Karen Wilson, era una esposa amable, cariñosa y muy atenta con todos, ella pensaba que tenía todo hasta que su prima Samanta la engaño para poder así lograr separarla de su flamante esposo.
Sebastian Meló un hombre rico y poderoso es engañado también por Samanta y con eso ella logró llegar a ser la amante del esposo de su prima a la que envidia y odia.
Karen por decepción y para poder darle una buena vida a su hijo, decide volver a trabajar para mantener a su hijo, aún cuando eso le lleve a meter a su ex esposo y a su amante a la cárcel, Karen Wilson hará lo que sea necesario para no volver a ser pisoteada por su esposo, aún cuando ella lo ame no le pasara una infidelidad más. Ahora ella cuenta con el apoyo de Andrew Lezama, el mejor abogado, hijo de una de las mejores familias, además es guapo él la ama y no dejará que nada malo le pase.
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Capítulo 7
Karen miró al que aún era su esposo y le devolvió la misma expresión de decepción y molestia.
¿Así que aún sigues aquí?
Preguntó Sebastian al estar frente a Karen.
¡Esta es mi casa, no veo el porqué deba dejar de vivir en ella!
Respondió Karen a su esposo, de forma firme, con una confianza en sí misma su mirada era neutral sin dejar salir ningún sentimiento hacia el al hablar.
Esto le causó desconcierto a Sebastian, puesto que el estaba muy acostumbrado a ver la como una mujer sumisa y la que nunca levantaba la voz ni mucho menos le había mirado de esa forma antes, como si el fuese un desconocido al que no quisiese volver a mirar jamás.
¡Es cierto que esta es tu casa, pero con el gran numerito que me montaste el día de hoy, creí que no tendrías cara para volver!
¡Pero mírate ahora, aquí estas como si no hubieses hecho nada!
Ja ja ja
¡Siempre has sido una descarada!
¡Parece que aún no acabó de convencerme, de que tipo de mujer tengo!
Se burlo Sebastian, sentándose en uno de los sillones de la enorme sala, a la vez que se quitaba la corbata.
Ja ja ja
Karen dejo salir una leve risa divertida, haciendo movimientos lentos con su cabeza de un lado para otro, en su interior no daba crédito de lo que le había dicho. ¡Ahora el no solo la culpaba, si no también la insultaba!
¿Como era posible que este hombre fuese tan ruin?
Pensó Karen, sin querer escucharle decir más insultos por parte del hombre que debería protegerla, se dio la vuelta para comenzar a caminar rumbo las escaleras, Sebastian sintió un enorme huracán de emociones dentro de él.
Sentimientos cruzados, odio amor.
¿Como podía el seguir amando a la mujer que le engaño y lo destruyó por dentro?
Sin pensarlo, Sebastian se dejó llevar por todo ese resentimiento que sentía por ella, se puso de pie para ir hasta donde ella estaba, antes que Karen subiera por las escaleras, la tomó del brazo dandole un fuerte jalón, esto hizo que ella diera un grito de dolor.
Sebastian la soltó de inmediato al escuchar la quejar, que aún cuando el no podía olvidar su engaño, no deseaba hacerle daño, lo único que Sebastian buscaba era que Karen se fuera de su lado, que lo abandonase sin sentir compasión por el por no amarlo como el la amaba, que ella fuese feliz no importando que fuera lejos con su amante de años.
Cuando Sebastian la soltó, Karen miró su muñeca y vio las marcas que habían dejado los dedos de Sebastian sin decir nada siguió su camino más rápido, hasta que llegó a su habitación, le puso el seguro a la puerta y se metió en el baño ahí se quedó un largo rato en la tina, tratando de olvidar los buenos momentos vividos al lado del hombre que ahora parecía un desconocido para ella, al sentir por fin el cansancio salió del baño para ir directo a la cama y así tratar de dormir y poder dejar de pensar en el y en todo el sufrimiento que Sebastian la hacía pasar.
A la mañana siguiente Karen fue directo a la habitación de su pequeño, sin esperarlo se encontró parado ahí a la mitad de la habitación, a Sebastian cargando al pequeño Johan, luciendo tan apuesto con ese traje azul oscuro, Karen al verlo se puso nerviosa y trato de ocultarlo, le preguntó sin mirarle.
¿Que haces tu aquí?
Sebastian sintió como espinas en el corazón, que le recordaba con su pregunta que el no tenía derecho.
¡Vengo a ver a mi hijo!
Ja ja ja
¡Bueno eso es lo que dice su acta de nacimiento!
¿Por qué es mi hijo, no es así?
Karen no soporto que Sebastian ahora quisiera dudar hasta de su propio hijo, miró a Sebastian con incredulidad, sin dejar de verle a los ojos, se acercó le quito de sus brazos al pequeño, ahí fue donde ella por fin habló.
¡Sí que Johan es hijo tuyo!
¡Es tu hijo, no sólo lo dice un papel!
Sebastian no le respondió nada solo le dio un beso en la frente al hermoso pequeño, que para Sebastian era igual a su esposa, como no amarle, salió de la habitación dejando al niño con su madre, no quería estar más ahí.