NO PUEDES SER TÚ

A Luisa le pareció estar leyendo un contrato redactado por el mismísimo diablo, no sabía si de verdad quería estar con ella o quería que se arrepintiera, si ese hombre no la volviera loca ya lo hubiese mandado a volar.

La pelirroja aún estaba sentada en las piernas del grandote y William esperaba que ella le dijera que no podía con tanto.

"Estoy de acuerdo con todo lo planteado, pero quiero que me pidas que sea tu novia, que yo lo piense un rato y después te dé la respuesta" la niña dijo esto volteando el rostro del empresario hacia ella.

William que le parecía infantil la petición, río por la ocurrencia, si daba este paso no había vuelta atrás y tal vez le tocaría soltar a esa niña en algún momento.

"Luisa..." El hombre se quedó con la palabra en la boca, pues la chica lo interrumpió.

"Dime Lu, Will" La niña sonrió.

"Lu, ¿Quieres ser mi novia?" El castaño no dejó de mirarla en ningún instante.

"Sí acepto" La niña lo abrazó.

"Creí que lo pensarías más" Preguntó William riendo.

"Lo estoy suponiendo desde que te conocí, lo he estado practicando" Se mordió los labios la pequeña mujer.

"Bueno Lu, ve a vestirte" Dijo el castaño haciéndola levantar.

"Oye... Puedo darte un beso" Dijo la pelirroja, como si estuviera pidiendo permiso a sus padres para ir a algún lugar.

William la miró y la atrajo hacia él y respondió "Todos los que quieras"

La mujer que era bajita delante del grandote se empinó y tocó los labios depositando un casto beso luego se separó.

La jovencita no estaba acostumbrada a dar besos, ella solo quería sexo, los besos pasaban a un segundo plano, pensar en intercambiar salivas con desconocidos no le causaba tanta gracia, por tanto los besos no eran su fuerte.

El hombre se extrañó por su alejamiento, con una mano tocó su cuello y con la otra agarró su cintura y la besó.

Ella nunca había sentido tantas mariposas revoloteando por su estómago, al principio quedó como estatua, después le fue dando paso a esa lengua "Que lengua" Pensó la pelirroja.

William le pareció divertida la escena, una mujer que había tenido tantas experiencias sexuales en su vida, ¿No sabe besar? El empresario lamió sus labios, introdujo su lengua y le dio una clase rápida de besos.

Cuando se apartó, Luisa estaba tomando aire, se estaba ahogando, sus labios quedaron hinchados y rojos.

"Casi me matas" Golpeó fuerte el pecho del castaño.

"Espero que sepas lo que quiero con esto, necesito tu confesión del día" Dijo el empresario esperando que la pelirroja le respondiera porque no sabía besar.

"No acostumbraba a dar besos, en eso soy una inexperta y deja de burlarte" La pelirroja volvió a golpearlo.

El hombre la abrazó y le dio un beso en la frente "Mi madre me decía Will"

La mujer lo miró, tocó el rostro del castaño y dijo: "Feliz cumpleaños"

El hombre la apretó fuerte "¿Quién te lo dijo?"

"Tengo mis contactos" Luisa salió corriendo.

"¡Cuidado resbalas Lu!" Dijo el hombre, pensando que quizás le había dicho Fernando.

El empresario salió de su oficina, mientras Luisa secreteaba con Anita, le pareció sospechoso y decidió bajar.

"¿A dónde vas Will?" Preguntó la pelirroja acercándose a su novio.

"Al jardín, ve a vestirte" Ordenó William insistiendo en bajar.

"¿Me puedes llevar a la habitación?" La chica lo tomó por el brazo.

Anita veía sorprendida la interacción de la pareja "Mi niño, fueguito desea almorzar en la terraza de tu habitación, llévala, ya les llevo la comida"

"Está bien nana, traes mi café" Dijo el empresario y Anita asintió.

La pareja su fue a la habitación y cuando Luisa entró no lo podía creer, la recámara era del grande de su apartamento.

"¿Qué tramas?" Preguntó William.

La pelirroja se sintió descubierta "Te daré un regalo, que te encantará, ahora déjate sorprender, así como estoy sorprendida con esta puta habitación"

"Ese vocabulario, debes mejorarlo" El empresario quitaba su ropa para colocarse más cómodo.

La pelirroja se acostó en la cama y dijo: "Vamos bebé, quita otra prenda"

William río y dijo "Tal vez algún día"

La mujer se puso de pie sobre la cama, quitó su ramera y las otras dos prendas restantes delante del empresario que la miró anonadado, se bajó y las entregó en sus manos y fue a la ducha.

William mordió sus labios y fue a la terraza a tomar aire fresco, la habitación estaba tornándose caliente.

Luisa salió de la ducha se vistió y acompañó a su novio en la terraza, allí almorzaron a gusto.

Ella le dijo que no podía bajar, que tomarán una siesta y el empresario estuvo de acuerdo, la pareja durmió en la cama extragrande, era la primera vez que compartían un espacio de manera íntima.

