Rindiendome A Tu Piel

Will dio la vuelta y se encontró que Lila y su primo Sebastian no se habían ido y presenciaron todo lo ocurrido.

—¡Will!.

exclamó Lila.

Will llamó a una de las meseras

—Esperame en el auto.

Dijo dirigiéndose a Alicia.

Ella se despidió de la pareja y se fue, ella estaba clara que era una recién llegada a la vida de ese hombre, y entendía muy bien que este mundo en el que estaban envueltos es muy delicado y te enreda en muchos callejones sin salida. Así que se dejó guiar por la chica y le dio su espacio a los amigos.

Will miró con ganas de asesinar a Lila y dijo:

 —Cállate, no me jodas, no estoy para tus chistecitos.

Lila se carcajeó y dijo.

—Pero qué mal humor te cargas. ¿Te imaginas todo lo que ese hombre le hará a Vannesa después de esa cita?

Will bufó obstinado de todo, por toda la sal que le echaban a la herida y que él también se imagino mucho de lo que ella decía.

Sebastian se divertía por la idiotez de su primo y decidió echar leña al fuego y preguntó:

—¿hermano, cómo crees que la va a amarrar o cuántos orgasmos crees que tendrá? ¿Crees que gritara su nombre o si hará que ella se enamore de él? ¿Tú qué opinas?

Will no aguantó más y salió de allí como el mismo diablo se montó en su auto y arrancó con todo lo que daba el motor.

Alicia observo su frustración.

—¿No vas a preguntar lo que ocurre?

Preguntó dirigiéndose a Alicia.

—¡No!, yo soy una recién llegada a tu vida y también tengo mis problemas como para agobiarme con los tuyos.

Dijo Alicia desinteresada.

Will dio una sonrisa sarcástica, al parecer el dia de hoy su vida lo odiaba mas que nunca.

Cuando tenía un rato manejando, no lograba tranquilizarse, y al final se estacionó frustrado y enojado con él mismo.

Alicia le dio su dirección con una calma única. Él condujo y la llevó a su casa.

—Cuando la vida no esté en tu contra sabes donde encontrarme.

Dijo Alicia saliendo del auto entrando a un edificio.

Will arrancó y a cierta distancia se detuvo y de la misma inconformidad arremetió contra el volante dándole golpes de la irritación, empezó a recordar cómo llegó Vannesa a su vida y de qué manera se quebró todo y ahí se dijo: "¡no puedo dejarla con otro!" Sonaba egoísta, pero no podía, ¡eso no iba a pasar!

Respiro profundamente y decidido encendió el auto y se dirigió al apartamento de Vannesa. Al llegar, se estacionó un poco alejado de la entrada a esperar que ella llegara.

Mientras tanto, Vannesa se encontraba nerviosa en otro edificio cerca del de ella, viendo la llegada de will.

Dalís que se encontraba al lado de ella, se reía, sabía que su hijo estaba loco por esa mujer, aunque no lo dijera.

Vannesa la miró y preguntó.

—¿Dalís ahora qué hacemos?

Dalís sonrió, la miró y respondió tranquilamente:

—Esperaremos a ver qué va a hacer el cabeza hueca de mi hijo.

Cuando habían pasado dos horas y se cansaron de hablar, reír y beber los tres, Dalís dijo a Vannesa.

—Es hora de que Kiam te lleve a casa.

El apartamento en donde se encontraban lo había alquilado Dalis, puesto que era la mente maestra en toda esta Hazaña.

Vannesa y Kiam salieron del apartamento, subieron al auto y salieron del edificio hacia la parte de atrás, dieron una vuelta y llegaron al frente del edificio de Vannesa.

Will que esperaba impacientemente muerto de celos sin saber por qué tardaban tanto, su desespero era notorio. Cuando los vio llegar, se acomodó en su asiento y vio cómo Kiam descendió del auto, y dio la vuelta rodeando el auto, como todo un caballero que le abrió la puerta a Vannesa.

Antes de que se fuera a llevar a Vannesa adentro, Will se bajó del auto y cruzó la calle con pasos apresurados y llegó a ellos y dijo

—Buenas noches.

Vannesa y Kiam voltearon y lo quedaron viendo asombrados, ya que no pensaron que llegara a tanto y se les acercará.

Will sin darles tiempo de reaccionar, ¿por qué sabía cómo era Vannesa habló y dijo?

—Vannesa tenemos que hablar.

La agarró y la cargó en su hombro y miró al hombre y le dijo:

—Adiós, gracias por traer a mi mujer, te quiero lejos de ella.

Kiam fue a refutar sus palabras, cuando Will dio media vuelta sin mirarlo entrando al edificio, mientras Vannesa lo golpeaba y le gritó de todo lo que se le ocurrió, menos algo bonito.

Kiam se echó a reír y se subió en su auto y se marchó, ya su trabajo estaba hecho.

Will, cuando llegó al ascensor, quiso bajarla, pero ella lo mordió en la espalda, causando que él se enojara y le propinaron dos marcadas nalgadas, acción que la hizo gritar.

Cuando bajaron del ascensor y llegaron a la puerta del apartamento, Will volteó de espalda a la puerta y le dijo a Vannesa

—Coloca la huella.

Ella, rabiosa, le dijo que no y él la volvió a nalguear.

Ya, Vannesa loca por qué la bajará, colocó la huella y abrió.

Will entró al apartamento con ella, aún cargada en sus hombros. El interior era muy cómodo, pues él se lo había regalado. Cuando la bajó, ella de inmediato lo cacheteó y él la besó salvajemente, dejándola sin aliento.

 Will se alejó y Vannesa muy enojada por sus acciones, enseguida empezó a reclamar.

—¿Por qué tienes que ser tan animal? Eres un bestia, egoísta. ¿Qué te crees? Ni estás conmigo, ni dejas que haga mi vida… Vives en el trauma de lo que me hizo tu padre, no quieres entender que no fuiste tú y que no puedes cargar culpas que no son tuyas. ¡Yo ya lo superé! Tomé la decisión de seguir adelante, me cansé de luchar sola, me cansé de esperarte. Quiero hacer mi vida, quiero ser feliz, ¿por qué no me dejas en paz? Por primera vez en la vida quiero seguir sin ti.

Dijo Vannesa soltando un gran suspiró de cansancio.

Will la observó de pies a cabeza, ella cargaba puesto un vestido rojo ajustado a su cuerpo con una perfecta V en su pecho que marcaba su escote y de largo un poco más arriba de la rodilla.

 Escucho cada palabra que ella gritaba, sus palabras eran como puñaladas directas a su corazón, no podía soportar más lo que escuchaba, sentía celos, dolor. Las palabras no le salían, volvió a acercarse a ella y la tomó. Esta vez con dolor, furia, quería demostrar con sus hechos lo que realmente sentía, lo que con palabras no lograba decir, simplemente porque no salían, quería olvidar todo y solo amar ¿porque solo no podía amarla? El mismo lo quería descubrir.

La besó con todo el amor y dolor que sentía, poco a poco ella correspondió, sabía que él tenía una lucha interna en estos momentos con sus oscuros demonios.

El beso fue fluyendo y se dejaron llevar, puesto él sabía que esa mujer era su oscuro deseo. Para Will era una de sus joyas más preciada, pero ella no quería eso, Vannesa quería todo aquello que él hacía con otras mujeres y se iba a permitir todo aquello que le quisiera dar por esa noche, quería ser la sumisa, la mujer perfecta, a ver si de ese modo no la soltaba nunca.