Reviví de entre los muertos, eso suena descabellado pero es prácticamente lo que sucedio.
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Capitulo: 4
MORGAN.
Me veo al espejo y trato de sonreír, pero la sonrisa no llega a mis ojos. Hoy es un día feliz porque veré a la cara a las personas que me lastimaron y piensan que en verdad estoy muerta, pero también es un día muy triste porque un buen amigo, Connor, murió.
Dejo caer la bata al suelo y me dirijo a la cama para tomar lo que me pondré. Cuando me coloco la ropa que elegí, una pequeña lágrima baja por mi mejilla derecha, haciendo que recuerde el momento en que conocí a Connor. El momento en que fingió salir conmigo... en el momento en que me consoló y comió helado conmigo después de que abusaron de mí.
Cuando estoy completamente lista, elevo la vista y me encuentro con la de Elijah, quien me da una pequeña sonrisa. Suelto un ligero suspiro y camino a donde están mis tacones. Me siento en la orilla de la cama y, justo cuando me voy a agachar para ponérmelos, la mano de Elijah me detiene, haciendo el trabajo por mí.
—¿Estás segura de esto? Es decir, tu mirada dice que sí, pero creo que tu corazón no.
—Estoy segura. Después de todo, ¿qué podría salir mal? Connor está muerto, mi hermana se metió con mi exnovio, que en su momento era mi novio, y, ah, sí, mis amigos continuaron con su vida feliz, y claro, la cereza del pastel, mi exnovio ya tiene novia.
—Bueno, el coche está listo.
—¿Qué coche? —pregunto, confundida.
—Ya hablé con el padre de Caleb, y él me dio 6 millones de pesos y 3 autos —responde.
No digo nada, solo guardo silencio. Cuando mira que no tengo planeado hablar, él continúa.
—También le hablé sobre lo nuestro, y de ti y Caleb.
—¿Y qué dijo de eso? —pregunto, con intriga.
—Que le daba igual, siempre y cuando tú no te involucraras en una relación sentimental con Caleb nuevamente.
—De acuerdo.
—Los autos son tuyos si los quieres.
—Solo si uno de ellos es un clásico.
—También pensé en eso, nena.
—Bien, entonces andando.
Me levanto de la cama y camino hacia la puerta. Al salir, me encuentro con Dallas, mi nuevo perro husky. Paso por su lado dándole una leve caricia. A mis espaldas, siento los pasos de Elijah venir tras de mí.
—¿Cómo crees que reaccionen cuando te vean? —pregunta, con voz suave.
Me quedo en silencio un momento, pensándolo, y en realidad no lo sé... Podría ser con enojo, rabia, rencor, incluso sorpresa, pero una cosa sí es segura: no estarán felices.
—Eso lo descubriremos pronto —respondo.
Cuando salimos, en la puerta de la casa está estacionado un Audi R8 e-tron, de un color negro preciosísimo. Nos montamos en él, y Elijah conduce por la carretera un poco húmeda.
—¿Cómo supiste cuándo sería el funeral? —le pregunto. Mi pregunta no le toma por sorpresa, al contrario, parece que él ya la esperaba.
—También tengo mis fuentes —responde, con un tono burlón.
—¿Eso es todo lo que dirás? "También tengo mis fuentes" —digo, tratando de imitar su voz, aunque, claro, no me sale tan bien como pienso, ya que su voz es ronca y demasiado varonil.
En todo lo que queda de trayecto, ninguno habla. Elijah se dedica a conducir mientras yo me dedico a mirar por la ventana. Después de unos minutos, el carro se detiene y miro al frente, encontrándome la fachada de la casa de Caleb.
Elijah baja del auto y yo lo imito. Después, él me indica por dónde entrar para ir a la parte trasera de la casa. Al estar en el terreno, veo que en el patio se encuentran Dylan y Caleb...
—Morgan... —dice Dylan, y después se echa a correr en dirección al interior de la casa.
Dejo mi mirada clavada en él, pero la voz de Caleb hace que mi vista se vuelva hacia él.
—Entonces sí eres tú de verdad. Qué ironía. Todos pensaron que yo estaba alucinando, incluso yo en un momento pensé que alucinaba, pero ahora que te veo aquí, me doy cuenta de que en realidad estás viva —dice, con voz temblorosa.
Cuando él deja de hablar, yo me quedo muda. No sé qué decirle, no sé qué hacer. Planeo preguntarle cómo está, pero claramente está mal, y esa pregunta sería muy estúpida de mi parte.
El silencio me comienza a incomodar, pero cuando creo que no podía ser más incómodo, veo a cuatro cuerpos correr en nuestra dirección y me percato de que son dos hombres y dos mujeres.
Tardo en recomponerme lo mejor que puedo y, demostrando indiferencia, digo:
—Tanto tiempo sin vernos... amigos.
Lo único que todos sueltan al unísono es...
—Morgan —dice Hunter, con la mirada dolida. La de Dylan, confundida y molesta. La de Madisson, sorprendida, y la de la chica a su lado, despectiva y recelosa.
—¿Eso es todo lo que tienes para decir? —pregunta Hunter, con el ceño fruncido.
—Hunter, cálmate —dice Caleb.
Las palabras de Caleb solo lo hacen estallar más.
—¡¿QUE ME CALME?! Tú más que nadie deberías de estar molesto —grita Hunter.
—Eso no arreglará nada, ella ¡apareció! —grita Caleb, con rabia.
—Apareció, y una mierda —dice Sofía, con un tono burlón.
—Será mejor que te vayas de mi casa si no cambias tu actitud —le dice Caleb a la chica desconocida para mi.
—Caleb, no deberías de pelear con un amigo por cualquier mujer "aparecida" —le responde la chica, recalcando la palabra "aparecida".
—Ella no es una "aparecida", Sofía —le dice Caleb, con voz firme.
Bueno, al menos, la "aparecida" que me dijo "aparecida" tiene nombre, y ese es Sofía.
—Caleb, no tienes que discutir con ellos por mi culpa... yo me iré cuando termine el funeral de Connor.
—¿Qué? ¿Te irás nuevamente? —pregunta, con la voz quebrada. Me mira desconfiado y agrega—: ¿Y ahora cuánto tiempo sería?
Hasta este momento recuerdo que no vine sola, entonces instintivamente muevo mi mano hacia atrás y tomo la de Elijah, entrelazando ambas manos.
Cuando aprieto ligeramente su mano, la voz molesta de Caleb me dice:
—¿Quién es él?
Sin darme tiempo de reaccionar, Elijah suelta mi mano y da dos pasos al frente, extiende su mano hacia Caleb y le da una sonrisa de boca cerrada.
—Mucho gusto, soy Elijah, el novio de Morgan —dice, con un tono de arrogancia.
—Creo que nosotros tenemos que ir a preparar café —dice Dylan, incómodamente, empujando ligeramente a todos hacia la entrada de la casa. Cuando está por entrar, se voltea y le da una sonrisa a Elijah.
—Creo que te vendría bien un café... o un trago —dice, y se va.
Cuando Elijah lo sigue, Caleb y yo nos quedamos totalmente callados. Pienso en entrar por Elijah para poder irnos, pero Caleb habla.
—Así que te desapareces por no sé cuánto tiempo, y cuando al fin te dignas a aparecer es en el funeral de mi hermano, y no solo eso, apareces con tu exótico novio.
—Caleb, yo te puedo explicar. Tan solo si me esperas hasta que termine el funeral, te lo diré todo.
—No quiero escuchar nada. Cuando el funeral termine, te quiero fuera de mi casa y de mi vida... para siempre.