Rayza Deyrnas es conocida por todo el reino como la hija mimada del Márquez Deyrnas, su reputación de problemática, irrespetuosa, caprichosa, mimada y malcriada es de dominio público, algo que aleja a todos de ella, amistades y posibles pretendientas, pero esto a Rayza no le importa, amistades falsas y hombres debiluchos no son lo que ella busca, Rayza tiene un plan para su vida muy claro, pero todo cambia cuando el heredero del ducado Zoragarria descubre su mayor secreto y hecha a perder todos sus planes.
Marcel Zoragarria es el heredero de uno de los ducados más importantes y poderosos del reino, es un hombre con sus metas muy bien planteadas, y entre estas no está contemplada Rayza Zoragarria, una joven demasiado caprichosa para su gusto, pero tras descubrir algo impresionante de la joven, Marcel se replantea todo y decide que Rayza es lo que siempre había estado buscando sin saberlo.
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Capítulo 18
Al día siguiente Marcel se encontraba de vuelta en la mansión Deyrnas con un objetivo en especifico, y ese era el pedir la mano de Rayza en matrimonio, convencido de que la mejor manera de abordarla seria haciéndola parte de su familia, Marcel decidió pedir la mano de Rayza en matrimonio y una vez casados, poder hablar con ella con más tranquilidad, siendo honesto consigo mismo, Marcel sabia que su plan era un asco, había mil maneras mejores de abordar a la joven Deyrnas, pero Marcel, quién había quedado cautivado con la destreza de la joven, había decidido hacerla su esposa, aunque se negara a admitirlo en voz alta.
Al llegar al marquesado, Marcel fue recibido con alegría por el marqués, quien esperaba obtener algo de esta reunión.
- En un placer volver a verlo, ¿qué lo trae de regreso a mi hogar? – le pregunto el marqués a Marcel una vez ambos estuvieron reunidos en la oficina del marqués Lance.
- He venido a pedir la mano de su hija en matrimonio, desde ese primer encuentro no he podido dejar de pensar en ella, por lo que he decidió que ella es la mujer con la que deseo compartir mi vida – le dice Marcel al marqués, quien se alegra al saber que su familia se unirá al ducado más importante del reino.
Inmediatamente el marqués y Marcel comenzaron a ultimar los detalles del compromiso, sin darse cuenta de que habían sido escuchados por alguno sirvientes de la casa, entre estos estaba Cael, quien sin dudarlo fue a decirle a Rayza lo que había escuchado.
Cael llegó a la habitación de la chica en tiempo record, su presencia, fue toda una sorpresa para Rayza, quien no esperaba que el chico la visitara, pero antes de poder preguntarle a Cael que era lo que hacia allí, el jovencito comenzó a hablar.
- Rayza, el joven Zoragarria esta aquí, vino a pedir tu mano en matrimonio, están hablando en la oficina del marqués – le dice Cael rápidamente, por lo que Rayza, al escucharlo, sin dudarlo abandona su habitación, y sin perder tiempo se dirige hasta la oficina del marqués.
- No pienso casarme con el joven Zoragarria – les dice Rayza a los dos hombres dentro de la habitación, nada más abrir la puerta.
- Esa no es tu decisión, niña ingrata – le grita el marqués a Rayza, y es la pelea entre padre e hija lo que le hace darse cuenta a Marcel, lo pésimo de su idea, el joven siempre había dejado en claro que nunca obligaría a ninguna mujer a casarse con él, y era justo lo que estaba haciendo en ese momento, y ahora debía de buscar la manera de mitigar lo que había hecho.
- Creo que este asunto es algo que la señorita Deyrnas y yo debemos de resolver juntos, así que si nos disculpa, hablaremos en privado – le dice Marcel al marqués, a la vez que toma la mano de Rayza y la saca de la oficina del marqués – ¿algún lugar en donde podamos hablar en privado? – le pregunta Marcel a Rayza una vez están a fuera de la oficina.
- Sígame – le dice Rayza mientras comienza a caminar sin esperar a Marcel.
Por su parte Marcel la sigue en silencio y la pareja entra a una especie de saloncito, el cual se encuentra vacío y nada mas entrar, Marcel toma la palabra.
- Lamento haberla metido en problemas por culpa de mis decisiones, fui imprudente y tome por mi mismo una decisión en la cual debía de consultarla primero – le dice Marcel a Rayza, arrepentido de su manera de actuar.
- ¿Por qué?, cuando dejo mi casa hace algunos días atrás, dejo muy en claro que lo mejor para ambos era tomar caminos diferentes, ¿qué lo hizo cambiar de opinión? – le pregunta Rayza a Marcel, ignorando sus disculpas.
- Desde muy joven siempre desee ser el mejor guerrero que pudiera ser, y para ser le mejor, debes aprender del mejor, yo la vi ese día en el bosque, y sin lugar a dudas usted es la mejor – le explica Marcel a la pelirroja, dejando muda a la joven.
Tras unos segundos en silencio, que parecieron horas, Rayza hablo.
- ¿Y por que no simplemente hablaste conmigo?, ¿porque pedir mi mano en matrimonio? – le pregunta Rayza.
- No lo pensé demasiado, lamento haberle causado problemas – le dice Marcel.
- Aceptare tus disculpas y te entrenare como lo deseas si vas en este momento y le dices a mi padre que ya no deseas casarte conmigo – le dice Rayza a Marcel.
- ¿Acaso te es tan desagradable la idea de casarte conmigo? – le pregunta Marcel a Rayza, herido por la actitud de la joven hacia él.
- No es eso, pareces alguien agradable, y estoy segura de que serias un esposo estupendo, pero casarme con alguien como tú no esta en mis planes ahora, así que no te tomes mi rechazo tan enserio – le dice Rayza con una ligera sonrisa, y es que la joven había notado que con su actitud había herido los sentimientos de Marcel, y eso era lo que menos quería – entonces ¿aceptas el trato? – le pregunta Rayza después de un rato en el que ambos permanecieron en silencio.
- No lo acepto – le dice Marcel a Rayza sin dudarlo, dejando confundida a la joven, quien creyó que Marcel aceptaría el trato que le ofrecía de inmediato.
