Juana Garcia es una joven mexicana que huyó de su país a Italia para salvar su vida, pero lo que no sabe es que solo estará realmente protegida en manos del Mafioso, el Don de toda Italia, Filippo Romano...
⚠️Atención: La obra contiene escenas de sexo explícito🔥, violencia, tortura, lenguaje soez y asesinato. Por lo tanto, está indicada para mayores de 18 años. Si eres sensible a este tipo de contenido, no lo leas, ya que contiene desencadenantes. La autora no está de acuerdo de ninguna manera con tales atrocidades. Es solo una historia ficticia.
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Capítulo 18
Juana:
Estoy pensando en el beso que me dio Filippo, maldición, ¿por qué no pude resistir? A pesar de habernos dejado atrapadas aquí y al principio haberme dejado sin comer, no sé por qué parece que la rabia que sentía hacia él ha desaparecido. Se ha mostrado como una buena persona, cuando le pedí que se alejara de mí, lo hizo y me ha respetado. ¡Maldición! Estoy cansada de decirme a mí misma que no puedo enamorarme de él, pero después de este beso, creo que no será posible. ¡Maldición, maldición, mil veces maldición!
Filippo:
Juana apareció en mi puerta solo con una camisola, estaba perfecta, sus curvas bien formadas me vuelven loco. No sé hasta cuándo voy a resistir a esta mujer, sobre todo después del beso que le di y ver que no pudo resistirse y se entregó por completo me vuelve aún más loco de deseo. Si no se hubiera alejado de mí, creo que la habría llevado a la habitación y me la habría apropiado de una vez. Desde que la traje aquí, no he estado con nadie, solo por el hecho de que me voy a casar con ella, aunque no sea de verdad. Nunca engañaría a la mujer con la que estoy, pero me está costando controlar mis impulsos, hace varios días que no tengo relaciones pero no pienso en otra persona en mi cama que no sea ella.
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Al día siguiente se despiertan y descienden, Filippo baja primero y Juana baja después de un tiempo.
Filippo: ¡Buenos días, María!
Maria: Veo un brillo diferente en tus ojos.
Juana: Buenos días, María, ¡tengo mucha hambre jajaja!
Juana mira a Filippo, muerta de vergüenza recordando el beso de ayer, y él sonríe mirándola.
Maria: Hoy están muy felices, ¿eh? jajaja
Filippo: Yo siempre estoy feliz, María.
Maria: No sé si estés feliz todos los días, pero esa sonrisa no la tienes todos los días…
Filippo: Bueno, vamos a comer. María, hoy no necesitas hacer la cena, Juana y yo vamos a salir, la voy a llevar a conocer a mi padre antes de la boda.
Maria: ¿Boda? ¡Qué maravilla! Significa que ya se han entendido y se van a casar, qué felicidad, mi niño. Por eso están radiantes hoy.
Juana: No es así exactamente, María, solo nos casamos para que Filippo me ayude, pero no estamos juntos.
Maria: La juventud de hoy en día, si fuera en mis tiempos ya tendrías un bebé en el vientre.
Filippo estalla en carcajadas y Juana se ruboriza de vergüenza.
Filippo: No existe nadie como tú, María.
Tomaron su desayuno, Juana se mantuvo en silencio, no dijo nada.
Filippo: Me voy a la empresa, solo voy a resolver algunas cosas y vuelvo. El celular que te di ya tiene mi número guardado, llámame si necesitas algo.
Juana: Está bien, gracias.
Filippo dice y le da un beso en la frente a Juana y se va, ella se sorprende por su gesto y María solo observa.
Maria: Están tan enamorados y no se dan cuenta.
Juana: No tiene sentido, María. Sentía rabia hacia él, pero ahora que me está ayudando, lo veo como un amigo, solo eso.
Maria: Está bien, voy a esperar, luego me lo contarás.
Juana: Voy a subir, voy a llamar a mis amigos y descansar un poco antes de la cena esta noche.
Maria: Ve, querida, si necesitas algo, llámame.