Amor en Éxtasis

Alejandro. – Si lo sé, aunque te soy honesto no sé si me siento capaz de verme en ese espejo otra vez, ese día creo que te odie mi amigo… aun siento miedo de no terminar de aceptarme, aun no sé si soy o no soy…

Fernando. – Alejandro sé que tú, esperas a que sea yo quien te diga si lo eres o no y ciertamente noto un dejo aun de miedo e inseguridad y es normal, pero mírate eres otro más seguro incluso has bajado de peso y creo es hora de irnos a correr por las mañanas he…

Alejandro. – Me gusta la idea porque quiero bajar aún más, porque quiero cambiar de imagen de ropa, y lo que más me cuesta en estos momentos es dejar de mastur-barme, todos los días, es como una adicción, es una manera de evadirme de no pensar en el miedo de aceptar, quien soy en realidad.

Fernando. – El miedo siempre va acompañarnos de alguna manera, ya que somos seres humanos, no es exclusivo de niños, Alex no eres el único que ha sentido miedo, ni vas hacer el ultimo, yo ahora estoy temblando de miedo.

Alejandro. – ¿Tu miedo y como porque habrías de tener? ¡Eres psicólogo el hombre más seguro, de sí mismo que conozco!!

Fernando. – Siempre te he entendido más de lo que crees y mi miedo no es por quien soy, es por lo que debo confesarte ahora, durante todo este tiempo al tratarte de alguna manera fue verme en ti, fue revivir muchas cosas por las que yo también pase, con la diferencia que yo tuve que enfrentarme a mí mismo, alguna vez, una maestra en la universidad me dijo, tú tienes alma de psicólogo, por que enfrentarme a mí no fue nada fácil, no tuve con quien acercarme, y para mis padres decirles seria perderlos sería una aberración sin dudar.

Alejandro. - ¿Tu, como por qué? ¡Deben estar súper orgullosos de ti!

Fernando. - Y lo están, por que ignoran quien soy, hoy ya no me da miedo que lo sepan, pero prefiero la paz mental de ellos, pero si meda miedo tu rechazo, yo soy gay, y mi mayor reto en la vida fue enfrentarme a mí, todos piensan y creen que salir del closet es gritar a los cuatro vientos ¡soy gay y que! O ponerse un letrero, y no a nadie debe importarle nuestras preferencias sexuales, salir del closet es aceptarse uno mismo, asimilarlo no renegar de lo que se es, por que al único que vas a rendirle cuentas es a ti a nadie más, nadie más va a venir y decirte quien debes ser y que debes hacer, y si no te lo comente antes fue para que no se mal interpretaran las cosas, para no influir en tu terapia y si en este momento decides irte lo entenderé.

Alejandro. - ¿Irme? ¡Nunca te lo he dicho, pero siempre te he admirado! y con esto aún más, a mí no me importa si eres gay, porque no voy hacer lo mismo que han hecho conmigo porque ni siquiera soy capaz de definir mi vida sexual, ¡ante todo eres mi amigo!

Me levanté del sofá y le di un abrazo, ahora era él quien necesitaba ese abrazo, estaba seguro que por algo la vida me había llevado con Fernando, de no haber sido por el simplemente no sé qué habría sido de mi vida.

Alejandro. – ¿Y cómo le hiciste para saber quién eres, como puedo descubrir mi identidad? Creo que mamá cree que lo soy, lo hablamos alguna vez poco antes de conocerte, pero de ahí en adelante jamás hemos tocado el tema y supongo que mi padre algo sospecha porque su cambio fue evidente, y ha dejado escapar algunas indirectas.

Fernando. – Volvemos a lo mismo yo no te voy a dar esa respuesta eres tu quien debe descubrirla necesitas dejarte llevar por tus emociones, para mí no fue fácil pero siempre lo intuí y siempre tuve miedo y sobre todo a que se dieran cuenta los demás sobre todo mis padres, hasta que llego Samuel.

Alejandro. – ¿Samuel era tu novio?

Fernando. – No. Samuel y yo jamás fuimos novios parecíamos una pareja, pero no paso de dormir juntos, nuestros pies se entrelazaban, abrazos a medias, incluso llegue hacerle piojito algunas noches en las que no podía conciliar el sueño y vaya que lograba dormirlo, pero jamás tuvimos sexo.

