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El Rey Demonio

El Rey Demonio

Status: En proceso
Genre:Dominación / Amor-odio / Demonios / Brujas / Viaje a un mundo de fantasía / Fantasía épica
Popularitas:15.1k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

El demonio más poderoso dominó el Reino de Adafa, llenando la tierra de oscuridad, ejércitos de demonios y criaturas detestable, Ivonne Clauder, una sobreviviente humana, buscará la forma de acabar con el ser que destruyó la paz y al mismo tiempo acabar con las maldiciones que pesan sobre sus compañeros y ella, pero no todo será como lo planeó, terminará luchando contra sus deseos de venganza y una fuerte atracción

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HUIDA HACIA LA LIBERTAD

...IVONNE:...

Las tres demonios trajeron mi comida al día siguiente.

— ¿Y el rey?

Me interesaba saber donde estaba, ya que planeaba llevar a cabo mi escape.

— El rey está ocupado — Gruñó la de largas extremidades, sino fuera por su voz, no la distinguiría de un macho.

— ¿Estará todo el día ausente? — Se observaron, meditando si responder — Quisiera saber cuanto tiempo tendré que esperar — Hice un gesto de aburrimiento — Él es mi único entretenimiento — Solté un suspiro dramático para convencerlas.

— Vendrá en la noche.

Las tres salieron en fila y cerraron la puerta con llave.

Me comí la avena, había hasta rodajas de pan y no estaba duro.

Registré el suelo en busca de mi corset y cuando lo hallé retiré la cuerda con agilidad, amarré los extremos con ella y rompí un trozo con los dientes para cubrir el oficio que había hecho el rey cuando me sanó la herida.

El muy desgraciado tenía el descaro de insinuar que yo le pertenecía.

Pretendía tenerme cautiva hasta que se cansara.

Ese demonio era mucho más peligroso de lo que pude imaginar, debió haberme poseído la mente para que yo sintiera un extraño cosquilleo entre las piernas cada vez que se acercara. El recuerdo de su húmeda lengua en mi piel, sus manos pasando por mi senos y mi abdomen, las garras afuera, su respiración en mi oído.

Otro calor intenso creció en mi centro.

Golpeé mi frente.

Yo no podría ser tan estúpida como para desear las caricias y besos del ser que más odiaba, el que destruyó mi mundo y mi vida.

Por eso debía huir antes de que mi mente terminara manipulada por él.

Me estaba tentando para que cediera, pero yo jamás le daría la espalda a mi gente, no me humillaría.

Hice una especie de mochila con el corset.

Metí las rodajas de pan para el camino y tomé la botella con vino de Ezra para meterla en el bolso, luego usé una de mis correas de armas para cerrarla y dejar una gasa por donde sostenerla.

Rompí la falda del vestido, dejando solo la parte superior como camisa y me coloqué mi falda de cuero, también las botas trenzadas.

Busqué en la chimenea la bara para atizar el fuego que había visto anteriormente.

La golpeé varias veces contra el suelo hasta romperla en dos.

Las guardé en el cinturón de mi falda.

Tomé las sábanas de la cama, mientras observaba al balcón, pero solo el mar abierto permanecía como testigo de mi huida.

Até las sábanas en las puntas, con mucha firmeza, también tomé las cortinas, tirando con fuerza para bajarlas.

Las até también, formando una cuerda larga.

Llegué al balcón con mi rollo enorme de cuerda, se que no bastaría con la que hice, pero las baras de hierro serían de utilidad para cuando se terminara.

No debía resbalar.

Pan comido.

Observé a todas partes, atando un extremo al muro, con mucha fuerza.

Me escondí en la habitación cuando un grupo de demonios pasó surcando los cielos y esperé otro poco para volver al balcón, con mi bolso lleno de provisión para el camino atado la espalda.

— ¿A caso estás intentando escapar?

Me sobresalté, al hallar a Sirla saltando del muro.

Tomé una postura alerta e intenté ocultar la cuerva de tela detrás de mí.

— Estoy haciendo cosas de humanos.

Se rió, cruzando sus esbeltos brazos.

