Los hijos menores de Luriel y Anahí deberán enfrentar el peso de sus decisiones, aunque eso signifique destrozar sus corazones para proteger a su gente. El amor tal vez, no pueda cambiarlo todo.
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Desde el primer momento
Luriel se levantó y comenzó a caminar hacia la cabaña e Itatí lo siguió emocionada, había escuchado tantas historias de ese hombre, todos le temían, incluso su padre no se atrevía a llevarle la contraria, sin embargo, solo ese bravo guerrero le había dado opciones en su vida.
Tal vez Pitá fuera como él cuando se convirtiera en cacique. Tal vez ella lograría que le perdonara su mentira, lo único frustrante era su comportamiento tan grotesco con ella.
Cuando ingresaron a la cabaña, todos se silenciaron, Itatí un poco cohibida buscó la mirada de Pitá, pero él solo miraba a su padre. La angustia se apoderó de pronto de su corazón y de su alma. Sabía que su padre pensaba darle a ella la libertad de elegir si seguía o no con ese compromiso y el temor a que ella decidiera terminar el trato se hizo presente en su mente.
Itatí – dijo Luriel mirándola – Anahí he’i chéve, oguerekóramo hikuái tiempo oho mboyve, reho va’erãha ógape... aparentemente ha’e oñe’ẽse peteĩ mba’e pendiente rehe... (Anahí me dijo que, si tenían tiempo antes de irse, que fueras a la casa... aparentemente quería hablar de algo que quedó pendiente...) – miró a Katú - ¿Repytápa koʼẽrõ peve? (¿te quedas hasta mañana?) – lo vio asentir mientras miraba a su hija – bueno... Amambay nemoirũta che rógape... (bien... Amambay te va a acompañar hasta mi casa...)
Ikatu araha chupe (Yo puedo llevarla) – dijo Pitá levantándose
Recién entonces la miró y no pudo evitar sentir un vacío cuando vio de reojo a su padre negar con la cabeza.
Ko'ãva ha'e kuña mba'e... (Son cosas de mujeres...) – dijo Luriel indicándole que volviera a sentarse
El silencio se hizo marcado, resonó una risita de Itiaté burlándose y recién entonces Luriel se dio cuenta de la manera en que ambos se miraban. Ya era tarde, no podía retractarse, pero mientras que la situación se volvió más tensa todavía, Itatí se acercó a Pitá, prácticamente sin que nadie se diera cuenta, recién cuando le tocó el brazo tenso, él la miró sorprendido.
Mitãkuña'ikuérape añoite... (Solo chicas...) – dijo con una sonrisa encantadora mientras se ponía en puntas de pie y le daba un beso en la mejilla
Solo fracciones de segundos se mantuvieron la mirada, pero miles de emociones pasaron por la mente de ambos
Ambosako'i jeýta ndéve karurã. (Voy a volver a prepararles la cena) – dijo Amambay y ambas salieron de la cabaña.
Pitá la siguió con la mirada hasta que desapareció y cuando volvió a mirar a Itiaté, seguía con su sonrisa burlona.
Ha'ete ku pe futuro mburuvicha ohayhu ñande Kerana... (Parece que el futuro cacique se enamoró de nuestra Kerana...) – la burla estaba más patente que nunca...
Ha'e ojerure ndéve ani haguã rehenói chupe upéicha... (Te pidió que no la llamaras así...) – dijo Pitá con un tono de voz elevado – ha ndaha'éi nde mba'e mba'éichapa añeñandu che novia rehe... (y no es de tu incumbencia lo que sienta por mi prometida...)
Arrekonose regana hague cherehe pe juego (Reconozco que me ganaste la jugada) – dijo riéndose mientras miraba a Luriel, aclaró – Aikuave’ẽ mokõi jey hese Mburuvicha Katúpe... ha katu he’i chéve ha’eha peteĩ acuerdo pe Luriel Guasu ndive... ha ndaikatúi acompeti upéva ndive... (ofrecí el doble por ella al cacique Katú... pero me dijo que era un convenio con el Gran Luriel... y no puedo competir con eso...)
