La Reencarnación De Grameisya

"No me pidas perdón a mí, pídele perdón a tu pobre hija, pero no sé dónde está el alma de tu hija, o si realmente se fue a otro mundo. Pero estoy muy agradecida con la dueña de este cuerpo por haber recibido mi alma, prometo cuidar bien a tu padre", pensó Grameisya.

"Pero hoy no sé desde cuándo puedes hablar así", preguntó Deval.

"Hm... yo... no quiero ser oprimida para siempre, también tengo derecho a defenderme, papá no necesita preocuparse por mí, puedo cuidarme sola. Papá, solo haz lo que se supone que debes hacer", respondió Grameisya sonriendo. Realmente no sabía cómo era la vida de esta pobre chica antes.

Deval abrazó a Grameisya, lo que la sorprendió.

"Ya eres grande, papá está orgulloso de ti", dijo Deval felizmente mientras acariciaba la espalda de Grameisya.

"A partir de ahora no te rindas más, aunque no tengas una madre como las demás, pero tienes a papá, papá siempre te cuidará", dijo Deval sonriendo.

"Está bien, volvamos, parece que tu abuelo está muy enojado después de esto. Oh, ¿todavía te queda dinero para gastar? ¿O papá te envía más dinero?", dijo Deval. Caminaban uno al lado del otro.

'¿A dónde lo envío? ¿A la cuenta del dueño de este cuerpo? Pero no sé la contraseña', pensó Grameisya.

"Hm... papá, es mejor que me des el dinero en efectivo, porque usar la tarjeta es un poco difícil para mí porque cuando compro algo en una tienda normal no hay dinero en efectivo", dijo Grameisya como excusa.

"Oh, así que es eso, está bien. Iré a tu habitación más tarde, te daré dinero en efectivo", dijo Deval sonriendo.

"Gracias, papá", dijo Grameisya fingiendo familiaridad como si fuera una verdadera hija biológica.

¡Cclek!

"Bi Ena", dijo Grameisya al ver a Bi Ena en su habitación.

"Señorita, le traje comida para la señorita. Los demás comen en sus propias habitaciones, así que pensé que la señorita también querría comer en la habitación", dijo Bi Ena.

"Gracias Bi, ya está, Bi Ena, ve a descansar", dijo Grameisya.

"Está bien, señorita, si hay algo, dígame", dijo Bi Ena.

"Sí", asintió Grameisya.

Grameisya devoró su comida.

"¡Deval!", llamó Andes. En ese momento, Deval salió de su habitación para ir a la habitación de Grameisya.

"¿Qué pasa, papá?", respondió Deval, paralizado al ver llegar a su padre.

"Ven con papá", lo invitó.

Se pararon en el jardín izquierdo, allí había un columpio de hierro. Solía ser donde Grameisya se sentaba con su madre.

"¿Qué pasa, papá?", preguntó Deval.

"Al verte ahora, me siento triste. Desde la muerte de tu esposa, te ves triste, no es bueno que esto dure mucho tiempo", dijo Andes.

"¿Qué es exactamente lo que papá quiere decir?", preguntó Deval, sin entender las palabras de Andes.

"Lo que papá quiere decir es que te cases, para que tengas a alguien que te acompañe, para que Grameisya también tenga a alguien que la acompañe".

"Pero papá... es demasiado difícil encontrar a alguien como Kanya, además, todavía no he pensado en buscar pareja", dijo Deval.

"Deval, papá conoce a una mujer de buen corazón, papá está seguro de que si ella se casa contigo, podrá cuidarte a ti y a Grameisya. Así que mientras trabajas, ella puede cuidar de Grameisya en casa, esto también es para el bien de ambos", dijo Andes con seriedad.