El empresario antes de dormir pensaba, que aunque había dicho que todo tomara su curso, las cosas se estaban dando demasiado rápido, si seguía así iba a terminar teniendo sexo el cualquier momento, aun con pensamientos abrazó a la mujer y durmió.

Luisa despertó por un mensaje de Fernando, el hombre le decía que todo había quedado listo, que en dos horas empezaría la reunión.

La pelirroja sonrió y el grandote que la observaba, por instinto arrebató el celular de las manos de la pequeña y dijo "Miremos ¿Qué te tiene tan feliz?"

"Will ¡Detente! ¿Confías en mí? No lo leas, después te digo de que trata" La mujer le quitó el móvil.

William estaba celoso y se preguntaba ¿Qué o quién la ponía tan feliz? Se levantó sin decir ni una palabra.

Luisa se puso aún más nerviosa por su silencio y dijo "Vístete aún más guapo, y bajemos"

El hombre asintió con la cabeza un poco más tranquilo, quizás se trataba del misterio de cumpleaños pensó.

La mujer Lucía un vestido negro que la hacía ver mucho más hermosa de lo que era, cuando William vio a su novia confirmó que Dios había hecho un diseño mucho más especial para ella.

Cuando la pareja bajó al área de la piscina había muchas personas importantes, empresarios, socios, representantes, empleados etc. Fernando se encargó de que todos estuvieran para ver al magnate.

La niña vio a tantos hombres que se asustó, se separó del castaño y fue a la cocina.

"¿Tú quién eres?" Preguntó Sara, quien la había visto bajar con su ex.

"Hola Sara ¿Cómo estás? Soy la novia de Will" Dijo la niña tomando una copa de la mesa.

"Eres una mentirosa, Willy no tiene relaciones sentimentales con nadie" Espetó la mujer enojada.

"¿En serio lo crees? Un empresario tan guapo y caliente como ese hombre sin nadie en su vida, ¡Eres una ilusa!" Dijo divertida Luisa.

"Eres una estúpida, si yo fuera tú tendría cuidado en como te diriges a mí, Willy no es tan dulce como se ve" Dijo Sara amenazante.

La pelirroja soltó una enorme carcajada y dijo: "Ya quisieras ser yo, sé quien es Will, es el tipo al que me como desde que terminó contigo, ¿Te acuerdas? Lo llamaste y te dije que estaba en el baño, no hay un lugar de esta casa donde no me tomé, tenemos sexo como animales, algo que tú al parecer no sabes dar"

La mujer quiso llorar acaso dijo ¿Sexo como animales? ¿Y eso como es? Se preguntó Sara muy enojada, levantó la mano para golpear a la pelirroja, pero en ese instante William detuvo el golpe tomándola fuerte por la muñeca.

"¿Qué haces Sara?" William la miró enfurecido, de cuando acá ella golpeaba mujeres.

"Willy, ella me provocó, me insultó, yo, yo, solo me defendía" Dijo Sara con voz temblorosa mirando a William quien estaba sumamente molesto.

"¿En serio tienes que mentir? ¿Te da pena decir que estás marcando un territorio que ya no es tuyo? Aunque reconozco que si fuera tú, 'gracias a Dios no lo soy' hiciera cosas peores por este papi rico. Entonces Sarita, te pido el favor y mira que estoy siendo educada, aléjate de mi hombre porque no respondo de mí" Luisa miró a William cuando se refirió a él, lamiendo sus labios y a Sara la miró con desprecio.

La mujer subió a la alcoba de William, el hombre supo de inmediato que no podía quedarse y debía ir tras ella, nunca la había visto tan enojada.

"Sara, lo mejor será que te vayas" Dijo William soltándola.

"Me dijiste que no había nadie" Lloró la mujer.

"No mentí, cuando terminamos no había nadie" Se sinceró el castaño.

"Eres un mentiroso, no teníamos ni dos días de habernos dejado cuando ya estabas entre sus piernas" Diciendo esto Sara se marchó.

William supo de inmediato que algo le había inventado su pequeño demonio y fue a su búsqueda.

Cuando entró a la habitación Luisa estaba solo en pantis, se estaba cambiando de ropa.

"¿Qué haces?" Preguntó el castaño con el ceño fruncido.

"Me voy continua tu fiesta sin mí" Dijo la mujer sin mirarlo y colocándose el vestido con el que había llegado.

"Sabes algo Luisa, no festejo cumpleaños, no comparto con nadie y si acepte esto es porque estabas en medio y Fernando lo sabía, sabía que si tú no estabas yo era capaz de cancelarle todo, ¿Ahora dices que te vas?" El castaño negó con la cabeza.

"¿Es por Sara? Sara hace parte de mi vida, lo siento, no será la primera vez que te topes con ella y te lo dije"

"Sara aunque no aportó nada en mis momentos difíciles estuvo ahí aguantándome, lo que puedo hacer es prohibirle la entrada a esta casa y en la empresa" Dijo el hombre dando la vuelta y suspirando.

"No es por Sara" Se sinceró la pelirroja.