuerdo bien, nunca llegué a tu cama.
- Y al parecer no llegarás, detective - dice lamiendo mi boca - estoy sentada en tu regazo con nuestras intimidades prácticamente pegadas y no estás duro, antes yo solo te oliera y ya estarías listo para actuar - continúa diciendo tonterías, simplemente no me puse duro porque no tenía ganas, pero no me atrevo a decirlo - sea quien sea, está dominando tu mente y tu polla, sea quien sea, cásate pronto.
Esta vez soy yo quien se ríe mientras ella se levanta de mi regazo, la agente Sheffield hace un gesto de despedida y se va dejándome molesto por la forma en que dijo con tanta certeza que ahora me está molestando de alguna manera.
Entro a mi auto y en cuanto lo enciendo comienzo a conducir sin rumbo, pienso en ir a la mansión de mi abuela, miro el horario y veo que Diana ya debe estar en camino a lo que ella llama hogar.
Si ella no está en la mansión, entonces debería seguir hacia allá, ¿verdad? Equivocado, hago un retorno arriesgado y me dirijo a la casa de la hechicera, tal vez hoy necesitemos conversar, no sé de qué debemos hablar, pero con certeza necesito verla.
Llamo al celular de John para saber si ya ha dejado a Diana en casa y no responde, le envío un mensaje tal vez todavía esté en el tráfico y por eso no contesta. Cuando estoy a pocas cuadras de donde ella vive, veo a un grupo de jóvenes de tres personas cerca de una tienda, parecen estar peleando entre ellos.
Mi lado de cumplidor de la ley me hace reducir la velocidad de mi carro cuando veo que uno de ellos es más joven y me parece familiar, al pasar a su lado veo los mismos ojos de Diana, está asustado, es su hermano.
Detengo el auto y antes de salir me doy cuenta de que el chico que parece mayor está tratando de entregarle un arma y él se niega a tomarla, ¿qué diablos está pasando aquí? Escondo mi arma en mi cintura y salgo de mi automóvil.
- No quiero hacer esto - escucho la voz de un chico y me doy cuenta de que viene de su hermano.
- Sí, lo vas a hacer maldito o invadiré tu casa en plena madrugada y me cogeré a tu hermana caliente toda la noche - dice el hombre y en ese momento todo lo que veo es rojo.
Rojo sangre.