La Villana Cambiará Su Destino.

Dos días después del incidente, le llego a Gilbert una carta de disculpas del archiduque Sander, pidiendo disculpas por el comportamiento de su hija hacía la duquesa Astley, por supuesto, el menciona que es culpa de su nuera, por mimar tanto a la joven, pero ya les ha impuesto un castigo y espera que entre ellos, siga habiendo el mismo trato de cortesía y respeto. Ante esto, Gilbert escribe una carta de respuesta, donde menciona que espera que su nieta pueda disculparse también con Emma, puesto que es ella la afectada y le asegura al archiduque Sander que todo seguirá bien entre ellos.

— al menos no es ella quien causo problemas.— se dice así mismo.

Aún recuerdo lo que sucedió hace dos días, estaba realmente sorprendido, por un momento se preocupo, pensando que Emma podría haber resultado herida, si bien en esos años que llevan juntos, ella le ha sido indiferente, no significa que él no se preocupe por si bienestar, pero vaya sorpresa fue llegar a la joyería y ver a todos esos escoltas de rodillas y golpeados, incluso las jóvenes que molestaron a Emma no se salvaron de la golpiza.

Ese día terminó temprano sus deberes para dirigirse a la residencia del pequeño Lukas, al llegar las clases habían terminado y en la sala de juegos, Emma estaba con él, los dos estaban sentados en la alfombra y Emma sostenía un papel el cual doblaba de diversas formas hasta formar lo que parecía una figura, al parecer una rana, la cual dejo en el suelo y cuando el niño quiso agarrarla la figura salto repentinamente asustando al pequeño, pero cuando Emma se ríe, el pequeño Lukas la sigue. Las nanas también parecen contagiarse con las risas.

— madre es una genio, yo también quiero ser como usted.— menciona el pequeño.

Emma infla el pecho con orgullo.— algún día lograrás superarme, siempre y cuando sigas mis enseñanzas.—

— por lo visto se divierten.— habla Gilbert.

Las nanas enseguida hacen una reverencia, incluso el pequeño se pone de pie haciendo una reverencia.

— saludos duque, espero este teniendo un buen día.— menciona algo nervioso.

Emma solo mira a Gilbert y gira los ojos con fastidio. Para después sostener al pequeño y sentarlo en su regazo, pero le cubre las orejas con las manos.

— creo que son demasiadas formalidades para un niño, quien se supone es tu hijo.— le reclama a Gilbert.

— es así como suelen saludar los hijos a sus padres.— responde Gilbert.

— a otros si, a sus padres, ¿por qué?, nisiquiera le permites llamarte papá, debería darte vergüenza, dicen que yo era la mala, pero no es como el du-que, fuera un buen padre.— le reclama.

— mi padre me educó de esa manera, jamás lo vi extraño.— responde.

— pues tu padre era un idiota.— chasquea la lengua.— esta bien que los hijos respeten a sus padres, pero no estamos en la milicia, no es un soldado, es tu hijo.— le regaña.

Gilbert estaba pasmado por las palabras de Emma, en especial porque llamo, "idiota", al anterior duque, incluso las nanas parecían asustadas ante las palabras de Emma.

— ten más respeto por mi padre, no puedes solo habla cuando no sabes nada de...—

— es verdad que no se, pero no me retracto de mis palabras, no repitas lo que tu padre hizo contigo y dale una buena infancia a este niño, quizás nosotros no tengamos remedio, pero no tenemos porque someter a nuestro hijo al mismo infierno.— digo esto, aparta las manos de las orejas del niño.

Lukas se había quedado quiero, y solo se sostiene de la ropa de Emma cuando ella lo abraza para ponerse de pie, no escucho nada, pero por la expresión de sus padres, parece que han discutido. Gilbert se había quedado en silencio y Emma se acerca pasándole al pequeño en brazos.

— escucha Lukas, de ahora en adelante, lo llamarás papá, no es necesario hacerle una reverencia, pero recuerda siempre darle los buenos días, tardes o noches, ¿si?—

El pequeño voltea hacía el duque, quien se veía sería y el pequeño, pese a estar en sus brazos se encoge de hombros algo temeroso.

