Chris es un pequeño que para su cumpleaños número 4 no quiere ningún obsequio. Su padre se preocupa al verlo triste.
-¿Hijo que deseas éste año?
-Lo que deseo no sé si puedas dármelo- las lágrimas en sus ojos lo conmovieron
-Tendras lo que desees Chris, ¿Que quieres?- preguntó confundido
-¿Lo prometes?- secó sus lágrimas y esperó ansioso
-Si hijo- afirmó con seguridad
-Quiero una mamá- su padre tragó grueso
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Capítulo 8 CAMBIANTE
...BELÉN CLINT...
El trabajo en el club se hizo pesado, me cambiaron el horario y ahora debía permanecer hasta más tarde; algo que a mí novio no le agradó en absoluto.
Siempre él estaba en el club y podía sentir su mirada en mí a cada paso que daba. Si le respondía a algún cliente él me miraba de una manera distinta, podía sentir que no le gustaba que interactuara con nadie pero a mí tampoco me agradaba toda ésta gente.
Cada vez al llegar a casa discutíamos por sus celos y sabía que hoy no sería la excepción.
-Señorita, ¿Dónde se encuentra el baño de caballeros?- me preguntó un joven con cierta pena, se veía que le urgía de verdad saber dónde era
-Vaya hacia allí y a la derecha lo verá- le indiqué con mí mano
-Le agradezco- se fue casi corriendo y no pude evitar reír pero cuando vi a mí novio ésta sonrisa se borró
Su humor cada vez era más cambiante y eso me estresaba, me hacía sentir insegura y aveces asustada.
Las chicas del trabajo siempre me decían que los celos significan amor. Sus novios las celaban y ellas suspiraban porque eso significaba que las querían y se preocupaban por ellas pero había una diferencia abismal. Los novios de ellas no estaban siempre viendo cómo atendían clientes para luego hacerles una escena.
Cobré, recibí muchas propinas y finalmente salí del lugar exhausta, me dolían los pies por los tacones. Aunque ya llevaba mucho trabajando no podía acabar de acostumbrarme, las chicas tampoco. Eran demasiado altos y con escalones y gente empujando no era sencillo caminar sin caer.
Mí novio me esperaba afuera para ir a casa y al verme me tomó de la mano con brusquedad. Lo miré con temor, no sabía que decir cuando estaba así de irracional.
-Te vi de puta con ese, ¿Te preguntaba cuánto cobras una mamada o quería follarte en el baño?- lo miré incrédula, ofendida, dolida
-¿De que me hablas? Solo estuve contigo y sabes que ni a ti te hago eso que dijiste- su mirada se volvió más oscura
-Si me amas tanto como dices lo harás cuando lleguemos a casa- creí que mentía pero no lo hacía- No te hagas la puritana conmigo y guarda esas lágrimas de cocodrilo, como mujer debes hacer lo que te ordene si tanto me amas, ¿O es que no lo haces?- me miró sonriendo con lo que creí auténtica maldad
Limpié mis lágrimas y asentí.
Cuando llegamos a casa me quité los zapatos y el me besó con pasión.
-A ver si me amas- sonrió- ponte de rodillas y abre tu linda boquita
Lo miré esperando que me dijera que no era así, que estaba haciéndome una broma con demasiado mal gusto, un juego sin gracia.
Su pie golpeaba en el suelo impaciente y tomó mis hombros con una presión sostenida para hacer que me incline.
Él jamás me había hecho nada de eso a mí y no creí que yo tendría que hacerle eso o de éste modo después de haber discutido.
Hice lo que dijo y el sonrió perverso. Abrió su pantalón después y lo bajó junto a su boxer.
Me resultaba difícil de creer que ésta situación pudiera excitarlo.
No disfrute lo que sucedió a continuación, fue brusco y sentí que me ahogaba. Las lágrimas me salían solas y quería vomitar. El no se detuvo hasta terminar y yo corrí al baño a vomitar escuchando su risa.
Cuando volví a la cama estaba ya dormido y yo... yo no sabía ni como dormir. Fue un día malo como los anteriores pero en éste en particular puso empeño para que fuera inolvidable.
Lo único malo de todo ésto es que él guardaba mí dinero y yo no sabía dónde. Tampoco tenía una copia de las llaves de la casa y por si fuera poco no tenía familia ni un lugar donde pudiera ir.
Maldije el momento en el que me enamoré de él, en el que acepté vivir con él, en el que lo conocí. De la dulzura de el caballero de brillante armadura no quedaba ni el recuerdo, ya lo de caballero era cuestionable.
Por la mañana yo había dormido muy poco. Me levanté más temprano que de costumbre y me quedé perdida en mis pensamientos hasta que lo escuché levantarse. Mí corazón comenzó a golpear sin piedad queriendo salirse de mí pecho.
Le serví el desayuno con mis manos temblorosas. Tenía miedo de su reacción hoy después de la pésima noche.
-Buen día mí amor- me saludó con una sonrisa y me dió un beso en mis labios
-Buen...día- le dije con duda, desconcertada, ¿Había enloquecido?
De no tener recuerdos tan vividos producto a no tomar alcohol pensaría que lo que sucedió anoche lo había soñado porque ahora volvía a ser el hombre dulce que tanto quería. Hasta me había abrazado.
-Está delicioso el desayuno, iba a pedir algo de lo que tanto te gusta pero me sorprendiste, eres la mejor mí vida- me habló mientras comía con gusto
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NOTA DE AUTORA: ésta novela tendrá escenas bastante crudas pero sobre un tema muy real que viven desgraciadamente muchas personas, el maltrato. Ésta es una historia ficticia creada en mí imaginación pero es más aterrador saber que en la vida real ocurren éstas situaciones y lo peor... que no siempre se puede escapar de ellas.
Si alguien está atravesando una situación de violencia siempre hay una salida, no permanezcan junto a quien hace daño, pidan ayuda.
¿Están listas para más capítulos? Las quiero 🥰
esta 2da parte muy bella! me encantó. Bendiciones escritora