Atada A Tu Pasión

...Forever after all—Luke Combs....

Han pasado tan solo 3 días del sepelio de mi querido abuelo, he estado aquí en casa y mis ánimos siguen por el suelo, creo que mañana iré a trabajar, no puedo seguir aquí encerrada o me volveré loca y me secaré de tanto llorar.

He llorado por su partida, por lo que pase, por mis desgracias, por todo, aquellos sentimientos tormentosos se han removido, han salido a flote cuando pensé que lo tenía controlado, pero después de las palabras de mi abuela ha sido imposible controlar todas mis emociones.

¿Cuándo se deja de llorar? ¿cuándo comienza la sanación? ¿cuándo podré darle tranquilidad a mi corazón? He vuelto a mi punto de partida, ahora mismo siento que no avancé nada.

Decido dejarle un mensaje a mi terapeuta, ella es la ideal para llevarme de nuevo al camino, porque las cosas resultan mejor desde otro punto de vista que te da alguien que está fuera de tu entorno.

...

Me coloco la ropa adecuada para ir a trabajar, no puedo seguir aquí.

La vida continúa y yo misma me estoy acabando, no puedo seguir así, ya no más, ya no soporto sentirme así.

Tengo que concentrarme en mi felicidad, en lo que yo deseo, en lo que yo quiero, solamente importo yo y nadie más.

Me maquillo ligero y tomo mi bolso con las llaves del departamento y salgo. La vida me ha dado duras lecciones, me ha enseñado mucho, pero estoy aquí, estoy viva y debo valorar un poquito más.

Llego a mi destino más rápido de lo que me imaginé y entro a la empresa, muchos se quedan sorprendidos al verme, no esperaban que regresara tan pronto.

Mi abuelo no quería esto para mí, estoy segura de ello.

—Buen día Leila— saludo.

—¡Ainara!— exclama sorprendida colocándose de pie— No pensé que regresarías tan pronto— dice acercándose a mí— Lamento lo de tu abuelo— me abraza.

—Gracias Leila— sonrío de lado— sabes que me gusta mi trabajo y ya no podía seguir encerrada en casa— digo siendo realista— Ahora, ¡cuéntame! Necesito ponerme al corriente con la agenda del jefe— pido entrando a mi pequeño cubículo.

—En seguida te mando todo al correo Aina— dice y sale.

Extrañe el lugar, mi trabajo me gusta mucho, sobre todo hablar varios idiomas, mi mejor decisión sin duda alguna,

—Aina, el señor quiere verte— me informa y sin responderle salgo de mi cubículo.

—Permiso— digo abriendo la puerta.

—Pasa Nara— pide— me sorprende tenerte de vuelta tan rápido— dice realmente sorprendido— ¿está segura de estar aquí?— pregunta.

—Si Joseph, trabajar me ayudara a distraerme— aseguro—gracias por preguntar— sonrío de boca cerrada.

—No te preocupes, eres mi amiga— dice— ahora bien, me imagino que ya la señorita Smith la ha puesto al corriente con todo— me mira y asiento— bien, entonces los documentos que tengo que firmar los quiero aquí a las 2 de la tarde— pide.

—Los tendré para antes de las 2 señor, ya los tengo casi listo—aclaro.

—No tengo problema, si los tienes para antes, mejor— asiente—puedes retirarte— pide.

Asiento y salgo sin decir palabra alguna, la mañana ha sido muy productiva, porque he podido adelantar mucho trabajo.

Recibo otros documentos, hago mi trabajo y al finalizar llevo todo a la oficina del jefe para que los firme todo, ha estado de un humor increíble, ¿será que consiguió novia? Porque vivía de mal humor, estuve a punto de buscarle una para que no pagara su mal humor conmigo.

—Buenas tardes señorita Young— escucho la voz de él.

—Buenas tardes señor Johnson— saludo.

—Me alegra verla de regreso— comenta y asiento.

—Me hacía falta trabajar— digo terminando de recoger las carpetas— señor Mundaray si es todo por hoy, me retiro— me dirijo a mi jefe.

—¡Claro que sí! Vaya con cuidado señorita Young— dice.

—Que tengan buena noche— me despido y salgo de la oficina.

Respiro profundo, ¡qué hombre! es tan hermoso, jamás pensé toparme con un hombre así, aún no consigo las palabras para describir todo lo que mi ser siente con tan solo verlo.

Recojo mis pertenencias y salgo de mi cubículo encontrándome nuevamente a James, pero este venía a mi oficina, ¿que querrá?.

—Señorita Young, no sé si sea muy atrevido de mi parte, pero, ¿me aceptaría una invitación a cenar?—dice dejándome fría como el hielo, totalmente en shock.

—¡Oh!— susurro aún sorprendida— señor Johnson, ¿a qué se debe su invitación?— pregunto.

—Señorita Young, me intriga— responde y asiento.

—Está bien señor Jonhson, acepto su invitación— digo sin poder negarme.

Ahora, tengo que ver cómo diablos hago para no morir de los nervios delante de él y mucho menos demostrarle que él también me intriga y provoca en mi tantas cosas inexplicables.

Abre la puerta del copiloto para mí y sonrío de boca cerrada, sé que es un caballero, porque se le nota, pero también debe ser medio amargado, siempre tiene el ceño fruncido y parece que todo el tiempo está de mal humor.

Es amigo de Joseph no puedo esperar lo contrario.

—¿Te gustan los mariscos, camarones y todo aquello que tenga que ver con pescados?— pregunta con la vista fija en la carretera.

—Si, los camarones me encantan— respondo siendo honesta.

El ambiente en el auto es muy agradable, el silencio me hace sentir cómoda, me podría haber imaginado cualquier cosa, menos que estando aquí me sentiría tan cómoda, bastante extraño, pero, ¿que puedo esperar? El hombre parece que confía mucho en si mismo, demasiado masculino para ser real.

Llegamos a un lindo restaurante donde sirven todo tipo de mariscos y pescados, mi boca se hace agua en seguida de solo imaginarme un buen plato de camarones frente a mi.

Ésta vez el balet parking abre la puerta y me ayuda a bajar del auto, él llega a mi lado y entramos al lugar, hay pocos comensales, pero el lugar a simple vista se ve muy acogedor.

No sé con qué fin estamos aquí, sé que acepte por pura curiosidad, el hombre me atrae, es guapo, pero no conozco nada de él y él no conoce nada de mi.

Espero que al final de la noche pueda saber con qué intenciones me invitó a cenar cuando soy solo una empleada y perfecta desconocida para él.