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Bailando Con El Peligro

Bailando Con El Peligro

Status: En proceso
Genre:Amor tras matrimonio / Intrigante / Mafia / Malentendidos / Traiciones y engaños / Reencuentro
Popularitas:627
Nilai: 5
nombre de autor: Hanna Touchi

Dentro de lo más profundo de esta sociedad, existen males que le hacen bien al mundo, sin embargo, su simple existencia envenena a todo el que la toca.

Mas allá de la vida cotidiana, este mundo consagra distintas plagas, una de ellas ha logrado atrapar a Killian Inagawa en una red de dulces mentiras superpuestas por ¿su prometida?

NovelToon tiene autorización de Hanna Touchi para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Ladrón que roba a ladrón

El cielo se empieza a oscurecer lentamente bajo nuestras cabezas, mientras que los últimos rayos del sol golpean directo a las ventanas de la mansión Konan.

Las bombas están listas para detonar y los hombres del clan Miwra aseguran el trato con los francotiradores, quienes hacen de la vista gorda durante el proceso de carga.

Desde una camioneta blindada, ubicada a unos metros de la mansión, el viejo se comunica con sus hombres, mientras que Brais y yo compartimos la información respectiva de la ubicación de los invitados.

–Todos están ubicados en el salón principal.

Anuncio, esperando las órdenes del jefe por el intercomunicador. “Detonen”, suelta sin repudio. La primera bomba provoca que una nube de polvo se extienda por los alrededores.

Por nuestra parte, nos infiltramos por la puerta principal en cuanto los vigilantes corren ante la señal de emergencia directo a la zona detonada. La segunda bomba provoca que el suelo se sacuda ligeramente.

El poder de esas bombas era espléndida y precisa, lo suficientemente fuerte como para derribar un espacio de manera controlada, sin hablar de la estructura de esta mansión.

Escalamos por los árboles hasta la ventana de la habitación, la cual da directo a un despacho. La voz de Brais atraviesa el intercomunicador y nos da vía libre para acceder por la ventana sin problemas.

–Vaya explosión, sí que los aturdió

La soltura del viejo contrastaba con mi actitud. Si bien no estaba nervioso, sí estaba extremadamente cauteloso. Rebusco por los alrededores el favor que le pedí a Iker y de la forma más ridícula lo diviso.

Allí, a la vista de todo el mundo estaba una espada de corte fino, aquella que me había sido entregada por Kendrik en un estuche negro. La luz del sol daba directo en su filo, lo que quiebra su dirección apuntando al fondo de la sala.

Saco mi arma, la cual contaba con un silenciador integrado. El sonido de la corredera llama la atención del viejo, quien saca su arma y me apunta con ella.

–Haz lo que te ordené.

Le indico a Brais por medio del intercomunicador, de tal forma que las cámaras que nos rodeaban se apagan inmediatamente. El viejo presiona el botón de su auricular, ordenándole a Brais restablecer el sistema de vigilancia, pero este no responde. La desesperación sobresale en su rostro, llenándome de satisfacción.

Intenta comunicarse con sus hombres, pero ninguno atiende a su llamado.

–¡¿Cómo hicieron para incomunicarme?! – Vocifera enfadado.

–No se le ha incomunicado, aún puede gritar por ayuda.

Le provoco, burlándome de él con una sonrisa. Desde que me entregó los comunicadores accedimos al sistema y nos apoderamos del control de estos, especialmente de el del viejo.

Apunta rápidamente su mira hacia mi cabeza, a lo que evito soltando mi arma e intentando desarmarle. La tarea se vuelve complicada. Entre los dos, Piero tenía mayor experiencia con las armas y el combate cuerpo a cuerpo, sin embargo, su desesperación por empujar lejos mi arma me permite hacerle caer.

–Hijo, no tienes forma de vencerme en una pelea cuerpo a cuerpo, sería mejor dejarte lisiado con un balazo en la columna.

Su respuesta me saca una sonrisa. La adrenalina recorre mi cuerpo y de alguna forma puedo sentir cómo mi mirada brilla ante la amenaza. Inmediatamente, logro ver cómo esto logra perturbarlo, por lo que con un manotazo y un golpe con la empuñadura de la pistola, me da directo en el rostro.

Su fuerza es extraordinaria considerando su edad. Con ese movimiento logró mandarme lejos y reventarme el labio. Para mi buena suerte el dolor es reemplazado por la sensación cálida de mi propia sangre brotando por mi hombro izquierdo.