Alejandro. - ¿Cómo fue que nunca tuvieron sexo?

Fernando. – No lo sé, a la fecha no podría decirte porque, si lo que más deseaba era estar con él, pero su pongo que él no deseaba estar conmigo por no cumplir con sus expectativas y no sé porque, llegue a verlo con cada tipo que por Dios, no eran mejores que yo, el llego de la forma más inusual a mi vida, sin buscarlo, claro cuando lo vi por primera vez me gusto al instante, en el hospital donde yo hacia mi residencia y el iniciaba con su servicio social, Betty jefa de enfermeras me lo presento, no éramos amigos, coincidíamos en algunos horarios y no pasaba de toparnos, de cruzar algunas palabras expedientes y cosas de trabajo incluso en la cafetería si cruzamos tres veces creo fue mucho.

Alejandro. – ¿Y cómo fue que se volvió tan importante, si ni amigos eran?

Fernando. – Bien jamás he hablado de esto con nadie, mentira solo con alguien que pensé que era mi amigo y aunque no lo somos siempre le voy agradecer su ayuda estuvo en el momento más difícil entre Samuel y yo. Te decía Samuel no es de la ciudad es de provincia y rentaba con unas amigas las cuales de alguna manera se pasaban de listas incluso lo estafaban con algunos gastos y que decir de su comida al menos esa siempre fue su versión, algún día las cosas con ellas se pusieron complicadas y era salirse de ahí, aquella vez al platicarme le ofrecí vivir en mi casa, pero fue tajante con su respuesta, dijo que él jamás podría vivir en una casa como la mía.

Alejandro. – ¡Pero tu depa es precioso!

Fernando. – Bueno era lindo, aquí no es donde vivíamos, pero así lo dijo y la mera verdad es que llego a mi porque no tuvo opción y yo estúpidamente le di mi vida hasta me tatué su nombre aquí en el brazo mira, claro en árabe para que no supiera.

Alejandro. - ¿Lo amaste, en verdad, dos hombres pueden amarse?

Fernando. – El amor no es exclusivo de princesas, o solo de mujeres comunes y corrientes, el amor no tiene etiquetas, no tiene sexo. Aun duele por que vaya que lo ame con alma y vida, como jamás imagine que se podía a amar, y mira que yo también dudaba que dos hombres podían amarse, su pongo porque me había dedicado a tener solo sexo de ocasión con alguno que otro tipo, creyendo que entre dos hombres solo puede haber pasión, deseo, atracción pero nunca amor, hasta que llego él, claro me gustaba me encantaba verlo dormir al cabrón, como hacerle masaje en los pies y por supuesto que me sentía atraído por él, porque hice cosas que jamás había hecho por ningún otro, con él aprendí a sentirme pleno, feliz como nunca lo había sentido claro a medias, como también fui muy infeliz, me llevo a experimentar una tristeza tan grande que intente suicidarme, cuando pensé que lo iba a perder.

Alejandro. – ¿Cómo crees?

Fernando. – Aquella tarde discutimos por una estupidez, pero fue más fuerte que yo sentí tantos celos porque un tipo según lo esperaba que medí la media vuelta y me fui llegue a casa, el teléfono estaba, sonando efectivamente era él me dijo tantas cosas hirientes que se iba air por que no podía vivir con alguien así, me dio tanta tristeza que si como niño chiquito comencé a llorar le pedía a Dios que no se fuera era todo lo que tenía en ese momento de mi vida, la soledad me había acompañado por siempre porque quería quitármelo, comencé a beber puse la música a todo volumen y vaya que parecía estar todo conspirando en mi contra, las canciones, la tristeza, estaba totalmente borracho cuando volvió a sonar el teléfono y me pregunto si ya me había muerto…¡ pu-ta madre! jamás lo hubiera hecho por que el dolor se intensifico la tristeza es indescriptible, porque me decía eso si lo único que había hecho yo era quererlo, solo le dije, eso quieres que me muera y colgué, seguí bebiendo y bueno también se cruzaron unas pastillas, no sé cuántas tome creo que me venció la borrachera cuando desperté él estaba ahí con protección civil toque fondo y bueno los días siguientes no fueron fácil, él se desapareció literal fue como castigarme porque se fue con un tipo a no sé dónde y esa semana como le llore, la angustia de llegar a casa y pensar que ya había sacado sus cosas…