Un Esposo Para Navidad

Camila

No sé cómo lo hizo, Andrés se acercó a mi familia y logró convencerlos de que somos felices, no lo niego me alegró ver cómo mis padres hablaban con él de su vida y de su familia, al principio creí que se iban a escandalizar por su profesión pero lo tomaron muy bien, mamá dijo que quería ver las novelas y las series en las que él había participado, yo no lo podía creer, mamá no ve televisión, papá escuchaba atentamente todo lo que él decía, al parecer a ambos les gusta el fútbol y siguen el mismo equipo, por un largo rato hablaron acerca de sus jugadores favoritos y quedaron en ir juntos a los partidos de la próxima temporada, todo estaba perfecto, es lo que mi madre siempre quiso para mí, no se que va a suceder cuando se enteren que todo esto no es verdad.

--Pasajeros, les informamos que estamos a punto de aterrizar, por favor acomodense en su asiento y abróchense los cinturones-- escuchamos y regresamos cada uno a nuestros asientos.

-Gracias, en serio te agradezco mucho el haber hablado con mis padres, creo que así van a estar más tranquilos- le digo

-No tienes que agradecer, solo cumplo con mi parte del trato- me respondió.

Media hora después aterrizamos, y nos dirigimos hacia el norte de Italia, es un lugar hermoso, aunque en esta época hace un poco de frío, no se puede negar que es un lugar espectacular.

Cuando llegamos a la mansión de la familia Rossi, todos quedamos maravillados con su belleza, parecía un lugar de cuentos de hadas, rodeado de naturaleza, un sitio perfecto para realizar una boda.

El castillo en su interior era maravilloso, tenía un aspecto de la época del romanticismo, mezclado con el modernismo, todo estaba perfectamente organizado, y los empleados esperaban por nuestra llegada.

Las habitaciones se encontraban en el segundo y tercer piso, en el primer piso había un inmenso salón de baile, una hermosa cocina, un despacho y una enorme biblioteca, los padres de Fabián llegarían dos días antes de la boda, teníamos todo el castillo a nuestra disposición.

Mi madre se encargó de repartir las habitaciones, en el tercer piso estarían Maximiliano y Adriana, con Eduardo, Tania y los niños, en el segundo piso estarían las parejas, mamá y papá, Sofía y Fabián y Andrés y yo.

Al entrar a la habitación me quedé sin palabras, era enorme con un hermoso baño, tenía vista al jardín principal, la cama era inmensa pero había solo una, no yo no pienso compartir la cama con él, eso no ocurrirá, tendrá que dormir en el sofá.

-Este lugar es maravilloso, nunca imaginé visitar un sitio así, tu debes estar acostumbrada- me dice Andrés

-La verdad no, me dediqué desde niña a los estudios, luego a la universidad y la maestría, y no tuve tiempo de hacer viajes, pero si es un lugar maravilloso- le respondo.

-En serio, te falta vivir mujer, estos meses conmigo van a ser diferentes ya verás-

-(Ya son diferentes)-pensé- bueno y dónde vas a dormir- le pregunto.

-Como que donde la cama es muy grande, perfecta para los dos-

-Ni lo sueñes, si quieres duermes en el sofá o en el suelo si lo prefieres-

-Oye no, soy tu esposo, lo mínimo que puedes hacer es compartir la cama conmigo Camila- me respondió.

-Eso no pasará, voy al baño a ponerme la pijama, espero que cuando salga ya estés bien acomodado en el sofá- le dije mientras entraba al baño.

Cuando empecé a desempacar las cosas de la maleta no podía creer lo que veía, (Adriana me las vas a pagar), empaco mis pijamas si pero las más cortas y pequeñas que encontró,no solo me quería matar de la vergüenza sino también del frío pero mañana me va a escuchar.

Me puse el pijama más decente que encontré, pero no quería salir del baño, no quiero que él me vea así.

-Camila sal del baño también necesito usarlo- grita Andrés.

-Está bien ya salgo pero tapate los ojos por favor-

-No seas niña por favor, sal-

Y lo hice salí del baño, con mi pijama roja de seda que cubría muy poco mi trasero y mis pechos, de inmediato noto como él me mira de arriba hacia abajo, me sonroje y le dije metiéndome debajo de las cobijas.

-Te dije que no miraras, entra al baño, hasta mañana-

Y así lo hizo,no dijo nada y entró al baño, minutos después salió del baño y se acomodó en el sofá.

-Que pases buena noche mi amor- me dijo

-Tú igual, ojalá el sofá no sea muy incómodo cariño- le respondí.

No sé cuánto tiempo pasó pero por el cansancio del viaje me quedé profundamente dormida, los rayos del sol empezaban a salir y escuché que alguien estaba tocando la puerta y decía:

-Camila, Andrés puedo pasar-

-(No puede ser mamá) espera un momento mamá- le dije- Andrés, Andrés despierta, pásate a la cama, mamá está tocando la puerta- le dije arrojándole una almohada.

Él se despertó de inmediato y se metió rápidamente a la cama, me recostó sobre su pecho y dije:

-Pasa mamá-

-Disculpen chicos quería avisarles que hoy haremos el desayuno en el jardín del este a las 8:30, necesito que estén allí porque vamos a hablar acerca de la cena de ensayo del sábado, está bien- dice mi madre algo apenada.

-Muy bien Sara muchas gracias por avisarnos- responde Andrés.

-Gracias mamá- le.digo muy nerviosa, y como no estarlo este hombre está solo en boxer y estoy abrazada a él, con una pijama muy corta.

-Ya me puedes soltar- le digo algo incómoda cuando mamá sale de la habitación.

-Esta bien pero porque mejor no dormimos en la misma cama, cómo te puedes dar cuenta en cualquier momento un miembro de tu familia puede entrar y nos arruina todo-

-(es cierto, oh dios ahora que voy a hacer) Tienes razón, pero hoy me acompañaras al pueblo, necesitamos comprar pijamas- le dije

-Pero me gusta dormir así- me respondió.

-Es mejor usar pijamas, hace mucho frío-

-Esta bien, como quieras- me dijo levantándose de la cama.

No lo pude evitar, ahí estaba él sin camisa,con su cuerpo musculoso y una espalda ancha y bronceada, todo un dios del Olimpo (Disimula se va a dar cuenta) me dije, al parecer se dio cuenta que lo miraba y me preguntó:

-Estas segura que quieres que use pijama-

-Eres un idiota- le dije lanzándole la almohada.

Esto va a ser más difícil de lo que imaginé, Camila respira y controlate- pensé-