En un reino gobernado por una familia real que ha reinado durante siglos, Lilith, una joven de extraordinaria belleza y poderes mágicos, nace destinada a ser la villana del cuento. Desde niña, Lilith ha sido marginada y temida por los habitantes del reino, quienes creen que su sola existencia traerá la ruina a todo lo que ama.Cuando el rey y la reina mueren en extrañas circunstancias, Lilith se ve obligada a huir del palacio y a esconderse en las sombras, mientras que su hermano Azrael asciende al trono, convirtiéndose en un gobernante tiránico y despiadado.Decidida a reclamar su derecho al trono y a demostrar que no es el monstruo que todos creen, Lilith se embarca en una peligrosa aventura, enfrentándose a criaturas mitológicas, aliados inesperados y a su propio destino. A lo largo de su viaje, Lilith deberá aprender a abrazar su naturaleza oscura y a utilizarla para liberar a su reino de las garras de su hermano.¿Logrará Lilith superar los prejuicios y convertirse en la heroína de su propia historia? Descúbrelo en esta épica novela de fantasía, llena de magia, intriga y un giro inesperado que te dejará sin aliento.
NovelToon tiene autorización de Gabrielcandelario para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 24
Nota De Autor
Hola. 𝓞𝓼𝓪𝓶𝓪 quiero decir que estoy orgulloso de que hallas llegado aquí. Estoy completamente agradecido de tu presencia. Cree un grupo para que podamos hablar yo leeré sus mensajes. Gracias…
La historia esta casi en su final, solo dime si quieres otro libro, pero esta historia es muy corta. Pero hago lo que ustedes quieran….
Capítulo 24 - El Legado de los Dioses
Exhaustos, pero aliviados, mis amigos se acercaron a mí, sus rostros reflejando una mezcla de asombro y profundo respeto.
—Eso... eso fue increíble —susurró Theron, sus ojos abiertos como platos—. ¡Lograste derrotar a esa bestia ancestral tú sola!
Damien asintió, colocando una mano en mi hombro.
—Sabía que el poder de Endymion fluía en ti, Lilith. Pero esto... esto va más allá de lo que imaginábamos.
Esmeralda se acercó, sus ojos brillando con una intensidad que no había visto antes.
—Eres la elegida, ¿no es así? La última guardiana del legado de los dioses.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda ante sus palabras. ¿Acaso eso significaba que mi destino era mucho más grande de lo que podía imaginar?
—Yo... no lo sé —respondí, sintiéndome repentinamente abrumada—. Todo lo que sé es que debo detener a las fuerzas del mal que amenazan a nuestro pueblo.
Selene se acercó, colocando una mano reconfortante en mi brazo.
—Y lo harás, Lilith. Estamos contigo, sin importar lo que nos depare el futuro.
Asentí, sintiendo cómo la determinación volvía a llenar mi corazón. Juntos, enfrentaríamos cualquier desafío que se nos presentara.
Nos pusimos en marcha, explorando más a fondo el templo en busca de respuestas. Los pasillos parecían interminables, y cada rincón escondía secretos ancestrales que nos dejaban perplejos.
Finalmente, llegamos a una cámara oculta, donde un antiguo manuscrito yacía sobre un altar de piedra. Acercándome con cautela, pude sentir una energía mágica pulsando a través de las páginas.
—Esto debe contener las respuestas que buscamos —murmuré, pasando las hojas con sumo cuidado.
Damien y los demás se agruparon a mi alrededor, observando en silencio mientras leía las antiguas palabras.
"Aquellos elegidos por los dioses para portar el legado de la luz deberán enfrentar las fuerzas de la oscuridad en una batalla final. Sólo la última guardiana, bendecida por el poder de Endymion, podrá restablecer el equilibrio y salvar a nuestro mundo de la destrucción."
Alcé la mirada, encontrándome con los ojos expectantes de mis amigos.
—Entonces es cierto —dije, sintiendo el peso de esa responsabilidad sobre mis hombros—. Yo soy la última guardiana del legado de los dioses. Y debo prepararme para la batalla final que se avecina.
Damien asintió, su expresión serena.
—Estaremos a tu lado, Lilith. Juntos, protegeremos a nuestro pueblo y restauraremos la luz en estas tierras oscurecidas.
Sonreí, sintiendo cómo la determinación y el coraje llenaban mi corazón. No importaba cuán dura fuera la batalla por venir, yo estaba preparada para enfrentar mi destino.
Tomando el manuscrito, nos dirigimos a la salida del templo, listos para enfrentar lo que nos esperaba en el exterior. Nuestros enemigos ya no podrían escapar de la fuerza de la luz que resurgía en nosotros.
Era hora de comenzar la batalla final.
Esa es mi humilde opinión.