Mi nombre es Fernanda, vivo en una época donde las mujeres vivimos esclavas de las normas morales, de los valores, ética y las disque buenas costumbres de la sociedad.
Hoy estoy en el fango, cometí el peor error de mi vida, creer en las promesas de amor de un falso hombre y aquí estoy embarazada, siendo la peor mujer para la sociedad, la gente me mira mal, me hace un lado y todos me dieron la espalda por qué soy una mujer indecente.
Pero la vida me tenía que abrir los ojos a golpes, entender que no todos son buenos y no todos son malos, como la mujer que se convirtió en mi suegra, ahora no se ¿debo odiarla o quererla?
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CAPÍTULO 19
Yo me sentí pequeña, quería salir corriendo de ahí, alejarme de Marcos y si se podía no volver a verlo, pero en ese momento el doctor molesto dijo. – Marcos, discúlpate con Fernanda y con Jorge, lo que acabas de decir fue ofensivo, yo no te eduque de esta manera, te he hablado sobre el respeto.
No esperaba que el doctor lo regañara delante de todos y menos me espere lo que siguió, porque Marcos le contesto. – Padre no dije nada que no fuera cierto, ¿Por qué tengo que disculparme?
El doctor se levantó de la mesa y le dio una bofetada al mismo tiempo que le dijo. – Un hijo mío no es un maleducado, un grosero, que no sabe ver lo que esta bio o lo que está mal.
Discúlpate con la joven Fernanda y con el joven Jorge, fuiste grosero con tus palabras, entiende que estuviste mal.
No pude evitarlo me le quedé mirando a Marcos, que estaba rojo del coraje que seguro tenía y que tambien me miraba con un odio, pero al final se levantó, nos pidió disculpas, después solo se retiró de la mesa con “ya terminé me retiro” pero no dejo de verme con una mirada que parecía quería despellejarme viva.
La señora Rosalba que miraba a Marcos retirarse dijo. – Que grosero es tu hijo Marcos Castañeda (nombre del doctor) parece que tu educación no es tan buena, mira que ofender de esta manera a una jovencita, esto no lo hace un hombre.
Una vez que dijo eso solo fue a servir el plato de Jorge y en ese momento la madre de Marcos nos dijo. – Disculpen por el mal rato que mi hijo les hizo pasar, esto no volverá hablar, hablaremos seriamente con él, por favor vamos a comer, olvidemos las palabras de mi hijo que no sabe ni lo que dijo.
El doctor Castañeda tambien se disculpó con nosotros y Jorge como siempre fue educado con sus palabras, aunque esta vez sí fue un poco feroz al decir. – Doctor, señora Castañeda, no se preocupe yo entiendo que ustedes no tienen la culpa de las acciones de su hijo, pero si tiene que hablar con él, porque si en el futuro este tipo de comentarios se repiten, me vere en la necesidad de proteger a mi esposa y no creo poder quedarme tan tranquilo como hoy.
Hoy no lo he golpeado por respeto a ustedes, pero si hay una próxima vez no creo que pueda quedarme quieto viendo como ofende a mi prometida.
El doctor y su esposa se miraban avergonzados, lo peor fue que las personas que estaban en las otras mesas que escucharon todos, empezaron a murmurar criticando a Marcos por su falta de respeto; ellos no encontraban como disculparse y prometieron que algo así no iba a pasar, pero tambien dijeron que si algo así volvía a pasar Jorge tenía su permiso para darle algunos golpes para que entendiera que una mujer se respeta.
Desayunamos juntos y olvidamos lo que paso con Marcos, la verdad no era agradable ver a sus padres tan avergonzados por lo que él hizo; lo bueno que Jorge sí que sabia como hacer sentir bien a las personas y si le pidió al doctor que después de la boda quería que me revisara, que me diera vitaminas para que yo y el bebé estuviéramos bien.
El que Jorge dijera esto hizo que el momento no se sintiera tan tenso, empezamos hablar sobre la boda y la invitación la volvió hacer para que nos acompañara; al terminar los platos de comida, la señora Rosalba nos llevó unas tazas de café, como ya el lugar estaba solo se sentó a platicar con nosotros, tambien la invitamos a la boda.
Duramos bastante hablando con ellos y a las 10:30 am me llevo a casa, era domingo mi padre no fue a trabajar, tambien estaban mis cuatro hermanos con sus esposas, mis dos hermanas y sus esposos, tambien estaban mis sobrinos.
Los dos hijos de mi hermana María corrieron abrazarme, parece que nuestra relación después de haber estado unos días en su casa mejor mucho; los abrace y deje un beso en sus mejillas, tambien abrazaron a Jorge, me gusto que ya le dijeran tío, pero mis otros sobrinos apenas si me saludaron diciendo “Tía buenos días” parecía que ya habían sido mal influenciados por mis hermanos y sus esposas.
Pasamos hasta el patio que estaba atrás de la casa, había un árbol enorme de mango y uno de lima; nos sentamos debajo del mango, era el tiempo donde ya se miraban los mangos pequeños, era agradable estar ahí.
Mi hermano Mario empezó hablar sobre los chismes del pueblo y entre su platica nos dijo que ya todos hablaban de nuestra boda, fue agradable saber que ya no se decía nada malo sobre mí, al parecer la mayoría de las personas decían que hacíamos bonita pareja, que nos deseaban felicidad.
Mi padre invito a Jorge a quedarse a comer y él acepto, mi familia lo trato muy bien, hablaban con él, aunque todos sus temas fueron sobre el trabajo; tres de mis hermanos trabajaban en el ferrocarril, solo el más pequeño de mis hermanos trabajaba en el campo.
Mi cuñado trabajaba en la estación del ferrocarril en la parte contable, ganaba muy bien, era quien se enteraba de cuanto ganaba cada trabajador del ferrocarril en ese pueblo; estábamos hablando tranquilamente, temas de lo que hacían en su trabajo, hasta que Sabino (cuñado de Fernanda, esposo de su hermana Marta) dijo. – Jorge, hay algo que nunca he entendió de ti.
Como sabes yo soy de los contadores de la estación del ferrocarril, por mis manos pasan todos los pagos de los trabajadores, pero el tuyo es el único pago que nadie puede ver, siempre llega en un sobre cerrado, solo firmas un documento que dice que el sobre esta sellado, siempre especifica el color en que llega y siempre es el jefe de estación quien te lo entrega.
La verdad nunca he entendido por que a ti te tratan de manera tan especial y solo eres un obrero ferroviario; mira todo lo que le compraste a mi cuñada, hasta el anillo de compromiso te aseguro que vale 5 veces mi salario que es bastante alto, realmente ¿Cuánto ganas? ¿Qué te hace tan especial?
Lo que mi cuñado Sabino dijo me dejo sorprendida, realmente Jorge tenía un secreto tan grande que nadie del pueblo sabia; me le quede mirando, esperando que respondiera, la verdad yo tambien deseo saber más sobre él, sobre esos secretos que guarda muy bien.