La Segunda Oportunidad De La Princesa

Dados los hechos, Bianca después que el sujeto se vistió como un guardia del imperio, decide regresar al palacio para darle atención médica a los guardias heridos, mientras que a los muertos un entierro digno de alguien que murió en batalla.

Esos guardias dieron sus vidas para defenderla de esos delincuentes, y Bianca le dará una compensación a sus familiares, es lo menos que pueden hacer.

Ella por su parte mandó a llevar al carruaje su doncella desmayada, con ayuda de su nuevo sirviente.

Después, ella se sube también y estando ya en la privacidad del carruaje, se cambia de ropa y se limpia cualquier rastro de que peleó con esos delincuentes.

Cuándo estuvo lista, ordenó a que todos se pongan en movimiento.

Los heridos irían en unos de los carruajes de provisiones, y los muertos también.

El camino hasta el palacio fue más difícil, ya que los cocheros estaban heridos.

Cuándo llegaron por fin al palacio, Bianca en cuanto estuvo en tierra firme, mandó a que llamen al médico imperial, para que él atienda a los heridos.

Después, se fue a ver a su familia, para darle aviso de lo que había pasado, claro, omitiendo el hecho de que ella terminó con los delincuentes, y que aquellas dos par de zopencas fueron quienes orquestaron el ataque.

Porque claro, la idiota de Josefina no mueve un dedo sin que la mamita esté enterada.

Sus padres y hermanos cuando escucharon que ella fue atacada por delincuentes, casi se desmayan del miedo y todos corrieron a ver si ella tenía alguna herida en su cuerpo.

La emperatriz hasta estaba llorando, ella no soportaría que le pase algo a sus dos hijos.

—Hija, nunca más saldrás sin la vigilancia adecuada, tuviste suerte hoy, pero no se sabe que pueda pasar después — llora la mujer y ella la consuela. La emperatriz no se imagina que su hija es un demonio.

—Madre no te preocupes, todo está bien, no me pasará nada, por lo general nunca había sucedido algo como esto— dice ella y todos se preocupan aún más.

—Lo más seguro es que fuera alguien quien mandara a esos delincuentes, en este imperio la gente nos ama, no creo que alguien de buenos sentimientos se preste para algo así — expreso Esteban y el emperador tras meditar en lo dicho por su hijo dice.

—Hija Esteban tiene razón, debes de cuidarte bien, no se sabe si esos delincuentes fueron mandados por alguien— trata de reflexionar el emperador.

Bianca sabe quien es la autora intelectual de esos ataques, y por esa razón no la dejará ir.

Va a ir podando el árbol dañado desde la raíz, veamos cómo le irá a Josefa sin su mamita.

Fue lo que pensó Bianca para su adentro.

Ella para no mortificar a su familia, les promete que no saldrá de casa por un tiempo, y que en su lugar irá Esteban a llevar las provisiones a los más necesitados.

Eso dejó a todos tranquilos y decidieron pasar el resto del día en familia.

Mientras tanto en el palacio de la concubina.

Una de las sirvientas de confianza a cargo de informar lo que sucede en el palacio principal, fue a ver a la concubina, quien se encontraba en una sala disfrutando del té y algunos postres.

Cuándo la sirvienta llegó, ella la hizo pasar y le pidió hablar.

—Habla criada— le pide la concubina a esa sirvienta y la mujer detalla lo que vio.

—La princesa Bianca llegó al palacio, los guardias que andaban con ella en su mayoría murieron en manos de delincuentes, y los que no, llegaron heridos, ella no tiene ni un solo rasguño— narra la sirvienta y la concubina se puso de pies de un salto y tumbó la mesa de los postres y el té enojada.

La mesa hizo un estruendo al caer, Josefina llegó a ver lo que estaba pasando, solo para enterarse de que aquella princesa no sufrió daño alguno.

—Esa maldita parece ser que es cuidada por los dioses, ¿qué vamos a hacer si los planes siguen fallando?— pregunta la concubina con ira y Josefina aprieta los puños.

—Me lleva un carajo, gaste una fortuna en contratar a esos delincuentes, y parece ser que ellos son unos inútiles iguales que el idiota de Nicolás, se supone que él iba a seducir a aquella arrogante mujer y la iba a seducir, pero no, ni para eso sirve, la tonta no lo quiere ver ni en pintura— casi grita Josefina y en esos momentos la concubina tuvo una idea.

—Vamos a buscar a un hombre para que se haga pasar con su amante, no, mejor vamos a drogar a esa maldita mujer y a hacer que ella pase la noche con un pordiosero, veamos qué hará con su reputación manchada— aconseja la concubina con creciente interés.

Josefina sonríe con malicia, claro, si se arruina la reputación de aquella mujer arrogante, tendrá que casarse con quién sea, y ahí es donde entra Nicolás en acción.

Las dos estaban de muy buen humor, y la concubina mandó a sus sirvientas a limpiar el desastre y también a traer vino y bocadillos.

Rápidamente los sirvientes hacen su trabajo y pronto esas dos mujeres estaban disfrutando de la vida como si nada estuviera pasando.

Bianca estaba en su oficina, y se sentía intranquila y por esa razón se levantó de su asiento y fue a ver al nuevo sirviente para que vigilara a ese par de víboras, no vaya a hacer que ellas le hagan algo malo.

Aquel sujeto escucha la orden de forma inmediata y usando su astucia, logró hacerse pasar por un sirviente del palacio de la concubina, y a partir de entonces, aquel sujeto vigilaba de cerca a las dos mujeres y fue allí donde logró escuchar su plan macabro, el cual se llevaría a cabo durante la cena de la noche siguiente.

Rápidamente, el sirviente fue a la oficina de Bianca y le dio aviso de los planes de aquella dos, y ella se rio de sus malos planes, las dos estaban cavando sus tumbas y ellas no se daban cuenta.

🤩Estos son los personajes principales

Bianca Mondragón

La emperatriz

El emperador

Esteban

La concubina

Josefina

Nicolás

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Nota

Nos vemos