— Los demonios somos los reyes del engaño y la astucia, no los engañados, no puedes mentir sin ser descubierta.

— No voy a permitir que arruines mi plan de huida — Gruñí, acercándome a ella — Si vas a contarle a tu rey, haré lo posible para dejarte tuerta.

— Niña, tan atrevida, harías bien en guardar tus amenazas — Enseñó sus colmillos afilados — Soy lo suficientemente hábil para ser yo quien te arranque los ojos antes de que te des por enterada.

Guié mi mano a la bara en mi cinturón, alerta por si atacaba.

— Voy a pelear por mi libertad.

Agitó su mano con desdén — No será necesario.

Fruncí el ceño — ¿Qué quieres decir con eso?

— No voy a detenerte, adelante escapa — Agitó su cabeza hacia el vacío.

Estreché mis ojos — No confío en ti.

— No lo hago por generosidad, quiero que Ezra sea solo para mí y tu quieres libertad, así que te ayudaré para que cada una tenga lo que desea.

La evalué con desconfianza.

— Si osas engañarme, te equivocas de humana, no soy ingenua y mucho menos estúpida.

Se acercó, evaluando mi ropa y mi rostro.

— Si ayudarte a escapar significa tener a Ezra solo para mí, entonces estoy dispuesta a sacrificar mi lealtad.

No podía perder tiempo.

— Acepto la ayuda.

Sonrió abiertamente.

— Baja por la cuerda, yo voy a camuflajear tu olor para que ningún demonio te perciba y luego te llevaré hasta el camino más discreto para volver a la orilla, detrás del castillo hay un grupo de rocas empinadas, con un sendero entre sí, por ahí no te verán los demonios, luego de que llegues a la orilla voy a distraer a Ezra lo suficiente.

— Si me engañas, te mato — Gruñí y volvió a reír.

— Me conviene que logres escapar, haz lo que te digo, yo voy a vigilar el perímetro — Agitó sus alas de murciélago y despegó.

No confiaba en ella, pero necesitaba marcharme cuanto antes.

Deslicé la cuerda por el balcón y tomé aire, calmando mi pánico por la altura cuando trepé al muro y me giré, sosteniendo mi cuerpo con una mano en la piedra mientras que con la otra enrollaba la cuerda en mi mano.

Apoyé mis pies de la piedra cuando solté el muro y me sostuve de la cuerva, empecé a bajar con cuidado, observando de reojo como Sirla daba giros a lo lejos, rodeando la torre.

Debería hacerme la labor más sencilla y llevarme hasta la orilla ¿Y arriesgarme a qué me soltara contra las olas que chocaban agresivamente en las roncas?

Prefería el camino difícil.

Descendí, con los dientes apretados y las manos ardiendo por el.

Me impulsé con los pies, deslizando un poco de cuerda antes de volver a estampar mis botas en la piedra.

Bajé hasta la mitad cuando la cuerda se terminó.

Tomé una de las baras, buscando un hueco entre la esquina entre las piedras para hundirla allí, encajé la bara y luego encajé la otra unos centímetros más abajo.

Solté la cuerda, aferrando mis manos a las baras mientras buscaba aliviar el peso con mis pies en los bordes irregulares que sobresalían de la pared.

El viento me azotó y desencajé la bara para clavarla más abajo, trozos pequeños de piedra salieron cuando volví a sostenerme.

Se me hicieron ampollas y mi respiración se atoró, pero logré pisar las rocas de abajo, las olas se estrechaban, furiosas, salpicaduras de agua rozaron mi rostro y mis piernas.

Me sostuve de la pared, la superficie rocosa era resbalosa, el camino por allí era suicidio.

Sirla apareció, suspendida frente a mí.

Su túnica se agitaba, revelando sus piernas largas y sus pies descalzos, el cabello liso se agitaba en su hermoso rostro.

— ¡Toma mi mano, te llevaré hasta la orilla!

Enfundé una de las baras y la otra la mantuve en mi mano como arma y la tomé.

Tiró de mí, me elevó y ahogué un grito cuando las olas se acercaron peligrosamente a mí.

Voló muy bajo y casi me hace chocar contra las rocas puntiagudas.

— ¡Maldición, ten cuidado!