— papá no se enoja, está de acuerdo, ¿cierto?— Emma con severidad a Gilbert.

Gilbert mira al niño, quien lo observa algo temeroso, así que suaviza su expresión y muestra una leve sonrisa.

— ella dice la verdad, puedes llamarme papá, ¿de acuerdo?.— responde.

Es así como Gilbert ve como los ojos de su hijo se ilumina y una gran sonrisa se deja ver en su rostro.

— esta bien, papá.—

Y así, el duque puede escuchar la risa de su hijo y siente como se abraza a su cuello, lo cual le hace sentir una calidez que nunca antes había sentido, incluso mantiene una amplia sonrisa, tal parece que Emma tiene razón, no necesita repetir el como su padre lo educó a él, porque con el tiempo, Lukas podría crecer con resentimiento, tal como él y sus hermanos lo hicieron. Gilbert mira a Emma, quien le hace una seña levantando el pulgar en señal de aprobación.

— abrazo familiar.— grita Emma.

Se acerca a Ambos abrazándose a la cintura del duque y aprieta un poco con el niño en brazos de Gilbert quien siente como es apretado por ambos, Gilbert solo se ha quedado quito por la sorpresa, pero el niño ríe al sentir que Emma frota sus mejillas con las de él y para Gilbert, era una sensación extraña, pero cálida.

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Esa noche, Gilbert estaba de pie ante su ventana, observando la tranquilidad de la noche, aunque a su mente le regresa aquel momento en el que Emma lo abrazo y en como el pequeño reía al estar atrapado entre ambos.

Gilbert cierra los ojos, esperando que Emma jamás regrese a ser como era antes y que siga siendo como ahora, porque ese cambio, esta causando algo positivo en sus vidas. Repentinamente abre los ojos, notando un movimiento entre los árboles del bosque que esta tras el jardín, había una sensación extraña, y no estaba equivocado, del bosque ve salir una especie de bestias similar a los lobos, estos corren hacía la mansión y aunque hay guardias que se disponen a pelear con ellos, uno de ellos logra treparse por las paredes de la mansión, Gilbert enseguida nota que se dirige hacía la zona donde se queda Emma. Rápidamente toma su espada y sale corriendo de la habitación mientras avisa al mayordomo del ataque de demonios salvajes, para que todos los guardias salgan a repeler el ataque y las doncellas y sirvientes se pongan a salvo.

— Ralph, ve por Lukas.— ordena.

La zona donde descansa el pequeño esta protegido por guardias élite, pero no descarta que puedan intentar entrar, pero por ahora, quien esta en peligro es Emma. Después de correr hasta la residencia, escucha los gritos de las doncellas, algunas salen corriendo.

— señor, un de-demonio...la duquesa...— la chica no pudo decir más y corre.

Gilbert se apresura a la habitación de Emma, al entrar, Anne se había desmayado, al parecer la bestia la tiro contra la pared y Emma, tenía en sus manos una silla de madera, con la cual detenía las garras de la bestia que intenta también morder. Gilbert lanza una bola de fuego contra la bestia y esta retrocede. Emma da unos pasos hacía Gilbert.

—¿que carajos es esa cosa?.— grita.

— un demonio salvaje. Mantente atrás.— le pide.

Gilbert da unos pasos para estar delante de Emma y la bestia ya se preparaba para atacar de nuevo, pero pronto llega otra, ambas dejan ver sus enormes dientes mientras gruñen. Emma solo arrastra a Anne fuera de la habitación, mientras Gilbert pelea contra esas cosas, no creyó que vería demonios tan pronto. Así que busca por los pasillos, esta segura que haber visto algún adorno con espadas, aunque no sabe si son reales, pero ve venir a los guardias, así que les pide que se lleven a Anne.

— señora, venga, la llevaremos a la zona segura.— le pide un guardia.

—¿que?, ¿y perderme de la diversión?, nunca mate un demonio, quiero intentarlo.—

Los guardias no comprenden, pero Emma aprovecha y le quita su espada a uno de ellos para correr hacía la habitación donde Gilbert pelea con las bestias.

...