Añete... (Es cierto...) – dijo Luriel con una voz sombría – Ndaikatúi pecompeti...ndaha’éi chéve ĝuarã...hepekuéra ĝuarã...ha pesegíramo pehenói chupe upéicha ipermiso’ỹre, ajagarráta peteĩ ofensa personal ramo...pentende? (no puedes competir... no por mí... por ellos... y si sigues llamándola de esa manera sin su autorización, lo voy a tomar como una ofensa personal... ¿entendiste?) – lo vio asentir completamente abrumado – bueno... jaju pe mba'e iñimportántevape... (bien... vayamos a lo importante...)
La reunión continuó sin mayores inconvenientes, Luriel trataba de hacerles entender que debían modernizar sus aldeas para adecuarse mejor a los tiempos que estaban por venir. El avance de la sociedad era innegable y las posibilidades de mejorar la calidad de vida de sus familias estaba latente. Pero los demás caciques no lo veían de la misma manera, eran más tradicionalistas y preferían seguir protegiendo sus propios intereses.
Rubichá, el padre de Irupé y Amambay había sido todo un visionario, pero estos hombres no tendrían jamás su inteligencia. No estaban de acuerdo con la mezcla de razas y dejaron en claro que consideraban a Pitá de menor categoría que Luriel, por tener sangre contaminada con la sangre de los blancos y más cuando Luriel les informó que iría a estudiar con los blancos, para estar mejor preparado para asumir ser el cacique de su gente.
Katú permaneció en silencio la gran mayoría del tiempo, pero todo lo que decían, de alguna manera lo estaba afectando. Esa mirada no tradicionalista a sus costumbres era en cierta manera preocupante. Hasta que nuevamente Itiaté trató de incomodar otra vez a Pitá.
Añetehápe piko nereñandúi sa'ive reguerekógui peteĩ sy raza mixta? (¿Realmente no te sientes menos al tener una madre mestiza?) – su voz sonaba despectiva
Reikuaárire che sýpe (Si conocieras a mi madre) – dijo orgulloso y poniéndole una mano en el brazo de su padre para evitar que el intercediera – Rehechakuaáta ndereguerekóiha idea mba'épa py'aguasu... ombohovake ñande tavayguakuérape che ru rehehápe... ha jepémo ha'e pe tembireko ome'êva'ekue chupe imemby, orrenunsia ha'eha pe kuña iñimportantevéva Amambay favor-pe peteî... señal de respeto ñande pueblo-pe... (te darías cuenta que no tienes idea de lo que es el valor... ella enfrentó a nuestro pueblo por mi padre... y aunque es la esposa que le ha otorgado hijos, renunció a ser la mujer más importante a favor de Amambay como muestra de respeto a nuestra gente...)
He'i hikuái ha'eha peteĩ aña pytã rajy... (Dicen que es la hija de un demonio rojo...) – siguió molestándolo
Che avuélo pytã tatatĩcha ha hesa yvágaicha (Mi abuelo es rojo como el fuego y tiene ojos de cielo) – contesto parafraseando a Irupé – ha katu ha’e añoite kuimba’e ombohováiva Luriel Guasu ha osê victorioso... (pero fue el único hombre que se enfrentó al Gran Luriel y salió victorioso...) – vio asentir a su padre – Ha’e oguereko hetave ñemomba’eguasu ha mborayhu ñande tavayguakuérare nde ha opa mitã ikatúvagui reguereko tenonderãme... (tiene más honor y más amor por nuestro pueblo que tú y toda la prole que puedas llegar a tener en el futuro...)
Ha'e suficiente (Ya es suficiente) – intervino Luriel – Ha’ekuéra noĩri ko’ápe ohusga haĝua ñande jepokuaa tee (no están aquí para juzgar nuestras propias costumbres) – y mirando a Itiaté agregó – Reñe’ẽ jey upéicha oimeraẽ che familia-pe, especialmente che rembireko... ha nderehejamo’ãi che yvykuéra oikovéva... (vuelves a dirigirte de esa manera a cualquiera de mi familia, especialmente a mi esposa... y no vas a salir vivo de mis tierras...) – mirando a Katú agregó – oguerekóva en cuenta umi circunstancia... Itatí opytáta ñande protección guýpe, ikatu reju rehecha heta jey reipotáva (teniendo en cuenta las circunstancias... Itatí va a quedar bajo nuestra protección, podrás venir a verla las veces que quieras)
Péro pe jepokuaa heʼi última ves oiko hague hikuái oñondive pe puévlope... (Pero la costumbre dice que conviven en la aldea el último tiempo...) – protestó Katú
Ohechakuaávo chupe che ra'y novia ramo, oiko chugui che membykuña ha aipota oikuaa ore jepokuaa... (Al reconocerla como prometida de mi hijo, se convierte en mi hija y quiero que aprenda nuestras costumbres...) – como Katú miró a Pitá agregó – Pitá oike távape hetave jave... ha añetehápe noĩmo’ãi ha’eño hikuái pe momento ceremonia peve. (Pitá se va a la ciudad por la mayoría del tiempo... y de hecho no van a estar solos hasta el momento de la ceremonia.)
