Entre Dos Mundos

¡Madre, esos panecillos son realmente fabulosos! exclamó Max, interrumpiendo la conversación que su madre sostenía con Jessica.

Me alegra mucho que te gusten, hijo. Sé perfectamente que tus panecillos favoritos son los de elote, así que los hice especialmente para ti, los dejo tengo que ir con tu papá, respondió su madre, esbozando una cálida sonrisa.

Que fue lo que te dije no podías hablar a solas con mi madre.!_ dijo Max molesto.

Yo no me acerque a ella, ella solo vino a decírme del vino, eso fue todo.!_ dijo Jessica sin entender su enojo de Max.

En un momento más nos vamos.!_ dijo Max tomando la de la cintura hacia el.

después de un par de horas Max y Jessica se despidieron de todos en el lugar ambos salieron y al subir al auto Max parecía muy enojado.

Se supone que deberías comportarte como mi novia, pero en realidad parecías más una amiga. Además, cuando tuviste esa conversación con mi madre, se suponía que no lo harías a solas. ¡Eso me irrita bastante! En ningún momento nos tocamos mi padre no creerá nada, dijo Max con evidente molestia.

No comprendo la situación. Yo no he dicho nada. Y lo siento, pero en realidad eras tú quien se alejaba de mí. dijo Jessica mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

Pareciera que está es la primera vez que haces este tipo de trabajos mujeres como tú actúan muy bien.!_ dijo Max, mientras Jessica se sentía mal por sus palabras.

Max, estaba impaciente y nervioso y todo lo veía mal.

Al llegar a la casa de Max el salió del auto molesto Iba a abrirle la puerta a Jessica Pero ella ya lo había hecho.

Jessica camino detrás de él, ya molesta por su actitud de Max.

Aquí tienes lo que te prometí. El chófer te llevará a donde le indiques, dijo Max mientras le entregaba a Jessica un sobre lleno de dinero, justo antes de entrar en la casa.

Jessica se detuvo en su lugar, tomó el sobre sin decir una palabra y dirigió su mirada al chófer. Él, con un gesto amable, abrió la puerta del coche para que ella pudiera entrar. Sin pensarlo dos veces y sintiendo una punzada de molestia, se subió al vehículo de inmediato.

Jessica le indicó al chófer que la llevara hasta su casa. Cuando finalmente se bajó del coche, se dio cuenta de que aún llevaba puesta la ropa que le había regalado Max. Con cautela, entró a la casa, asegurándose de que nadie la notara. Se dirigió hacia su habitación, todavía sumida en pensamientos sobre él.

“¡Qué tipo tan odioso y creído!”, se decía a sí misma Jessica mientras comenzaba a quitarse la ropa.

Enseguida se sentó en la cama y miró el dinero dentro del sobre era más de lo que creía, Jessica sonrió enseguida.

Voy ayudarte mamita ya lo verás.!_ dijo Jessica con lágrimas en los ojos, pues no era todo el dinero que necesitaba Pero era un buen comienzo.

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Ala mañana siguiente.

Max se levantó muy temprano como siempre para ir al gimnasio particular que tenía en su casa, cuando recibió una llamada de su padre.

Hola hijo buenos días, hoy iré ala oficina, quisiera saber cómo va todo, así que nos vemos más tarde.!_ dijo Piero padre de max.

Si papá ahí estaré.!_ dijo Max soltando las pesas y limpiando su sudor en una toalla para irse a dar un baño.

Max, para nada le gustaba que su papá fuera ala oficina pues sentía que nada más lo criticaba así que el saber que iba lo ponía de mal humor.