" Una Gorda Con Curvas Perfectas" Parte 2.

Narra Aldair.........

2 semanas después..........

Una hermosa mansión, veo a mi pequeño correr por todo el jardín, justo a un lado de el está la piscina, me encuentro de pie admirando la inmensidad de esta misma.

Pienso en la estupidez que cometí hace un par de semanas, arisbeth no merecía que le hablara de esa manera, el del problema en realidad es Héctor, el siempre busca la primera oportunidad para aprovecharse de todas las mujeres de la empresa. El es el hijo de mi tía Luisa Fernanda, el último de ellos, el más pequeño, aún tiene 25 años y sinceramente el motivo de que esté en mi empresa es mi padre, el fue siempre muy rebelde y con muy poco futuro, mi padre como siempre quiso hacer posible su unión a la familia, así que le permitió vivir con ellos, aunque en realidad es como que no esté, nunca está en casa y prácticamente no se sabe nada de su vida, pero eso no significa que puede venir a querer enamorar a Arisbeth.

Salgo un poco de mis pensamientos, al recordar que hoy es domingo, es el único día que tengo libre de la semana, y no le agradecido a mi madre por ayudarme con la mansión.

Aldair: Bien, toma tu abrigo hijo, iremos a casa de los abuelos.

Mi hijo brinca de felicidad al saber que visitaremos a sus abuelos, pues el echo de saber que su abuela lo consentirá lo hace feliz.

Narra Arisbeth......

Mía: Es muy satisfactorio entablar una conversación con una persona que me entiende completamente.

Arisbeth: Así es Señora Maldonado, ese placer es correspondido.

Tomo mi taza de té, estoy a punto de beber de el, en cuanto un pequeño niño con piel muy clara y cabellos muy obscuros entra corriendo hacia la sala.

Eider: Abuelita linda, ya vine a que me quieras.

Mía: Mi pequeño tesoro, que felicidad es tenerte aquí.

Ella lo abraza de inmediato y lo llena de besos, el niño sonríe y puedo notar la felicidad en su rostro.

Mía: Perdón linda, el es mi pequeño nieto, Eider Maldonado, saluda a la señorita Bernard cariño.

Eider: Hola Señorita, soy Eider y me hace feliz conocerte.

Arisbeth: Que enorme gusto, eres un pequeño caballero.

Eider: Como mi papi, solo que el es un gran caballero.

Yo rio de la ternura, ni si quiera por un momento pasa por mi cabeza que el hombre que está a punto de entrar a la habitación, es el padre del pequeño encantó que está en los brazos de Mía.

Aldair: Buenas..... tardes.

El pausa un poco sus palabras y me mira muy extrañado.

Aldair: Señorita Bernard.

Arisbeth: Señor Maldonado.

Eider: Papi, conocí a la linda señorita.

Mi expresión cambia por completo, sin duda Aldair no tenía cara de tener una esposa y un hijo, pero por lo menos no solo era un hombre gruñón, ya que con su pequeño su expresión cambiaba por completo.

Mía: Lo siento Ari, te dejare un momento, iré a prepararle algo de beber a mi pequeño.

Arisbeth: Oh claro señora Maldonado, no ce preocupe.

Veo a Mía tomar de la mano al pequeño y alejarse de la sala, dejándome a solas con Aldair.

Aldair: Señorita Bernard.

Arisbeth: Oh no por favor, solo dime Arisbeth, no estamos en el trabajo.

Aldair: Bien, arisbeth, solo quería ofrecerte una disculpa, ese día no debí de hablarte de esa manera, desde luego habrás pensado que soy un patán.

Arisbeth: Lo que yo piense de usted es lo de menos Aldair, y efectivamente no debió hablarme de esa manera.

Aldair: Quise disculparme antes, pero me has evadido por completo.

Arisbeth: Y no es para menos, después de aquel mal momento. Pero acepto su disculpa, veo que en verdad siente arrepentimiento.

Aldair: Bien, no la interrumpo más, iré por mi hijo, así podrán continuar con su charla.

Arisbeth: No por favor, soy yo la que se retira, tu madre necesita disfrutar de su familia.

Yo me puse de pie de inmediato y tome mi bolso, el me detuvo del brazo y me acerco a el.

Aldair: Sería mucha molestia, saber dónde conociste a mi madre.

Arisbeth: Desde luego que es molestia, no tengo por qué explicarle nada.

Me solté de el y continúe caminando directo hacia la salida.

Narra Aldair.......

Odiaba mi manera de ser con ella, no podía evitar querer saber todo, me interesaba por completo lo que ella hiciera, verla partir y caminar de esa manera tan sensual, despertó en mi pensamientos, demasiado impuros para mi gusto.

Mía: Al parecer no se llevan muy bien.

La voz de mi madre me saco de mis pensamientos, dejando ver a su lado al pequeño Eider tomando un vaso de malteada.

Aldair: No es muy accesible.

Mia: Pareciera más que tú no lo eres, tal vez deberías ser un poco más sensible.

Sentí mi seño fruncir se automáticamente.

Aldair: Soy muy sensible, no pudiera serlo más.

Mía: Cariño, te conozco a la perfección, eres como tu padre.

En ese instante una voz familiar se escuchó justo detrás mío, gire a esa dirección y pude ver a mi padre caminando con la tableta en la mano.

Sergio: No, te equivocas, jamás fui tan serio como lo es el.

Al parecer eso era un pequeño complot entre ellos.

Sergio: Ella es el motivo de esa llamada anterior?.

Aldair: Porsupuesto que no. Eider es hora de partir.

Mi pequeño tenía la boca repleta de restos de malteada, mi madre se inclino hacia el y le limpio.

Mia: Puedes dejarlo hoy, es una exelente compañía.

No me hacía feliz alejarme de él, pero sabía que mi madre era la mejor cuidadora de todas, puesto que ella me había crecido.

Aldair: Bien, volveré más tarde por ti.

Le di un beso a mi madre y me despedí de mi padre para después salir y llevarme una irritante sorpresa.

Mi primo Héctor, se encontraba de pie justo a un lado del auto de Arisbeth, ellos platicaban y ella sonreía como si le agradará lo que el decía.