Una Madre Para La Hija Del Mafioso

Caterina

Cuando aterrizamos en suelo ruso, sentí un frío en el estómago. Mi estómago se revolvía en una mezcla de ansiedad y desesperación.

En cuanto bajé del jet privado, sentí mis piernas temblar un poco. Estaba fuera de mi país de origen.

Ahora ya no hay vuelta atrás. Aunque Alex me haya parecido un bruto arrogante, haré lo posible para que nos llevemos bien, es lo que puedo hacer para sobrevivir. Cada uno tiene su forma de ser y su temperamento, si no me maltrata y me trata bien, quizás hasta intentemos que este matrimonio funcione de verdad.

Oigo su voz en mi cabeza, cuando me dijo que no esperara romanticismo ni sentimentalismo. Tal vez esté soñando demasiado. Alex realmente exhala el tipo de hombre que no es romántico, tierno ni suave. Lo que se aleja totalmente de lo que imaginé durante años, ya que él es el mismo chico que me defendió aquel día. Si sigo pensando mucho en eso, me volveré loca.

Caminamos hacia el coche blindado, con algunos soldados esperándonos. Saludan a mi padre y se presentan como los hombres de Alex. Era lo mínimo que podía hacer, mandarnos a buscar.

Entramos en el coche, mi padre va delante, mi hermano y mi madre a mi lado atrás. Otros dos coches nos siguen haciendo de escolta. Apoyo mi cabeza en la ventana, observando la ciudad. Mi madre toca mi mano, llamando mi atención y la miro.

—Todo saldrá bien —dice en voz baja, con una mirada cariñosa.

—Estoy bien, mamá —no estoy realmente bien, pero lo acepté. Mi padre arreglaría un matrimonio tarde o temprano para mí. Así que mejor lo acepto con Alex, tal vez pueda sacarle algo bueno.

Después de algunos minutos, llegamos frente a la mansión, una gran propiedad de muros altos y varios soldados. Ya vivía en una mansión, pero ¿esto? Deja la casa de mis padres en ridículo.

Veo a una chica y a un chico en la entrada, la chica parece ser un poco más joven que yo, y el chico parece tener mi edad. Antes de bajar miro alrededor y no veo a Alex, ni siquiera se molestó en recibirnos.

Mi padre baja primero con mi hermano, y mi madre y yo vamos justo detrás. La chica me sonríe simpática, el chico a su lado es un poco más serio, se parece a Alex.

—Alex pidió que los recibiera, tuvo que resolver un problemita con nuestro padre, pero pronto debe llegar. Me llamo Alan, y esta es Anastasia, somos hermanos del Don.

Se presenta, mi padre y mi hermano los saludan, yo los saludo también con un apretón de manos y me presento, mi madre va hacia mi padre y entran con Alan. Anastasia viene hacia mí emocionada.

—Ven cuñada, me encargaron mostrarte la habitación de mi hermano —me tira pero yo clavo mis pies.

—Espera... ¿la habitación de Alex?

—Sí, ustedes se van a casar, esta es la habitación principal que ahora también es tuya.

—Pero... —pienso en la posibilidad de yo durmiendo en la misma habitación que él antes de la boda, y trago saliva.

—Tranquila, él te va a respetar. Dormirá en la habitación de huéspedes hasta el día de la boda. Pero fue orden suya, que te acostumbraras a la habitación de ustedes.

—Está bien... Vamos.

Ella me agarra del brazo y entramos. No veo más a mi país, probablemente Alan los llevará a donde se hospedarán. Subimos las escaleras, y Anastasia abre una puerta doble gigante al final del pasillo. La habitación es inmensa, muy grande incluso y lujosa.

—Puedes dejar tu maleta ahí, voy a pedir a una empleada que arregle todo después.

—Yo puedo hacer eso.

—Déjalo ahí tonta, vamos a conocer la propiedad.

Ella me saca, me siento un poco como un pez fuera del agua, pero tendré que acostumbrarme y Anastasia es genial y me está dejando más a gusto.

—¿La hija de Alex no está aquí? —pregunto curiosa por conocer a la niña.

Anastasia sonríe, pero no parece sonreír por mi pregunta.

—Me impresiona que mi hermano te deje llamarlo por el nombre de pila. Le gusta que lo llamen señor o Don, casi ni siquiera nos deja a nosotros los hermanos llamarlo por el nombre.

Dice y me siento incómoda, sé que llamar a un jefe de la mafia Don es una forma de reverencia y llamarlo por el nombre de pila puede ser considerado una falta de respeto.

—Yo... lo siento.

—¿Disculpa? Qué disculpa ni qué nada, vas a ser su mujer. Puedes hacerlo.

Ella sonríe y yo río también, encogiéndome de hombros. Seguimos bajando las escaleras, pero ella no respondió a mi pregunta sobre dónde está la hija de Alex, y me siento incómoda de preguntar de nuevo.

Ella empieza a mostrarme algunas habitaciones de la casa que es muy grande, y en el fondo, hay dos casas más un poco distantes, pero aún formando parte de la propiedad.

—Tus padres se quedarán por ahora en una de esas casas. La otra es donde vive el conductor de confianza de nuestro padre, que trabaja para él incluso antes de que naciéramos y sus dos hijos.

—Está bien. Y la hija...

—Ah sí, olvidé responder. Tenía pediatra hoy y salió con la niñera, pero también debe estar llegando.

Miro al jardín, reflexionando que aquí será mi nuevo hogar. Me quedo conversando un poco con Anastasia, le pregunto la edad y ella dice tener 16, y su hermano Alan 20. Soy un poco más vieja que ella, pero ella es genial, al menos tengo a alguien para ser mi amiga y no sentirme sola. No tenía muchas amigas, casi nadie, terminé mis estudios en casa, no salía mucho.

Anastasia dice que espere a que lleguen todos, para juntarnos en la mesa del almuerzo. Ella me invita a quedarme en el jardín, pero yo elijo arreglar mis cosas por ahora y voy a la habitación.

En realidad, no iba a arreglar ahora, pero era una excusa para quedarme algunos minutos a solas, entenderme e intentar prepararme para aceptar de verdad que aquí era mi nuevo hogar ahora.