Su risa se escuchó, ahogada por el sonido del mar, me llevó por el agua hasta la parte trasera del castillo.

La orilla estaba cerca, como lo dijo, había un grupo de montañas puntiagudas y rocosas que se alzaban a unos pocos metros de la orilla.

Soltó su agarre y caí en el agua, cerca de la orilla.

Estaba helada y manoteé para cabalgar fuera de las olas que por poco me arrastraron.

Fulminé a la demonio con la mirada, cuando terminé completamente empapada.

— Uy, lo siento, se me resbaló el agarre — Agitó sus alas y lancé una salpicadura de agua hacia ella, se apartó a también — Oye, vuelve a hacer eso y avisaré a Ezra de tu huida.

Me reí de forma malvada mientras pisaba la arena.

— Te agradecería si fueras humana, pero eres un demonio y actúas bajo tus propios intereses.

— Tal vez tenga que repetir la acción un par de veces más — Insinuó y elevé mi mirada hacia ella.

— ¿A qué te refieres?

— ¿No lo supiste? — Arqueó las cejas — Pensé que tus tres sirvientas te habían informado, los hombres de Ezra atraparon a varios de los tuyos y puede que mi rey vuelva a obsesionarse con otras humanas.

Todo mi interior se estremeció de la furia.

— ¿Cómo qué atraparon a muchos de los míos?

Apartó un cabello rebelde de su rostro.

— Ezra ordenó una cacería masiva y tuvo mucho éxito, los demonios alados atraparon a un montón de humanos.

Despegó antes de que pudiera contestar.

El odio y la furia me hicieron soltar un gruñido.

¿Cómo pude ser tan estúpida de soñar con ese ser tan despreciable, de dejarme tocar y disfrutar de esas caricias?

Derramé lágrimas de dolor, por esos humanos atrapados, por casi olvidar el sufrimiento de mi gente y la destrucción del mundo.

Yo escaparía, pero esas personas serían asesinadas y sus almas terminarían dentro de los secuaces de Ezra.

Me sentí impotente por no poder ayudar, por no salvarlos de su destino, pero no podía contra un montón de demonios y contra el rey.

No había nada que hacer y eso me frustraba.

Lo único que podía hacer era volver a mi escondite y lamentar mi fracaso.

Deseaba ser más fuerte que Ezra para poder acabar con su imperio de oscuridad.

Me apresuré hacia el sendero, entre las montañas puntiagudas, andando a prisa hacia el interior del reino, donde esperaba estar a salvo.

...****************...

Llevaba mucho tiempo andando, me detuve a descansar, me senté sobre una roca cuando logré ver las colinas a lo lejos.

Tenía mucho camino por delante.

Desaté la mochila improvisada y saqué la botella, bebí un poco de vino para tomar energía y le dí solo una mordida al pan.

Volví a levantarme y empecé a caminar, atravesando la tierra seca, entre árboles huecos y vientos agitados.

Estaba temblando por la ropa húmeda, pero ese era el menor de mis problemas.

Debía volver, encontrarme con mis compañeros, la gente a la que nunca le daría la espalda.

Con mi Peter, el amor desde mi infancia.

Ezra, no Ezra. Peter.

"Ezra, quédate con Ezra" Dijo mi voz interna.

Fruncí el ceño ante la confusión de mi mente y la incoherencia de mis pensamientos.

Algo me golpeó desde atrás, elevando mi cuerpo.

Fui lanzada hasta chocar contra un árbol.

Terminé en el suelo, viendo borroso y con mis oídos pitando.

Estreché mis ojos a la enorme figura que se acercaba, estremeciendo el suelo con sus pasos.

Mi visión se aclaró.

El lagarto gigante de escamas negras se aproximó con una sonrisa afilada.

— Nos volvemos a ver, flacucha.

Esquivé la patada.

El tronco detrás de mí terminó hecho astillas.

Giré en una vuelta canela antes de terminar de pie, tomando mi bara del cinturón.

— Suerte, así puedo dar mi revancha.