El infeliz me había disparado en cuanto tuvo oportunidad. Pedo escuchar la voz llena de pánico de Brais por el comunicador, había olvidado desconectarnos por lo que los ruidos le habían asustado.

–No importa lo que escuches, no enciendas las cámaras.

Suelto, levantándome del suelo. Si había una forma de reducir esta desventaja era de velocidad, el viejo tenía una gran debilidad por la agilidad de los más jóvenes, aún más cuando se trataba de un combate con espadas.

Me muevo cautelosamente, retirándome el gabán negro y lanzándolo lejos. Estiro mi brazo derecho y tomo la espada. El golpe me había ayudado a alcanzarla sin tener que darle la espalda.

–Infeliz… Te crie como mi hijo, te di un hogar y una familia ¿y te atreves a meterte en mi camino?

Escupe con odio sin dejar de apuntarme con la pistola. Me limpio el labio ensangrentado y reubico mis costillas al rotar mis hombros hacia atrás.

–¿Criar?, ¿Su hijo? Usted no es mi padre, él murió hace veinte años, ¿es que acaso no lo recuerda? Bien dicen que a quien hierro mata a hierro muere.

–¿Es esto una venganza? Mi muerte no hará ninguna diferencia. Este mundo de mierda seguirá girando en la misma dirección que lo ha hecho antes de que yo llegase. Si fueras un poco más inteligente habrías desangrado al clan; esto es una mediocridad.

Sus palabras me dan risa. No es como que no lo hubiera pensado. Destruir su maldita pirámide era mi objetivo principal, pero de qué me servía mandarlos al diablo cuando muchos de sus “hombres” estaban allí por contratos, tal como Brais y muchos otros, no tenían a donde huir.

–No tengo necesidad de desangrar al clan Miwra cuando puedo tomar el poder.

Confieso, abalanzándome hacia él. El segundo disparo viaja rápidamente hacia mi pecho, pero a diferencia del primero, este logro bloquearlo con la espada, la cual vibra por el impacto. Dos. Cuento.

Me aparto a su costado izquierdo con una postura de ataque, aún era difícil alcanzarle. Vuelve a disparar, obligándome a lanzarme tras un sofá. Tres.

–Nadie permitirá que tomes el poder del clan, ni aunque logres matarme.

–Nadie se opondrá a la Durga y a los Konan – Le provoco, notando como la poca luz solar va desapareciendo.

El viejo medita mis palabras, pues le parece difícil de creer que mis alianzas hayan llegado hasta ese punto de alcance, de hecho, habría sido casi imposible para mí hacerme de una aliada con tal poder. Esto se lo debo a ella en su mayoría.

Las luces de la habitación se encienden lentamente en automático, sin embargo, no pasa ni un minuto cuando dejan de funcionar. Sabía del sistema de iluminación de la mansión, por lo que le ordené a Brais apagarlas.

A estas alturas los hombres de Piero empezarían a sospechar de lo que estaba ocurriendo en el despacho, así que debía moverme rápido. Sin una iluminación apropiada el viejo no podría ver con la misma habilidad que yo.

Me muevo directo a su espalda. En cuanto siente como algo en la habitación se mueve dispara a ciegas, permitiéndome deslizarme sin problemas. Cuatro.

–¿Te has quedado sin palabras?

Pregunto a unos pasos de él. Por lo que vuelve a disparar, dándole a uno de los focos de la pared.

–Cómo lo siento, pero no deberías destruir la única forma que tienes de ver.

–Hijo, puedo estar ciego, pero no sordo.

Aprieta el gatillo, esta vez apuntando sin errores a mi dirección. Para su mala suerte esto no le servía de nada.

–Cinco – Suelto en voz alta – Tiene la mala costumbre de cargar tan solo cinco balas en su arma.

Sin alargar más las cosas, me abalanzo y lo tomo por la espalda, posando la espada en su cuello.

–Creí haberle dicho que no era su hijo.

Suelto con enojo y lo degüello. Puedo sentir la sangre salpicar mi rostro y a su cuerpo perder la fuerza. Lo dejo caer y le solicito a Brais que encienda las luces del despacho nuevamente.

–Por favor tenga cuidado, aún quedan hombres que no fueron enfrentados por el clan Konan y parecen estar intentando acceder al despacho.

Informa. Ya sabía que no tenía demasiado tiempo, pero debía considerar que este bastardo era mejor que yo en combate. Agarro nuevamente la espada con fuerza y con un movimiento contundente tomo lo que necesito.