Nadie se atrevió a desautorizarlo, siguieron hablando de nimiedades y luego comenzaron a retirarse, hasta que solo quedaron Luriel, Pitá y Katú, quien parecía querer decir algo que no se animaba.
Ñamohendava'erãpa mávapa oúta Itatí ndive? (Tenemos que coordinar ¿quién va a venir con Itatí?) – dijo Luriel y vio como lo miraba sorprendido – Aipota oiporavo iñirũnguérape nde influencia’ỹre... Aipota oñeñandu porã orendive ha upéva oñepyrũ oguerekógui ijykére umi tapicha ohayhúva... (me gustaría que ella eligiera a sus acompañantes sin tu influencia... quiero que se sienta cómoda con nosotros y eso empieza por tener a su lado a las personas que quiere...)
Che ndahechái oĩporãha remboja'o chupe che rógagui. (No me parece bien que la separes de mi hogar) – se animó a enfrentarlo
Mba'e óga rehe piko reñe'ê. (¿De qué hogar estás hablando?) – respondió sin inmutarse – nde remboyke nde rajy heñói guive... (ignoraste a tu hija desde que nació...) – lo vio bajar la cabeza, avergonzado – Che ndaha'éi pe ointerferiva'erã mba'éichapa omongakuaáta nde rajy, pero Itiaté ha expresión abierta de interés hese omoî umi 3 aldea peteî posición hasývape... (no soy quién para inmiscuirme en como criaste a tu hija, pero Itiaté y su abierta manifestación sobre el interés en ella, pone en una posición difícil a las 3 aldeas... )
Itiaté ymaite guive oikuaa Itatí... (Itiaté se conoce con Itatí desde siempre...) – trató de justificarlo
Upéicharõ reproponeva'erãmo'ã pe compromiso hendive... (Entonces debiste proponerle a él el compromiso...) – vio como Pitá lo miraba un tanto ansioso – ha reporanduva’erã Itatí-pe mávarepa omenda porãve... (y deberías preguntarle a Itatí con quien prefiere casarse...)
Reime piko segúroiterei ne membykuéra ovaleha upéicha. (¿Tan seguro estás que tus hijos valen tanto?) – estaba ofuscado
Che membykuéra ovale opa mba'e... (Mis hijos valen todo...) – no pudo evitar suavizar su mirada y su voz – ha katu nde membykuña nointeresáikuri omenda haĝua Karai rehe... he’i voi ndéve ndogustaiha chupe... ha che aikuaa ha’e voi he’ígui chéve... (pero a tu hija no le interesaba casarse con Karai... incluso te dijo que no le gustaba... y lo sé porque ella misma me lo dijo...)
Oñe'êpa ra'e upévare? (¿Ella habló de eso?) – murmuro malhumorado
Ame'ê chupe pe oportunidad oiporavo haguã ame'êva che membykuérape... (Le di la misma posibilidad de elegir que le doy a mis hijos...) – le sonrió – Ko'ágã peve omendase Pitá rehe... (hasta ahora quiere casarse con Pitá...) – miró a su hijo de una manera muy especial – ha katu ame’ẽ chupe opción ikatu haĝua omohu’ã pe compromiso ombyasýramo... nereñekomportáiramo hendive pe tapicha aikuaávaicha nde ha’eha... (pero le di la opción de poder cortar el compromiso si se arrepiente... si tú no te comportas con ella como la persona que sé que eres...)
Añetehápe piko remendase hese? (¿Realmente quieres casarte con ella?) – dijo Katú mirando a Pitá
Si – inspiró profundamente – Chegusta nde rajy primer momento ahecha guive chupe... (me gusta su hija desde el primer momento en que la vi...)