En un mundo lleno de magia, Aarón es un joven que vive en un pequeño pueblo con su familia, el solo desea tener una vida como la de sus padres, encontrar a una mujer a la cual amar y que lo ame y tener una hermosa familia, ya que si bien ellos no son ricos, ni viven en grandes mansiones, tienen lo suficiente para vivir una buena vida y ser felices, pero todos sus planes cambian cuando descubre que él es el portador de un poder antiguo y que sus destino esta entrelazado al de otras tres personas, quienes juntos deberán salvar su mundo del dios Daotan, un dios maligno que solo busca el dolor y la muerte de todos los seres vivos.
En el camino por dominar sus nuevos poderes y comprender su nuevo papel, Aarón descubrirá que el amor no está descartado de su vida y talvez sea ella a quien necesité para poder lograr su destino.
Esta es la primera historia de la tetralogía Los 4 Guerreros de los Elementos
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Capítulo 22
AARON
Mis padres se mantuvieron en silencio por varios minutos, fueron tantos que creí que ya no hablarían conmigo, pero entonces mi padre hablo.
- Eso es algo en lo que, lamentablemente, ni tu madre ni yo podemos ayudarte, el amor es único para cada persona, pero lo que sí podemos hacer es aconsejarte, y contarte nuestra propia experiencia, con la esperanza de que eso se ayude. Verás hijo, cuando yo me enamore de tu madre, tuve las mismas dudas que tú, si bien nuestra situación era muy diferente, como a ti, me costó saber si estaba enamorado de ella, no sabía si era amistad y hermandad lo que sentía por ella, o había algo más, y fue Leonardo, quien despejó mis dudas – me cinta mi padre
- ¿En serio?, pero ¿cómo? – preguntó, ya que desde que tengo memoria ese tipo nos odia, no sé cómo rayos pudo haber ayudado a mi padre.
- Él pretendía a tu madre, y al sentirme celoso supe que lo que sentía por ella era algo más, por lo que empecé a pretenderla yo también, algo muy difícil, puesto que habíamos crecido juntos, ¿Cómo le podía hacer saber mis sentimientos?, esa era la pregunta que no me dejaba de hacer todo el tiempo, por lo que después de meditarlo mucho, decidí que simplemente debía de salir de la rutina, y, atreves de actividades, que yo consideraba románticas, le di a entender mis intenciones, con la esperanza de que así pudiera conquistarla – me termina de contar mi padre
- Como tu padre, yo tenía las mismas dudas, no sabía cuándo mis sentimientos habían cambiado, y más importante si era amor o no, pero fueron esos detalles que tu padre comenzó a realizar lo que me hicieron darme cuenta de cuáles eran mis verdaderos sentimientos, y míranos 21 años después y seguimos tan enamorados como antes. Hijo mío, tu situación con la Ila es inusual en todos los sentidos, al menos inusual para nosotros, que siempre anteponemos los sentimientos a la hora de tomar una decisión tan importante como lo es el matrimonio, pero te he visto junto a la princesa, y se nota que entre ambos ha crecido un cariño auténtico, si es amor o no, eso solo lo pueden saber ustedes – me dice mi madre
- Pero, ¿Cómo lo sabré? – les pregunto
- Lo sabrás, hijo mío, porque cuando es amor, simplemente lo sabes – me dice mi padre.
Esa noche, como cuando era un niño, dormí con mis padres, lo necesitaba, y mientras el sueño me vencía no dejaba de pensar en lo que mis padres me habían dicho, buscando en sus palabras una solución a mi problema.
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Al fin sé qué hacer, me tomó casi una semana llegar a una conclusión. Ila y yo decidimos empezar a cortejarnos, pero con nuestras obligaciones, dejamos eso de lado, y yo pienso retomarlo, llevarle pequeños detalles todos los días, para demostrarle lo mucho que me importa, cambiar un poco las cosas, salir de la rutina, como dijo mi padre, y tal vez así pueda aclarar mis sentimientos, y una vez este seguro de lo que siento por ella, le confesaré como me siento.
ILA
Ya hemos llegado a la mitad del tiempo establecido, y la verdad estoy muy optimista con los avances de Aaron, es alguien muy inteligente, pero sobre todo trabajador, puedo ver como cada día da lo mejor de sí en cada una de sus lecciones, y no solo las que toma conmigo, puesto que también he oído algunos de los reportes que Oliver le da a mi padre, sobre el rendimiento, no solo de Aaron, sino del resto de su familia, y todos son positivos, por lo que cada día que pasa estoy más segura en que lograremos nuestro propósito, y al fin los Kasar pagarán por todo el daño que han hecho.
Otra cosa positiva que ha pasado en estos meses, es el hecho que casi no he tenido que verle la cara al idiota, creo que es en parte porque el compromiso muy pronto se hará oficial, por lo que ya no tiene sentido para él que nos vean juntos, ya que sé la razón por la que venía a verme era para buscar la manera de manchar mi reputación y así exigir que se llevará a cabo el compromiso. Su ausencia es una buena noticia para mí, puesto que no lo soporto, en estos meses solo ha visitado el palacio en dos ocasiones, y ambas fueron para discutir sobre los preparativos de la fiesta, ya que quería asegurarse que, en sus palabras todo saliera perfecto, afortunadamente para mi madre, quien es la que se encarga de organizar este tipo eventos, mi padre lo pudo convencer de que su presencia no era necesaria, solo espero que no se le ocurra venir por alguna otra estupidez.
Por ahora lo único que me preocupa, es mi relación con Aaron, la cual si bien es buena, no es lo que yo esperaba, y es que, aunque al principio todo estaba bien, últimamente me siento nerviosa a su lado, algo que nunca antes me había pasado, no sé con exactitud cuándo empecé a sentirme así, pero cuando le tengo cerca, verdaderamente cerca, me siento nerviosa y a la vez ansiosa, si bien al principio no era algo muy común y podía controlarlo, ahora, cada vez se volvió más frecuente, sobre todo en las últimas semanas. La verdad no sé qué paso, pero de repente, Aaron empezó a llenarme de detalles, como flores o pequeñas notas, donde me decía cosas que le gustaban de mí, y algunas otras cosas más, que si bien eran pequeñas, a mí me llagaban al corazón, y esto solo hizo aumentar aún más ese nerviosismo, y no logro comprender de que ese trata, por lo que decido ir a buscar consejo de la única persona que sé que no me juzgara, Jorge, sé que podría pedirle consejo a mis padres, pero aun con la ayuda de los duques, ellos tienen mucho trabajo atrasado debido a las clases que le están dando a los padres de Aaron, por lo que no quiero molestarlos.
Llego a la casa de mi amigo por la tarde, solo espero que esté desocupado, ya que debido a que su padre está ayudando al mío, mucho de los deberes del duque han recaído en mi amigo, lo que aumentó considerablemente su carga de trabajo.
- Bienvenida, su majestad – me saluda el mayordomo al entrar.
- Gracias, vine a ver a Jorge – le aviso mientras entro a la mansión.
- Le diré que está aquí – me dice el mayordomo mientras se retira y yo me quedo allí esperándolo.
- Ila ¿qué haces aquí? – oigo que me pregunta mi amigo, quien acaba de llegar a donde me encuentro.
Vine a verte, necesito de tu consejo – le digo algo nerviosa, ya que no sé cómo contarle lo que me está pasando, pero ya estoy aquí y no puedo dar marcha atrás.