La sangre mancha por completo la camisa, sin hablar de mi propia sangre producto de la bala. Camino rápidamente, agarro el gabán y me lo cuelgo sobre los hombros, al menos de esta forma mi propia sangre estará oculta.

–Brais… – Le llamo, dudando por lo que voy a solicitar – Apártate de la pantalla y no mires las cámaras, ya me las arreglaré de aquí en adelante.

El joven acata la orden y yo salgo del despacho, atravieso el pasillo hasta encontrar el salón principal, donde tanto Laila como los diferentes clanes aliados esperaban por la respuesta ante las detonaciones.

Me acerco al altillo y me apoyo en el barandal. – ¡Pero que hermosa dama!

Vocifero, llamando la atención de los presentes, en especial la de Laila, a quien se le ve realmente sorprendida. Las personas contienen los gritos ante mi presencia, o debería decir, ante la del jefe Piero, pues colgando desde el altillo, bajo mi mano se encontraba la cabeza del viejo completamente despegada de su cuerpo.

–Como lo siento – Continúo, acercándome al estrado, donde Laila esperaba por mí – Mi aspecto no es el mejor ahora mismo, pero deseaba con toda mi alma ver a mi querida Durga.

Los hombres de Piero como los de Konan se mueven rápidamente ante mi acercamiento y clara rebelión, sin embargo, una sola mirada de mi parte les detuvo, así como la señal de Laila. Sabían que si había logrado la protección de la Durga y tenía bajo mi poder la cabeza del jefe no podrían hacer mucho.

Finalmente logro alcanzar a esta mujer que me había hecho enloquecer durante los últimos días y me postro ante ella. En silencio hinco mi rodilla izquierda y con mi mano derecha saco una cajita, la cual abro con la misma mano y dejo ver un anillo de compromiso teñido por un rojo carmesí.

–¿Aceptarías una vida de perdición a mi lado?

La sonrisa de Laila me da a entender que logré alcanzar sus expectativas para pedir su mano en matrimonio frente a toda la mafia. Ella se inclina brevemente y me toma por el mentón, reglándome una de sus miradas manipuladoras.

Por un momento pienso que me va a rechazar y me lanzara como comida a los leones, pero al igual que aquella mañana, libera un “trouble” con sus labios.

Su actitud es hipnótica y, aun cuando se ha apartado, yo no puedo despegar mi vista de la suya. Es encantadora entre los límites de la perdición, su postura y mirada manipuladora, un vestido blanco que la hace parecer un digno ángel de la muerte me emborrachan cual licor.

–Acepto una vida llena de perdición a tu lado.

Su aprobación enloquece al jefe de los Konan, quien se levanta finalmente de su cómodo asiento. Se trataba de un hombre unos cuantos años menor que Piero, pero al igual que el viejo, denotaba una vida llena de sangre y enfrentamientos.

–¡Laila! – La llama, enfadado. Era más que claro que no le agradaba como yerno – Esto no lo permitiré.

Ella voltea a verle imperturbable y, con un solo ademán, le deja ver una cicatriz grabada en el dorso de su mano izquierda. Se trataba del emblema del clan, una figura redonda, complementada por profundas runas griegas en su interior.

Las marcas aún estaban rojizas, dándome a entender que había sido grabado a fuego vivo un par de días atrás. El dolor debió ser inmenso. No me cabía duda alguna de que había sido con un metal caliente.

El enfado me sube por todo el cuerpo. No podía creer el grado de inhumanidad de este hombre como para marcarla de esa forma. La tomo de la muñeca impulsivamente, procurando no hacerle daño.

–¿Por qué permitiste que te hicieran esto?

Le pregunto, con evidente enfado. Esto parece sorprenderla y con una sonrisa tranquilizadora logra atenuar mi enfado momentáneamente.

–Toda cabeza del clan Konan debe portar el emblema a carne viva – Explica, acercándose a mi oído a medida que baja su voz – Es el precio que debo pagar para poder ser una Durga digna de mi compañero.

La observo ensimismado. Tal vez jamás pueda alcanzar a esta mujer, ni aun si cometo una locura tras otra, ella siempre va tres pasos por delante.

–Ahora soy la cabeza del clan Konan y La única Durga de la mafia. Lo que yo decida es ley y deberá ser respetado… ¿No es esto parte del juramento que pronuncié ante los clanes?

