El matrimonio arreglado de la primera hija del Conde Harris con el Duque Carnegie III y su peculiar convivencia
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Visita inesperada
-La fiesta del té quedó maravillosa ¿No cree usted mi lady? Para ser la primera, fue estupenda
-Si… Gracias Lía. Por favor prepara el baño, necesito relajarme después de todo ese estrés
-En seguida
Antes de que Lía pudiera salir, la puerta sonó al ser azotada por el duque que entraba al dormitorio de Samantha sin ser avisado
-Duque!
-Fuera- La mirada salvaje y tenebrosa de James corrió en segundos a la mucama que se marchaba a toda prisa. Samantha lo miró de reojo y bajó la mirada
-Mírame cuando estoy cerca de ti- Exigió- No puedo creer como te dejaste comer con la mirada por Víctor durante tu fiestecita de té
En realidad, Samantha estaba inocente a la acusación, pues ante sus ojos Víctor solo la veía como su hermana bastarda. Había sido invitado por amigos en común, ambos se conocían desde jóvenes. Lo que nunca había imaginado James, era descubrir el deseo de Víctor al ver a su mujer
-No sé a lo que se refiere mi señor
-James! Maldita sea, a él lo recibes con un abrazo y a mi ni si quiera me puedes tutear… Acaso tenían un amorío fingiendo ser hermanos
-Blasfemas! Como es posible duque que usted no tenga temor de Dios, es un ser lascivo y lleno de lujuria que solo piensa en sexo. A Víctor yo no lo invite, llegó con una de mis invitadas, no podía ignorarlo solamente, es mi hermano aunque no sea de sangre- Samantha no pudo retener más sus pensamientos
-¿Eso es lo que crees de mí?- Se aceró ferozmente a Samantha y tomo uno de sus pechos en su mano -¿Te arrepientes de haber estado conmigo? Tu madre seguro te llenó la cabeza de ideas locas y religiosas- Con su mano diestra levantó el fondo del vestido que llevaba en dirección a su ropa interior la cual deslizó para rozar con sus dedos el lugar más preciado
-¿Crees que si te tocó aquí te iras al infierno?- Las palabras de James sonaban confusas, ella no estaba segura de tomarlas como burla o preguntas a responder así que con voz temblorosa susurró
-N…no lo sé jamás había hecho esto…- James la interrumpió, una lagrima se deslizó por la mejilla de Samantha, temía que se hiciera realidad todos los rumores que decían que él acababa con sus mujeres
-Te demostraré que con esto solo puedo hacerte llegar al cielo
Sin decir más, la tomo entre sus brazos obligando a sus piernas a abrazarlo por la cintura, sujeto con una mano su cabello tomándolo con fuerza para pegar su rostro al suyo forzando un beso entre ambos en el cual invadía su boca con la lengua bruscamente
De los labios de Samantha solo escaparon gemidos, sea por sorpresa o placer, su rostro era color escarlata. Samantha ni si quiera entendía por qué James hacía eso, solo quería entender porque su cuerpo siempre respondía tan placentero ante aquel tacto salvaje y veraneo
James era un hombre que había conseguido las mujeres que deseaba, las tomaba y desechaba como cuan articulo usado, para ser remplazado por otro nuevo y virginal. Quería ver a Samantha caer en la lujuria y pasión que él podía brindarle mientras se entretenía con ella, sin embargo, por mucha lujuria, deseaba tratarla paciente y tiernamente en su interior
Samantha tocó suavemente el rostro de James mientras se sostenía de él con el otro brazo, respiró profundo y lo miró a los ojos
-Duque… yo… no- Con un beso los labios de aquella mujer de ojos lila, fue callada
A James no le apetecía escucharla, no quería perder el impulso que había tomado para por fin hacerla suya. Caminó hacía la cama y dejó caer el cuerpo de Samantha quien lo miraba tímida. Retiró su camisa botón a botón dejándole ver su esculpido cuerpo
-¿Te gusta?- Preguntó, pues el color de las mejillas de Samantha y la tensión que ocasiono la vista en sus piernas, la delató por completo
La puerta sonó un par de veces, interrumpiendo el acto que estaban a punto de cometer
-Mi señora, sus hermanos y madre están aquí
Samantha miró a los ojos de James quien modificó su expresión a una más rígida y empezó a cerrar nuevamente su camisa
-Vístete… Llegó tu noviecito. Te esperaré en la sala
Salió mal humorado de la habitación cerrándola de un portazo. Ana y Lía caminaron hacía Samantha para ayudarla a cambiarse para recibir a su familia
-Mi señora ¿Quiere verse majestuosa?
-No hay tiempo, solo busca un vestido y ya, igual lo criticaran
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Queridos lectores tuve que borrar algunos capítulos, sin darme cuenta estaban en el orden incorrecto, estaré más pendiente para evitar ese tipo de imprevistos. Espero que disfruten la historia