Lisa renació como Yue un personaje extra destinado a morir, pero ahora cambiará su destino.
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capítulo 8- queja
Aunque le hizo un berrinche a su padre, aún así este la castigo sin salir hasta que sea la noche del baile que se dará en el palacio para el debut de las chicas que han cumplido ya 16 años, ha esa edad ya las presentan en sociedad con la esperanza de encontrar buenas propuestas de matrimonio, para Yue no fue distinto, ya que ese vez bailo con David y fue ahí donde sus familias acordaron el matrimonio, claro, al poco tiempo David se fijo en Nina y todo se fue abajo.
- al menos seguimos vivas, lady.
- pero es aburrido estar en la habitación todo el día.
Yue hace un puchero, mientras esta sentada en el balcón de su alcoba, pronto ve llegar el carruaje de David, al bajar este observa arriba, pero se ve enojado, claro, se fue sin decir nada y eso seguramente causa rumores extraños. Yue lo mira sin interés y bosteza para después darse la vuelta, ante esto David apresura su paso, estaba por pedir que llamen a Yue cuando el Vizconde es quien le recibe en la sala.
- joven David, creo que olvide decirle que mi hija esta castigada hasta nuevo aviso.
- comprendo lord, se fue sin decir nada, debe estar enojado por eso.
- no, estoy enojado por el motivo de su huida.
El Vizconde se pone de pié, dejando ver que es más alto que David.
- nisiquiera están casados y ya te has buscado una amante, que incluso la traes a mi casa, ya he hecho saber a tu padre sobre este incidente.
- ¿amante? No se de que habla señor le juro que yo no...
David reacciona y aprieta los puños, pues se ha dado cuenta que se están refiriendo a Nina.
- lo que lady Yue ha dicho es mentira, lady Nina no es ninguna amante, es la prometida del príncipe y una buena amiga mía.
- ¡ah! Esa, es peor aún, mi hija no necesita de amistades torpes, todo mundo sabe que no tiene la actitud para princesa heredera.
- no le permito que hable así de lady Nina.
- cuanto interés en defenderla ¿se te olvida quien es tu prometida? Voy a hablar seriamente de esto con tu padre, ahora vete de mi casa.
- ¿que? Pero señor...espere...
Los guardias le piden a David retirarse, sin que pueda dar explicación alguna, pues el Vizconde parece muy molesto, ya que obviamente él pertenece a la facción que no esta de acuerdo con subir a Nina Joly al trono, por considerarla no apta para ese cargo. A David no le queda de otra que retirarse, pero levanta la vista una vez más, pero Yue ya no estaba en ese balcón, mientras que el Vizconde pide preparen un carruaje para salir, irá ahora mismo a ver al Duque Jensen, el padre de David, deben hablar seriamente sobre el compromiso de sus hijos, ya que no piensa tolerar que su hija sea la burla de la sociedad porque su prometido anda tras las faldas de otra chica, David por su parte se dirigió al palacio, donde es recibido por Nina.
- lord David ¿como esta su prometida? ¿Volvió a salvo?
- al parecer si, pero el Vizconde no me dejo verla. No comprendo, lady Yue está muy diferente, ella no habría huido de esa manera.
- lamento escuchar eso, tal vez solo es una etapa, pero descuide, todo estará bien.
Nina le sujeta ambas manos mostrando una linda sonrisa, pronto llega el príncipe Adrian, así que David aparta rápidamente las manos y hace una leve reverencia ante el príncipe.
- buen día alteza. No sabía que estaba de regreso.
Adrian Da Silva, era un chico atractivo, alto y de buena figura, con una cabello oscuro así como sus ojos, tenía una mirada seria, pero era amable con todos.
- volví anoche, ya muy tarde. Te agradezco que ayudes a lady Nina cuando hace falta.
- ella es una buena amiga ahora, por supuesto que la ayudaré.
- tan amable como siempre lord David.
Nina muestra una gran sonrisa pero toma de la mano al príncipe, para que ambos vayan ya de regreso al palacio, siendo seguidos por David, pues prometió ayudar a Nina y así lo hará.
- sabe, alteza, la prometida de lord David huyó unos días de casa.
- que mal, espero que haya regresado a salvo.
- lo hizo ¿verdad lord David?
- si, ella esta bien.
En la mansión del Archiduque, este se encuentra revisando unos documentos, pero deja salir un par de suspiros, apenas van dos días que Yue se fue, pero, piensa mucho en ella, quizás fue porque no pudo lograr ningún avance con ella, debió robarle un beso cuando tuvo la oportunidad, ahora no sabe que pasará, no puede solo ir a buscarla, sería absurdo, ya que aún tiene un prometido.
- lord, deje suspirar y haga su trabajo.
- no molestes Bruno, tú no te quejas porque eres casado, pero yo, ahora mismo estoy frustrado.
- ya le dije, vaya a un burdel o busque una esposa.
- ni uno, ni lo otro, las mujeres de los burdeles, no suelen ser muy sanas y una esposa, tonterías, no me casaré solo por eso...
Pero, al decir una esposa, lo primero que pensó fue en Yue y en lo linda que se vería de blanco; sacude la cabeza, no, no, que tonterías esta pensando.
- todo es tu culpa Bruno.
- ¿que?
No sabe ni de que habla su señor.