Se rió a carcajadas — Querrás decir que así podré matarte y ésta vez no perderé el tiempo en dar sermones. No habrá nada que me detenga, no eres tan lista después de todo, confíar en Sirla es como esperar a que tus dioses te salven.

Maldita tramposa, ya me lo esperaba y aún así caí como tonta.

Avanzó y esquivé su puño.

Volvió a atacar y salté, girando en el aire para caer sobre mis pies.

— ¡Eres escurridiza, pero no por mucho! — Gruñó, lanzando sus garras hacia mí.

Salté hacia atrás.

— ¡Si no mueres por mi mano, lo harás por la mano de tu rey! — Mascullé.

— ¡El reinado de Ezra está por llegar a su fin! — Aseguró con una carcajada, tratando de atraparme, dando un pisotón.

Me dió a entender que había diferencias en su gobierno y que muchos de sus seguidores estaban descontentos.

Observé los lugares donde no tenía escamas.

Me desvié, rodeando entre sus piernas, clavé la bara en su muslo y un rugido salió de su garganta.

Salí de debajo y me apresuré a correr cuando golpeó el suelo con tanta fuerza, la bara de hierro se escapó de mi agarre.

Perdí el equilibrio gracias al impacto.

Sentí como me tomaba de los pies y me alzaba del suelo.

Terminé de cabeza.

— Los humanos no pueden conmigo, todos mueren, les arranco la cabeza y luego me bebo su sangre como aperitivo inicial, sus almas salen apresuradas, pero las aspiro.

Abrió su boca, revelando sus dientes afilados y guió mi cabeza hacia ellos.

Busqué con mi mano la otra bara que tenía escondida en el cinturón.

Cuando estuve lo suficientemente cerca de sus afilados dientes, la encajé dentro de su garganta.

— ¡Ahogate con esto!

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Bettzi Iseth Nieto Peralta
superior, deliciosa 😍😍😍
Bettzi Iseth Nieto Peralta
encantada😍😍😍😍😍
Yesika Bastidas
confio en tu autora que lo haras genial
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
SIIIII!!! ESO ES POR LO QUE ESTOY AQUÍ!!
Aquí entre nos, me encantan las novelas donde hay bebés 🤭🤭no sé, es como un gusto personal 🤭🤭
Se viene el mini Ezra❤️
Ruth Godoy
quiero mas capitulos por favor massss que paso
Eva Otero
Autora por favor que Ezra y Ivone queden juntos hasta el final 🙏
Eva Otero
Que capítulo tan triste la separación de Ezra y Ivone por Favor Autora que ellos puedan vencer a sus enemigos para que estén juntos y tu Ivone no le vayas hacer caso a Peter tu solo eres de Ezra nada más y de los mini demonios que te dejaron en la barriga 🤭
Orozco Beatriz
me encanta !! 💖 😍 Ezra ea un amor a su modo 😈😏 ... por favor autora que puedan llegar a estar juntos y tengan su mini Ezra 😁
Karol Cristal Zuñiga Moreno
muy bueno
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
🥺Ahora sí hay chamaco seguro? o nel pastel? 🤣Yaaa por favor autora🥺amo a Ezra y lo quiero con Ivonne🥺❤️
Marcela Lopez
estupendo, lo malo fue que le dieron la espalda a ella que los ayudó
Eva Otero
Jajajaja 🤣 Ivone que odiaba tanto al rey demonio que lo quería matar y ahora quiere que se la coma de esos encuentros van a salir unos mini demonios 😈.
Liliana Diaz
waooo.pero que amigos se gasta Ivonne el ser humano se caracteriza por traicionero y por juzgar
Eva Otero
Autora por favor que Ezra tenga una oportunidad de estar con Ivone y que queden juntos hasta el final.
Yesika Bastidas
esta muy genial ye mereces cada uno de mis votos semanales
Marcela Lopez
espero que no muera
Liliana Diaz
demasiado bueno más capítulos
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
😭😭 Ahh, nooo, Ezra😭No merece soportar el peso solo😭 Me duele... hasta acá siento el dolor😭😭
Gracias autora excelente capítulo ❤️✨
Delia Consuelo Tami Carreño
fascinada 😘😘😘😘
Valeria Fátima Belon
que buen cap.
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