Pedro es un Exmilitar que debido a una lesión se vio obligado a retirarse, siendo un adicto a la adrenalina en su retiro decide fundar una academia de deportes extremos.
Un día un accidente termino con su vida y cuando cree que es su fin termina el reencarna en el cuerpo de una chica, pero no de una cualquiera sino de la emperatriz del imperio de Arrosa, una chica mimada que está destinada a morir, y ¿Cómo sabe eso?, es porque dicha emperatriz es un personaje relleno en la novela favorita de su hermana.
Pero Carlos no está dispuesto a morir de nuevo por lo que hará lo necesario para sobrevivir.
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Capítulo 7
DANNA
Sin que ellos se lo esperen parteo a uno en sus partes nobles y antes de que caiga al suelo tomo su espada y con ella le apunto a su compañero, y debo de decirlo la espada pesa un montón, pero no pienso mostrar debilidad ante estos dos idiotas, pero esto solo me deja más claro que debo entrenar este cuerpo.
- Lo diré de nuevo, quiero ver al emperador – les digo, y aunque ahora sea una chica linda, sé que puedo dar miedo si me lo propongo
Veo como el guardia que aún está de pie traga grueso se quita para dejarme pasar.
- Gracias – les dije con una sonrisa que pretendía ser dulce, pero por su cara creo que no me salió
Toque la puerta y el estúpido del asistente del emperador abrió y al verme puso cara como de haber olido mierda.
- Acaso apestas tanto que ni tu soportas tu olor – le digo y veo como le sorprende mi contestación
- Tu mal… - empieza a decir
- Jenaro – oigo como grita el emperador quien se ha levantado de su escritorio y camina hacia nosotros y veo que no está nada contento – retírate – le dice y este se va muy enojado, yo al verlo le saco la lengua, lo sé muy infantil, pero de algo me debe servir tener 18 años nuevamente
- Y tú, no tenías que decirle eso – me dice cuando su secretario ya se fue
- Pues si no pusiera cara de haber comido caca cada vez que me ve, podría ser más amable con él – le contesto
El parece meditar mis palabras y luego solo asiente y se va a sentar de vuelta a su escritorio.
- Y ¿Por qué querías verme?, ¿tuviste algún problema con los deberes de la emperatriz? – me pregunta
- No para nada, todo bien y no gracias al incompetente que tienes como secretario el cual me dejo y se fue – le dije, pude ver la duda en sus ojos, seguramente en estúpido eso le dijo otra cosa – bueno no me crea, eso no es por lo que vine, vine a verlo porque tengo hambre y no sé cómo llegar ni al comedor ni a la cocina – le digo
- Y por qué no le dijiste a alguien que te llevar algo de comer – me dice
- Lo hubiera hecho pero en el estudio de la emperatriz y sus alrededores no hay nadie – le dije
- ¿Cómo es posible? – me dice muy enojado
- Y yo que voy a saber, desperté hace unas horas – le dije
Veo como me analiza, seguramente para decidir si creerme o no, después de unos segundos se decide
- Enzo – oigo que llama el emperador y entra el guardia al que le di la patada y este al verme se pone pálido, creo que teme que le haya dicho al emperador el pequeño altercado que tuvimos hace un momento, pero no pienso mencionarlo, yo se librar mis propias batallas – ve a buscar a Ruby, necesito hablar con ella
El tal Enzo solo asiente y se retira, pero puedo ver como el alivio cruza su rostro al darse cuenta que no dije nada.
- ¿te hizo algo? – me pregunta
- ¿quien?
- Enzo, su cara al verte me lo dice, así que ¿Qué te hizo? – me dice, cambiando la pregunta
- Nada que no pueda resolver por mí misma – le contesto, el solo levanta una ceja pero no indaga más en el asunto
Después de lo que parece una eternidad seguramente apenas fueron un par de minutos, pero con el hambre que tengo me parecieron horas, llega Enzo acompañado de la tal Ruby
- Me buscaba majestad – dice haciendo una reverencia, pero al verme solo hace una mueca y no me saluda, algo que claramente no pasa desapercibido por el Emperador
- Estas despedida, recoge tus cosas – le dice
- Pero su majestad – dice la mujer, pero no pude decir más porque el emperador le lanza una de esas miradas que te dejan temblando de miedo
- Te mande a llamar creyendo que tal vez no estabas enterada de la reciente recuperación de la emperatriz, y que por esa razón no había personal en su zona de trabajo, pero tu cara me lo ha dicho todo, Danna Woz es mi esposa y por ende su emperatriz y se merece el mismo respeto que yo, y si no eres capaza de hacerlo no te necesitó, guardias llévensela – dice, y yo solo veo que la mujer llora, es algo mayor debe tener como 40 años y por como llora sé que necesita el trabajo
- Espere, ni se te ocurra sacarla, el respeto no se da, se gana y yo soy plenamente que si me gane algo del personal de este palacio no fue su respeto y lo acepto, no tiene que despedirla por seguir sus principios, además técnicamente no me hizo nada, solo no estuvo atenta de mí, que crimen seguro tiene mejores cosas que hacer, además ya estoy grandecita como para cuidarme sola – le dije
- Su trabajo es que ni a ti ni a mi nos falte nada – me dice
- Pues que vaya hacer su trabajo entonces, Ruby ¿verdad? – le pregunto a lo que ella asiente – tengo un hambre como de caballo podrías llevarme algo de comer a mi oficina, y que sea rápido muero de hambre y aquí don insensible mas que no hace nada por alimentarme – le dije señalando al emperador
La mujer miro al emperador y al ver que este asintió empezó a llorar más fuerte.
- Gracias mi emperatriz, Gracias, en un momento le llevo su comida – dijo para salir corriendo del lugar
- Bueno todo resuelto, ahora me voy, no quiero que mi comida se enfríe – dije y salí de allí, aun tenia trabajo que hacer.