RENACÍ EN LA DUQUESA VILLANA

Su padre cuando era Karen como todo rico había tenido sus excentricidades y la mayor de esta era una enorme colección de mascaras de todo tipo y color incluso había utilizado todo un cuarto para sus adoraciones afición que su princesa heredó y en conjunto siguieron llenando la habitación sin importar el precio si les gustaba una máscara la compraban la ponían en una vitrina y la contemplaban por horas.

Incluso su familia creía que era una adicción, ya que no dudaban en gastar fortunas por una sola máscara, pero su tesoro era una máscara que contenía tanto rubíes, esmeraldas, diamantes y algunas piedras extrañas y sumamente caras además de estar bañada en oro estos locos al verla no dudaron en pagar más de 70 millones por ella.

Su gusto por las máscaras los unió tanto que cuando Karen se casó dejaron de seguir comprando más, ya que ella puso como prioridad a su esposo cosa que decepcionó un poco a su padre y en su honor había mandado hacer una máscara negra como su cabello con esmeraldas por sus ojos y la contemplaba por horas imaginándose a su princesa.

Y en el momento en el que Celia vio a su ahora esposo todos los recuerdos de máscaras con su padre le llegaron al ver el hermoso espécimen que estaba frente a ella una hermosa máscara con cuernos, tenía en la frente un hermoso rubí y parecía que tenía oro en los bordes era sin duda una pieza de colección y ella debía obtenerla como sea.

Fue tanta su emoción que no dudo en acercarse y mirar la máscara más de cerca podía notar los detalles en los cuernos y no dudo en tocarlos al igual que la parte del rostro como su esposo era alto no dudo en impulsarse y cruzar sus piernas en su cadera y sujetarse de sus grandes hombros todo valía la pena por ver más de cerca esa hermosura.

Tanto los sirvientes como el duque se quedaron hechos piedra al ver el comportamiento de la duquesa que antes no soportaba ni estar cerca del duque y ahora parecía una niña viendo un juguete.

Cuando Celia salió de su trance de fanatismo pudo notar un silencio en la antes ajetreada mansión y noto unos grandes hombros y una gran espalda que no dudo en acariciar por instinto, pero se detuvo a pensar de quien demonios eran y asustada se soltó y casi cae de cabeza tuvo suerte de que su esposo que se había llegado pasmado ante la manoseada que le dio reaccionara y la agarrara.

Pudo notar la situación en la que estaba y un gran sonrojo cubrió su rostro soltó la cintura del duque y su cuello que había vuelto abrazar y al notar la mirada fija en ella, se alejo un poco de el y le pidió disculpas con la cabeza agachada, porque la vergüenza no le permitía verlo a los ojos.

Los sirvientes se habían quedado pasmados, pero en una mirada rápida con el asistente del duque todos se retiraron y dejaron al matrimonio solo.

Era la primera vez en más de 3 años que los duques tenían una cercanía de este tipo todos estaban al tanto de que la duquesa despreciaba a su señor y nunca había intimado con él.

El duque estaba más que sorprendido nunca pensó ni ver ni escuchar algo como eso de su esposa aún cuando la amaba tanto jamás pensó en una cercanía como esa.