El jefe Aubrey Konan pasa saliva. Ya no tenía vuelta atrás, independiente de si esta ceremonia se completaba o no, ante los ojos de los clanes, Laila era actualmente la jefa del clan Konan.

Soy capaz de entender cómo se siente, pues la joven a la cual había criado como una mujer fuerte, lo suficiente como para no ser asesinada así como sucedió con su hija biológica, ahora estaba tomando la mano del que se proclama como jefe del clan Miwra, aquel clan que le había arrebatado a su pequeña hija de cuatro años.

–Sigues siendo mi hija legal, y aunque a partir de ahora no tengo la potestad de contradecir a la cabeza del clan, tengo el derecho de opinar respecto a un matrimonio con quien parece ser un traidor.

Suelto una sonrisa ante sus palabras. Este hombre sí era un verdadero padre. Estoy seguro de que, de haber caído en sus manos en lugar de las del viejo, la historia se contaría diferente.

–Mi traición es más beneficiosa que una obediencia a ciegas, téngalo por seguro Aubrey Konan.

Suelto, lanzando hacia su dirección la cabeza del antiguo jefe de los Miwra.

–Mi nombre es Killian Inagawa y reclamo el poder del clan Konan. Si decide estar de mi parte, le prometo no secuestrar a su hija.

Laila suelta una risa contenida, al parecer me había excedido con la amenaza, pero la verdad, no es como que fuese una mentira. Si decidían oponerse, tendría que llevarme a La Durga de su protección y firmar un acta matrimonial antes de que los demás clanes decidieran apoyar al señor Konan.

–Padre, será mejor que no te opongas – Apoya Laila, abrazando mi brazo izquierdo aun adolorido por el balazo – O tendré que firmar el contrato matrimonial con tinta de sangre.

Le amenaza con una dulce sonrisa que le saca un escalofrío a la mayoría de los invitados. Por mi parte, no logra más allá de una leve sorpresa. Parecía estarme acostumbrando a su personalidad retorcida... No, la estaba disfrutando.

Una mujer de aspecto pulcro, tal vez un poco más joven que el señor Konan se levanta y, con un ligero toque sobre el hombro de este, le pide detenerse.

–Muy bien querida. No tengo duda de que este joven tiene la capacidad de protegerte… Yo, como la esposa de Aubrey Konan y antigua Durga, consiento su unión.

Las voces se esparcen por todo el salón. La disposición de protección de la anterior Durga sobre pasa el poder del antiguo jefe, quien la observa en silencio.

Por alguna razón parecía confiar planamente en su juicio, por lo que tras soltar un suspiro asiente ante la decisión de su esposa. Esa imagen me transporta momentáneamente a una visión, un posible futuro entre esta mujer y yo.

–Me alegro mucho de su futuro matrimonio jefe... Pero sinceramente le necesito aquí antes de que me maten.

La voz de Brais viaja por el comunicador, devolviéndome a la realidad. Como lo había predicho, los hombres de Piero habían comunicado de la situación en la mansión y ahora irían tras el muchacho e Iker.

–Siento mucho dejarles ahora, pero debo terminar mi rebelión.

Suelto, volteando a ver a Laila, quien me observa entretenida. Paso mi brazo por detrás de su espalda y acuno su cabeza en la palma de mi mano con la intención de acercarla con un abrazo.

–Ni se te ocurra abandonarme ahora. Espero verte en una hora en la mansión Miwra.

Susurro, procurando ocultar mi rostro del público. Mientras que ella está perfectamente cubierta por mi cuerpo.

–Nos veremos dentro de una hora, cariño.

Responde con su característica voz manipuladora. Aquella cercanía me permite oler momentáneamente el dulzor de su perfume, el cual guardo para mí, como una recarga para lo que me espera.

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Angie Villamil
Muerte al viejo!!! 😡
Angie Villamil: JAJAJAJAJAJAJA
Hanna Touchi: JAAJAJAJA siiii, dejenlo morir... a morir a morir que se seque y amorir 🎶🎶
total 2 replies
&-miss chan-&
porfa no tardes en subir los cap
Hanna Touchi: No te despegues, pronto publicaré el siguiente cap. si gustas puedes seguir mi otro libro: Guerreros de Keval, Juro que te va a encantar /Heart/
total 1 replies
Oralie
😃Sigue, me tiene enganchada.
Hanna Touchi: Me encanta! no dudes que continuaré publicando, espera con ansias, pronto subiré el siguiente capítulo /Heart/
total 1 replies
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