El Alfa Enamoró Al Amigo Del Protagonista

POV Jacob

El sol apenas se asomaba por el horizonte cuando entré en mi oficina. Había llegado temprano, decidido a adelantar trabajo y evitar la distracción constante que Edric representaba, sin embargo, al abrir la puerta, me encontré una sorpresa inesperada.

Un enorme ramo de flores, con colores vibrantes y una mezcla de aromas embriagadores, ocupaba casi toda mi mesa de trabajo. Me quedé sin palabras, mis ojos recorriendo la extravagante exhibición. Junto al ramo, había una pequeña tarjeta con una caligrafía elegante.

“Para Jacob, porque desde que está en mi vida, esta es un poco más colorida. -Edric” Decía la tarjeta.

Sentí un calor subir por mi cuello y enrojecer mis mejillas. La audacia de Edric no conocía límites. Tomé la tarjeta, leyendo y releyendo las palabras, mientras mi mente se debatía entre la irritación y una innegable sensación de halago.

No pasó mucho tiempo antes de que mis colegas comenzaran a llegar. Las miradas curiosas y los murmullos no se hicieron esperar. Todos querían saber quién había enviado semejante ramo y por qué.

-¡Vaya, Jacob!¿Quién es tu admirador secreto?- Preguntó Lisa, una de mis compañeras de trabajo, con una sonrisa traviesa.

-Solo alguien que no entiende el concepto de espacio personal.- Respondí, intentando mantener la compostura mientras mi corazón latía con fuerza.

A media mañana, mientras intentaba concentrarme en mi trabajo, mi teléfono vibró con un mensaje de un número desconocido, pero de inmediato supe de quién se trataba.

“Espero que te hayan gustado las flores” decía el mensaje.

Fruncí el ceño. No recordaba haberle dado mi número a Edric y definitivamente no le había dicho dónde trabajaba. Decidido a obtener respuestas, le respondí de inmediato.

“¿Cómo conseguiste mi número y sabes dónde trabajo?” escribí.

La respuesta no tardó en llegar.

“Se lo pedí a Alexander. Espero que no te moleste. Quiero verte hoy, pasaré por ti a mediodía para almorzar.”.

Solté un suspiró, sintiendo una mezcla de irritación y curiosidad. La persistencia de Edric era a la vez exasperante y fascinante. No podía negar que había algo en esa actitud segura y desenfadada que me atraía, pero también estaba decidido a mantener cierta distancia.

Finalmente, llego el mediodía. Me encontraba en la recepción cuando la puerta principal se abrió y Edric apareció, impecablemente vestido y con su característica sonrisa seductora.

-Hola, Jacob.- Saludó Edric, con una familiaridad desarmante, acercándose y dándome un beso en la mejilla.

Sentí que mis mejillas se ruborizaban al contacto, una reacción que Edric no dejó pasar desapercibida. Sin esperar una invitación, Edric me tomó suavemente por la cintura, guiándome a la salida.

El almuerzo transcurrió entre conversaciones animadas y platos exquisitos, y antes de que pudiera darme cuenta, era hora de regresar al trabajo. Edric me acompañó de vuelta a la oficina, su presencia dominante y su encanto persistente llenando el espacio entre nosotros.

Al llegar a la entrada del edificio, Edric detuvo su paso y se volvió hacia mí con una sonrisa traviesa. Sin previo aviso, se inclinó y plantó un beso rápido en mis labios, ignorando por completo las miradas curiosas que se volvían hacia nosotros.

Me quedé paralizado por un momento, sorprendido por la audacia de Edric. Mi mente se debatía entre el recelo y el fastidio por la fata de consideración de Edric hacia mi privacidad, y el encanto irresistible de ese gesto inesperado.

-Nos vemos pronto, Jacob.- Dijo Edric con una sonrisa juguetona, antes de darse media vuelta y alejarse con la misma confianza con la que había llegado

Me quedé allí, mirando fijamente la figura de Edric alejándose, mi corazón latiendo con fuerza n mi pecho. Por un momento, me sentí molesto por la descarada exhibición de afecto en público, pero en lo más profundo de mi ser, también me encontré secretamente encantado por la atención de Edric.